28 de marzo de 2022

‘LA INDUSTRIA SIN CHIMENEAS’: LA VIDA SOCIAL DE LAS MERCADERÍAS Parte 2

Siguiendo un patrón andino, los objetos modernos, las mercaderías y los medios de producción en el contexto urbano pueden ser percibidos como sistemas fisiológicos cuyo espíritu es incitado por la música y el alcohol. Todos los comerciantes del Gran Poder inevitablemente ch’allan sus mercaderías en Carnaval, comen y beben con ellos a fin de extraer de ellos el mayor beneficio posible pero también para ‘crecer juntos’, sugiriendo una vez más un entrelazamiento inesperado e incluso una comunión (véase Allen 1988) entre el comerciante y los objetos.

Más que una cosificación de las relaciones y el desanclaje del humano del objeto representado por la producción industrial, el minibús se incluye en redes de relaciones y de comunicación con otros humanos y objetos, así como con fuerzas cosmológicas a pesar de tener un dueño privado. La riqueza privada y la propiedad individual, así como los productos de producción en masa, son integradas aquí, en un sistema local de producción que se basa en una conexión continua y fluida, en un intercambio entre el mundo humano, divino y material. De hecho el minibús requiere ser revitalizado, alegrado por la música y socializado al juntarlo con otros minibuses.

El ejemplo del minibús y la ch’alla de las mercaderías muestran cómo el supuesto proceso de alienación – la ruptura del vínculo entre el producto y su productor – toman aquí una dinámica y una dirección diferentes debido a una serie de creencias cosmológicas que no permiten objetivar completamente ni a los productos ni a las personas. Esto conduce a otra consideración acerca de las profundamente enraizadas ideas europeas acerca de las mercaderías y la materialidad. Una de esas es que una vez que los objetos se vuelven mercancías orientadas al comercio externo a la comunidad, ésas supuestamente empiezan a erosionar los lazos de dependencia personal entre los miembros de la comunidad (véase Parry y Bloch 1989). Más aún, la abundancia material provocada por el flujo de mercaderías y la seducción producida por las mismas es vista como antagónica a la creación de relaciones humanas estables y sólidas (Marx 1990).

Sobre este punto, quiero recordar brevemente una práctica tanto del mercado como de la religión. Me refiero aquí a la capacidad de desplegar abundancia material para ‘atraer’ gente y forjar lazos económicos y afiliaciones. Tanto un devoto uniéndose a una fraternidad religiosa para bailar en la Fiesta del Gran Poder como un vendedor uniéndose a un mercado en la ladera oeste basan su elección seguramente en sus posibilidades económicas, pero también en la ‘atracción’ provocada por la abundancia de bienes y/o comida y música que el mercado o la fraternidad son capaces de generar. Esta abundancia de material es un elemento que lleva a las personas a participar socialmente de algo, y esta ‘atracción’ será rápidamente consagrada a través de lazos oficiales de compadrazgo –siendo el compadrazgo la manera más común a través de la cual se consolidan los lazos– y alianzas económicas entre los nuevos miembros y la fraternidad. En otras palabras, en el caso de las prácticas económicas y religiosas, podemos considerar la posibilidad, descartada por el clero y las élites, de que la abundancia material puede facilitar y estimular las relaciones sociales.

Generalmente para los sectores populares no existe el mismo sentido de contradicción y separación, que observamos en la tradición europea, entre la práctica económica por un lado y las relaciones sociales y el culto religioso por el otro. La teoría económica de Marx, la tradición religiosa cristiana y la interpretación más positiva del comercio de Adam Smith, enfocada en el interés individual, la escasez de productos y la liberación de los lazos y jerarquías sociales tradicionales, tienen —todas— un punto de convergencia.

Todas estas visiones, si bien con juicios morales distintos y tal vez opuestos, pronosticaban que el dinero y el comercio se volverían en impulsores de un proceso de abstracción y de desanclaje que supuestamente transformarían la economía en un ámbito autónomo separado de los preceptos morales, las relaciones de parentesco, valores sociales y religiosos. En esto, el Gran Poder parece resultar en una propuesta socioeconómica en otros términos.

21 de marzo de 2022

‘LA INDUSTRIA SIN CHIMENEAS’: LA VIDA SOCIAL DE LAS MERCADERÍAS Parte 1

Entre los sectores populares, el desarrollo de una economía de mercado floreciente, el influjo de mercancías y el perfeccionamiento de sus propias prácticas bancarias, no parecen haber producido el proceso de alienación ilustrado por las teorías que explican estas transiciones emblemáticas a la economía de mercado. De acuerdo a las narrativas de la modernidad, la mayor ruptura en estas transiciones es producida por la alienación del individuo del producto material de sus actividades, la abstracción de lo que fuera concreto y una descontextualización y resignificación de las relaciones sociales. Si bien aquí lo he explicado en términos simplistas, este proceso de alejamiento del mundo material ha sido descrito en otro lado como una reificación, una ilusión sinóptica (Bourdieu 1977), un desanclaje6 (Polanyi 1959), una abstracción (Marx 1990). Quiero sugerir, a través del análisis de la racionalidad económica popular, otro desafío a dichas narrativas de modernidad, resaltando la relación específica entre los humanos y los objetos y entre los humanos y las mercancías en el caso de los sectores populares con los que he trabajado.

Los comentarios de las autoridades políticas y religiosas acerca de los sectores populares delatan una ideología y un entendimiento de las relaciones entre humanos como separadas e incompatibles con las relaciones con los objetos y mercancías. Para las autoridades, las exageraciones materiales durante la fiesta y la preocupación excesiva por el bienestar material van en detrimento del funcionamiento saludable de las relaciones sociales.

En otras palabras, el comercio de mercaderías supuestamente desplaza la preocupación por las relaciones sociales e induce un nuevo interés hacia los objetos. Se cosifican las relaciones, que se vuelven impulsadas por la conveniencia, produciendo codicia y dañando los vínculos sociales. A mi manera de pensar, los dominios sociales y materiales de los sectores populares se complementan de manera sorprendente. Tomaré aquí el emblemático ejemplo de la práctica cultural a fin de comprender algunas distorsiones del proceso de desanclaje o abstracción de lo humano del mundo material: la ch’alla de los minibuses por los sindicatos de transportistas durante el Carnaval.

En la tradición aymara, el Carnaval coincide con el Anata una fiesta en la cual la Pachamama es bendecida y se le agradece a través de ofrendas (ch’allas), con la esperanza de tener una cosecha abundante. En la ciudad, la ch’alla de la Pachamama como un generador de producto es sustituida por la ch’alla de cualquier objeto material (puede ser una oficina, una tienda o un taller) que se constituya en una fuente de ingreso para la familia o el sindicato. Para los miles de conductores de minibuses en La Paz, el minibús representa la fuente de ingreso que debe ser ch’allada y agradecida. De ser simplemente un instrumento utilitario generador de dinero, el minibús se transforma en estos momentos en una entidad con características espirituales y corpóreas.

En febrero de 2004, me encontré inesperadamente con una ch’alla de minibuses en la Terminal de buses del Cementerio. Doce minibuses, todos pertenecientes al mismo sindicato7, habían sido puestos en tres filas, todos mirando hacia una tarima improvisada en el medio de la calle donde un sistema de sonido reproducía morenada a través de parlantes gigantes. Se tocaba música y se servía cerveza para los minibuses, que eran, literalmente, tratados como cuerpos atribuyéndoles cualidades humanas. Estudios etnográficos en la parte rural de los Andes han afirmado cómo la música supuestamente fortifica el espíritu de la gente, de los animales y de los cultivos, estimulando su crecimiento y revolviendo sus emociones (Arnold y Yapita 1998; Stobart 2000). Los minibuses estaban ordenados en filas –una estructura bastante similar a la entrada– y eran sucesivamente ch’allados con pétalos y confeti sobre sus techos de manera similar a la bendición de los pasantes durante la fiesta. Más aún, se ataban flores a los espejos retrovisores, una imagen con poderosa reminiscencias de los adornos que se colocan en las orejas de las crías de ovejas y llamas después del parto. Luego de un periodo de intenso trabajo, los minibuses eran decorados, energizados con cerveza y música y agradecidos por sus servicios. El evento restaura las fuerzas y el vigor del minibús y lo apresta para un nuevo periodo de producción.

Vida social mercaderias parte


18 de marzo de 2022

‘LA INDUSTRIA SIN CHIMENEAS’: EL GRAN PODER Y EL MOVIMIENTO ENCANTADO Parte 2

Todo eso es un proceso de gasto económico. Luego vienen las recepciones, las fiestas tengo que comprarme mi terno, contratar la orquestra y también tengo que ver en la calle lo que debo comprar. Llega el día de la fiesta. Y en la fiesta como se hacen los gastos: los ensayos, visitas por aquí, por allá, gastos, por lo que quiero inflarme como el globo. El día de la entrada tú haces una encuesta con los muchachos que limpian zapatos y te das cuenta de que en un día terminan diez cajitas de betún, mientras que en los días regulares una semana le alcanza una cajita. Ese día son como diez semanas de trabajo. Ese día se empeñan joyas, anillos, hay un movimiento fuerte en estas casas de préstamo y en los bancos ni que decir. Vas a ver la señora sandwichera que se ha ido a empeñar su anillo por 200 bolivianos y eso tiene que invertirlo en la Fiesta del Gran Poder y tiene que darle ganancia. ¿Y para cuánto sirve esta ganancia? De cuatro a seis meses para poder cuidar a sus hijos. En los talleres, las pollereras están trabajando como nunca; esta gente que no tenía trabajo hoy en día tiene trabajo. O sea, la fiesta de Gran Poder genera una situación económica muy fuerte de inversión, lo que el Estado no da, lo que el Estado no ofrece. Entonces, los políticos lo han visto y quieren meterse porque quieren sacar rédito de allí. Excluyendo el pago del público, considerando solo los folkloristas esto llega a sumar más o menos 20 millones de dólares. Por eso nosotros decimos ‘la industria sin chimenea’ en un aspecto ecológico del término (Alejandro Chipana, en entrevista con el autor, 13/03/04).

El Gran Poder es descrito como una reunión de gente, productos y fuerzas en la cual todos quieren invertir y obtener una ganancia. El pasante en particular, debe gastar tanto como para endeudarse a fin de que su ‘nombre’5 gane el respecto de los demás y logre un cierto reconocimiento. La deuda del pasante, así como el gasto, puede ser altamente valiosa, ya que implica un expendio y sacrificio para el bienestar comunal y presupone un ‘movimiento’, un retorno del dinero que ha sido invertido en la reproducción económica/social de la comunidad.

Algunos detractores del Gran Poder han tratado a menudo de resaltar cuan perjudicial puede resultar el derroche exagerado e irracional de recursos para otros sectores como la educación y la salud. Alejandro Chipana, sin embargo, habla de la Entrada del Gran Poder como un instrumento para revivir la economía y generar bienestar. Como podemos interpretar de las palabras de Alejandro, la dinámica de reciprocidad forzosa implícita en las acciones del pasante y el deseo de participar en el Gran Poder para invertir recursos en él, aportan una fluidez nueva y saludable a las redes sociales y económicas.

Sin embargo, Alejandro también menciona la existencia de un ‘movimiento con excedentes’ capaz de afectar la producción material y el bienestar de la comunidad urbana. En realidad, la ‘industria sin chimeneas’ ecológicamente sostenible, se habilita por el hecho de que este movimiento no es simplemente un acto mecánico de mover recursos de A a B a C, sino también un proceso que implica la producción de un excedente de sustancia mientras se mueven las cosas. Esto vuelve a la idea sugerida por Harris (2000) de que el movimiento y la producción pueden ser parte del mismo proceso que involucra tanto fuerzas económicas como cosmológicas. En otras palabras, dicho movimiento tiene la capacidad de influir en el proceso de producción.

Si en la tradición económica europea la producción material había sido identificada con la producción de valor (Le Goff 1980; Marx 1990), en el caso Andino el movimiento y la circulación juegan un papel fundamental en este proceso. Por el mismo Marx, la economía capitalista ponía mucho énfasis y hasta fetichizaba el proceso de circulación del dinero y las mercancías, contribuyendo así a hacer invisible lo que Marx identificaba como la etapa más importante e injusta del proceso capitalista: la producción. La especificidad del caso Andino es que la circulación y/o el movimiento de mercancías no son elementos exquisitamente económicos capitalistas sino se entrecruzan con elementos de reproducción cultural, cosmológica y religiosa.

Para comprender plenamente el concepto de ‘movimiento’ y el derroche impresionante de recursos sugerido por Alejandro Chipana, necesitamos tomar en cuenta otro elemento crucial en la Fiesta del Gran Poder y en su economía. La dimensión colectiva de las prácticas económicas y festivas del Gran Poder permanece crucial para darle sentido a la muestra de abundancia inferida tanto por el mercado como por la fiesta. El derroche, a menudo, se explica a través de la repetitiva contribución de miles de individuos, que, lentamente, ‘gotita a gotita’, suman ese monto impresionante mencionado por Alejandro. Juntar esfuerzos y recursos con los fraternos es entendido como la maximización del poder de adquisición para tener acceso a bienes que de otra manera serían inalcanzables para cada individuo. También incrementa la posibilidad de obtener ganancia en un negocio (ver siguiente sección para una discusión más detallada sobre este tema).

La idea de movimiento como producción y particularmente como generador de abundancia en el mercado determina una dinámica interesante de competencia y cooperación. Ciertamente la competencia es un factor natural en un sector comercial intensivo como el barrio del Gran Poder y la competencia entre los miembros del mismo sindicato o fraternidad tiene generalmente una connotación positiva ya que magnifica la innovación, la invención y la entrega de productos y servicios de alta calidad. Dicha competencia está inevitablemente unida a las prácticas de cooperación, de colaboración y de unión de esfuerzos y recursos para amplificar el movimiento y la abundancia. Como hemos visto, la Fiesta del Gran Poder es el ejemplo emblemático de esta tensión entre la competencia y la cooperación.

Dicha tensión puede observarse gráficamente en el mercado y específicamente en el intercambio de bienes entre los comerciantes a precio de costo. Por ejemplo, una televisión comprada por un comerciante en 75 dólares y generalmente vendida en el mercado en 85 se vende por 76-77 dólares a otro comerciante ubicado en otro lugar que busca incrementar la variedad de sus productos. La concentración excesiva de mercancías parecidas está asociada y complementada por un intenso intercambio de mercaderías entre los mismos vendedores. De hecho, el continuo y elevado nivel de innovación tecnológica de las mercaderías importadas permite que cada comerciante importador de una nueva marca o producto empiece a vender su producto a comerciantes vecinos a precio de costo (o casi) a cambio de dinero o de otras mercaderías. Esto genera un ‘movimiento’ tal de mercancías que reduce la tendencia de estancamiento producido por la excesiva oferta.

La prioridad asignada a la generación de movimiento por sobre la competencia también es ejemplificada a través del sistema de microcréditos con papelitos o pasanaku existente entre algunos comerciantes del Gran Poder. Es un sistema de pequeños préstamos de 500-1000 bolivianos (70-140 dólares) que son devueltos al prestamista en pagos diarios de 10-20 bolivianos (1,4-2 dólares) por un período de hasta dos meses. Al final, el prestamista percibe un interés de 100-200 bolivianos. Este préstamo es totalmente informal, no existe contrato, sin embargo, se guarda un minucioso registro de estas transacciones en diminutos papelitos en los cuales el prestamista registra los pagos diarios del prestatario.

Más allá de la dimensión lúdica de este sistema de préstamos con papelitos, está la indiscriminada participación de todos los miembros de la familia. Por ejemplo, es una práctica común en la misma familia que algunos miembros presten a través del pasanako y otros tomen prestado. De esta manera la familia no funciona como un elemento que bloquea el flujo de dinero, ni toma ventaja egoístamente de este movimiento, sino que participa directamente en esta multiplicación del flujo, por el cual cada individuo es responsable. Mi ‘mamá’ Marta, por ejemplo, estaba simultáneamente prestando y tomando prestado dinero a siete diferentes personas. Si en la visión convencional la familia es considerada como un nicho protegido de la comercialización producida por el mercado y sus prácticas económicas, el préstamo con interés se practica hasta entre miembros de las mismas familias locales sin ningún énfasis moral. Por el contrario, los pequeños pagos repetidos de préstamos no solo activan un movimiento de efectivo en pequeños billetes sino también un movimiento de gente de una tienda a la otra pagando y recibiendo los pagos diarios.

En algunas circunstancias el dinero también puede ser visto como un síntoma de corrupción, vicio o una fetichización del mal (Taussig 1980). Sin embargo, es generalmente en su forma estática, cuando es acumulado en pocas manos, cuando no es reinvertido u obligado a circular, cuando es alejado de la comunidad, que el dinero tiende a adquirir tales connotaciones negativas.

4 de marzo de 2022

Rol de ingreso, entrada de Chutas y Pepinos, domingo de tentación

 Rol de ingreso, entrada de Chutas y Pepinos, domingo de tentación, 2022.

Inicio horas 11:00 des la Garita de Lima.
Rol de ingreso, entrada de Chutas y Pepinos, domingo de tentación

2 de marzo de 2022

Video Domingo de Carnaval de Oruro 2022: Desde Morenada Metalurgica ENAF hasta Fraternidad Phujllay

Fraternidad Morenada Metalurgica ENAF 
Centro Cultural Rikjchary Llajta 
Conjunto Universitario Suri 
Conjunto Kantus Sartañani Fraternidad Caporales CBN 
Grupo Cultural Autoctono Sumaj Punchay
 Fraternidad Cultural Tinkus Bolivia (Ayllu Llajwas) 
Fraternidad Folklorica Artistica y Cultural Phujllay

Video Carnaval de Oruro 2022: Fraternidad Folklórica y Cultural Caporales San Simón

Video Carnaval de Oruro 2022: Diablada Artística Urus

Video Carnaval de Oruro 2022: Fraternidad Reyes Morenos Ferrari Ghezzi y Caporales ENAF

Video Carnaval de Oruro 2022: Fraternidad Reyes Morenos Ferrari Ghezzi

Video Carnaval de Oruro 2022: Zampoñas Kory Majtas y Diablada Ferroviaria

Video Carnaval de Oruro 2022: Desde la Morenada Central Cocanis hasta llamerada Socavon

Fraternidad Morenada Central fundada por la Comunidad Cocanis Conjunto Folklórico Tobas Zona Sud Conjunto Negritos Unidos de la Saya Conjunto Wacatokori Urus Conjunto Folklórico Antawara Conjunto Folklórico Tinkus Los Tolkas Fraternidad Artística y Cultural La Diablada Conjunto Morenada Mejillones Fraternidad Folklórica Llamerada Socavón

Video Carnaval de Oruro 2022: Conjunto Diablada Ferroviaria

Video Carnaval de Oruro 2022: Conjunto Tradicional Tobas Zona Central

Video Carnaval de Oruro 2022: Conjunto Folklórico y Cultural Phujllay Oruro

Video Carnaval de Oruro 2022: Fraternidad Artística y Cultural La Diablada

Video Carnaval de Oruro 2022: Conjunto Folklórico Tinkus Los Tolkas

Video Carnaval de Oruro 2022: Conjunto Folklórico Tobas Zona Sud

Video Carnaval de Oruro 2022: Caporales Centralistas y Morenada Central Cocani en la Plaza 10 de Febrero

Video Carnaval de Oruro 2022: Caporales Centralistas y Morenada Central fundada por la Comunidad Cocanis

Video Carnaval de Oruro 2022: Fraternidad Morenada Central Oruro