14 de febrero de 2016

Fotos El Corso derrocha energía y prepara su traslado en 2017

El calor natural que se apoderó ayer de la ciudad fue solo un detonante para que en el Corso de Corsos, una de las actividades propias del Carnaval, se derrochara energía.

Los niños y jóvenes jugaron con agua y espuma a lo largo de los cuatro kilómetros de recorrido, pero también bailaron al ritmo de las comparsas y fraternidades que hicieron su paso desde las 8:00 horas por la avenida Heroínas, el paseo de El Prado y Ramón Rivero.

La Alcaldía de Cochabamba anunció que para el próximo año se prepara el traslado del Corso de Corsos a otra zona de la ciudad. Con esto se quiere evitar el congestionamiento vehicular. El alcalde José María Leyes explicó que en los predios de la laguna Alalay se tiene la idea de implementar un “Cochalódromo”, donde se concentrarán los eventos masivos.

Asimismo, para contrarrestar los abusos de algunos comerciantes, que subieron los precios de los puestos en más de la mitad, y las observaciones al armado de las graderías, Leyes dijo que en 2017 todo será diferente.

“Estamos analizando la posibilidad de que la Alcaldía haga todas las graderías para garantizar la seguridad y controlar los precios”.



LA FIESTA Las autoridades municipales llegaron hasta el palco oficial a las 9:50 horas para recibir a todos los participantes del Corso de Corsos y los invitados especiales, entre ellos, el gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas y otras autoridades de esa región.

En el ingreso, algunos grupos de personas se parapetaron a lo largo del recorrido para hacer campaña por el No a la modificación de la Constitución Política del Estado, que habilitará o no al presidente Evo Morales y al vicepresidente Álvaro García Linera para las elecciones 2019, en el referendo constitucional previsto para el 21 de febrero.

Las guarniciones militares fueron las primeras en hacer su paso al ritmo de la cumbia y el reggaeton, principalmente y con disfraces de los personajes de películas y series infantiles, como ya es su característica todos los años. Pero también hicieron alusión a la demanda marítima en La Haya y mostraron las tradiciones cochabambinas. Contagiaron su alegría.

La Policía y las instituciones que trabajan en salud, realizaron un trabajo de prevención del VIH-Sida, los feminicidios, accidentes de tránsito y la violencia en el recorrido.

Las fraternidades folclóricas animaron la jornada con los tradicionales caporales, tinkus, morenada y otros ritmos del país.

El control estuvo a cargo del personal policial y municipal para intentar evitar el consumo de bebidas y el desorden.









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