23 de noviembre de 2021

LAS PERCEPCIONES EN TORNO A LA SANTÍSIMA TRINIDAD - ¿LOS INDÍGENAS ANDINOS CONOCIERON LA TRINIDAD? Parte 1

 En la época prehispánica ya se conocía la concepción de tres fuerzas generadoras de la espiritualidad indígena, la Trinidad que se representaba en tres símbolos: el Alaxpacha/cielo: el Sol, la Luna e Illapa; en el Akapacha/tierra: Apacheta/Waka, Achachila y la Pachamama y en el Manqapacha donde están los saxras o el Supay. Teresa Gisbert sostiene que la imagen trinitaria fue el ídolo de Tangatanga que se representaba en tres estatuas del sol: “en el mismo templo (Coricancha)…unos cuentan que se hicieron, porque una vez se vio en el cielo tres soles; otras, la que una era el mismo sol, la otra el día, y la tercera la virtud de criar. También había opinión entre ellos que la principal estatua representaba al sol, y las otras dos eran guardas suyas. Tenían nombre distinto cada una: la primera se decía APU INTI, la segunda CHURI INTI y la tercera INTI GUAQUI… (Cobo, 1956:158.159, citado por Teresa Gisbert, 1980:88).

En el siglo XVI el cronista Felipe Guamán Poma de Ayala21 ilustra con un dibujo la existencia de la Trinidad en la cosmovisión andina:

LOS INDÍGENAS ANDINOS CONOCIERON LA TRINIDAD

Otra representación de la Trinidad, según el cronista Cobo, fue la manifestación del rayo o Illapa: “Llamaban al trueno con tres nombres: el primero y principal era CHUQUI-ILLA, que significaba resplandor de oro; el segundo CATU-ILLA, y el tercero INTI-ILLAPA, de cada nombre de estos hicieron una estatua. Al respecto el cronista Acosta nos dice: Y cierto es de notar que en su modo el demonio haya también en la idolatría introducido Trinidad, porque las tres estatuas del sol se intitulaban APO-INTI, CHURI-INTI Y INTI-GUAQUI, que quiere decir el padre y el señor sol, el hijo sol, el hermano sol, y de la misma manera nombraban las tres estatuas de CHUQUI-LLA, que es el dios que preside en la región del aire donde truena, llueve y nieva. Acuerdome que, estando en Chuquisaca, me mostró un sacerdote… que había averiguado de cierta guaca o adoratorio, donde los indios profesaban adorar a Tangatanga, que era un ídolo que decían que en uno eran tres, y tres en uno (Acosta, 1954, 174, citado por Gisbert). Actualmente en el Museo Antropológico de Sucre existen dos vasos prehispánicos con la representación de un personaje de tres cabezas conocida como el ídolo de Tangatanga. 

Posiblemente estas “trinidades prehispánicas”, hayan sido reinterpretadas posteriormente durante la Colonia, surgiendo narrativas de doble sentido como memorias y fragmentos que perviven en el subconsciente o ajayu de los indígenas que las percibirían como deidades que son portadoras de poder. De esta forma ellos no habrían visto en esas trinidades ningún signo de herejía o representación demoníaca.

20 de noviembre de 2021

LAS PERCEPCIONES EN TORNO A LA SANTÍSIMA TRINIDAD - ¿QUÉ SIGNIFICA LA SANTÍSIMA TRINIDAD EN LA TEOLOGÍA CATÓLICA?

La teología de la Santísima Trinidad se expresa en la unicidad de Dios en tres personas distintas, representada en El Padre (anciano que representa a Dios), el Hijo (joven que representa a Jesús) y el Espíritu Santo (una paloma). De acuerdo al presbítero Cayetano Soler, el misterio de la Trinidad:

…enseña que en Dios hay Unidad de naturaleza, expresada en la Trinidad de personas. Se define un Dios en tres personas. Se dice Misterio porque significa cosa oculta, y se emplea en la doctrina para significar una verdad que el hombre no podrá nunca comprender del todo. ¿Cómo entender que en una sola naturaleza puede haber tres personas? San Agustín sostiene que no podía escogerse otro nombre más adecuado, porque persona en filosofía, expresa la mayor perfección natural del ser. Las tres personas divinas se llaman Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Su revelación en el nuevo testamento se encuentra en la carta de San Juan, 5,7: Pues tres son los que dan testimonio, en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo, y estos tres son uno; y tres son los que dan testimonio en la tierra: el ESPIRITU SANTO, EL HIJO – JESUCRISTO – es llamado en la sagrada escritura, el Verbo (esto es la palabra de Dios), la Sabiduría, la Imagen substancial del Padre.

Esta lectura se puede comprender: El nombre Padre significa que de Él trae origen el Hijo, el Verbo es El nombre del Hijo, significa que procede del Padre, si bien, de toda eternidad. El nombre del Espíritu Santo, es el llamado Paráclito o Consolador; el Don del altísimo, el distribuidor de los dones; Caridad o Amor de Dios, y unión del Padre y el Hijo. Por tanto, el Espíritu Santo procede de ambos del Padre y del Hijo. San Agustín ha dado el fundamento teológico a la explicación del misterio de la Santísima Trinidad, para que no haya confusiones y malas interpretaciones, como que hay tres dioses. (Soler, 1905: 83-87)

Por tanto, hay un solo

Dios que concentra todo el poder en las tres divinidades: Padre-Hijo-Espíritu Santo. La Trinidad es una, por tanto, consubstancial. Pero estas tres divinidades son distintas entre sí: Las personas divinas son realmente distintas entre sí. Padre, Hijo y Espíritu Santo, no son simplemente nombres que designan modalidades del ser divino, pues son realmente distintos entre sí. El que es el Hijo no es el Padre, y el que es Padre no es el Hijo, ni el Espíritu Santo es el Padre o el Hijo. Pero las tres divinidades se juntan en una sola naturaleza de manera consubstancial (Hoja promocional del Santuario del Gran Poder, 2015).


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12 de noviembre de 2021

LAS PERCEPCIONES EN TORNO A LA SANTÍSIMA TRINIDAD - LA REPRESENTACIÓN DE LA TRINIDAD EN AMÉRICA

 La Santísima Trinidad es un dogma de fe de la iglesia católica que llegó a América durante la colonia. Según Castaño, su representación y significado surgió en el seno de esta iglesia. La leyenda Dorada, escrita hacia 1270 por el Fraile Dominico Jacobo de Vorágine, Obispo de Génova, a propósito de la Trinidad explica que… por su afán de catequizar e imponer su doctrina por todos los medios, la iglesia católica intentó colonizar la imaginación de los indios y mestizos en la temprana colonia. Pero ésta fue un arma de doble filo: la iglesia cayó en la trampa, víctima de su propio invento, al ver que del dogma de la Trinidad surgía la perturbadora y ambivalente imagen de Dios como un monstruo humano de tres cabezas, con cuatro ojos, tres narices, tres bocas y tres barbas (Castaño, 2010: 61).

En el siglo XIII aparecieron las primeras adaptaciones del Vultus Trifons, como expresión de la Santísima Trinidad, la solución iconográfica alternativa fue utilizada con frecuencia y recurrió al viejo dispositivo de intentar demostrar la existencia de la Trinidad como dogma doctrinal, sin la preocupación por la monstruosidad que resultaba de una cara con cuatro ojos, tres narices y tres bocas. La iglesia, preocupada por los ataques internos y externos, había prohibido su uso en el Concilio de Trento (1545), reiteró dicha medida en términos severos en 1628, y otra vez en 1745. El Papa Urbano VIII (1568-1644) prohibió estas imágenes de tres rostros y ordenó destruirlas (Viceministerio de Culturas, 2004:3).

8 de noviembre de 2021

LAS PERCEPCIONES EN TORNO A LA SANTÍSIMA TRINIDAD

 El culto a las imágenes religiosas católicas en un contexto andino caracterizado por la colonización es muy complejo y ambiguo. La imagen de la Santísima Trinidad no fue ni es la excepción porque no obedece a las estrictas reglas teológicas establecidas por la doctrina eclesiástica católica. Más bien, este culto se sujeta a reinterpretaciones ideológicas andinas y sincréticas postcoloniales

Según Gerardo Fernández17, en la ciudad y en otros sitios del altiplano paceño existen lugares de poder. Estos lugares son las iglesias-wak’as y los Santos-wak’as, su fuerza reside en que ellas dialogan con la gente, le otorgan favores y fortuna, instalan un régimen de ayni con la sociedad a cambio de sus sacrificios y ofrendas. Qué duda cabe, la fragmentación de la sociedad invasora y sus propios modos idolátricos de relacionarse con los santos y las vírgenes abonaron el camino para una visión “en reversa” de la trinidad colonizadora (2010: 144).

Justamente, la visión en “reversa” impregna el culto “idolátrico” de la Santísima Trinidad, de tal forma que el Señor Jesús de Gran Poder adquiere fama de milagrero y dadivoso, pero sujeto a normas y valores andinos que los devotos establecieron en sus relaciones expresadas en dones y aynis que había que cumplir para solicitarle favores. De acuerdo a Fernández, proponemos entonces que, gracias a esta complejidad y ambigüedad en el culto, el santuario pasa a convertirse en un espacio sagrado andino, donde mora una wak’a18, donde mora el “Tata” del Gran Poder, quien podría ser una wak’a-divinidad humanizada. Otro autor supone que es un Mallku/Cóndor que tiene un sagrado poder de reproducción (Tassi, 2010: 71).

Este hecho se enmarca en una concepción andina de reciprocidad de dones o aynis, donde el diálogo entre los creyentes y el Señor Jesús del Gran Poder, parece indicar: te rindo culto y veneración con rituales, y a cambio me das lo que te pida. Esa es la concepción de que “la tierra no da así nomás”19, porque no se cree en algún santo o deidad andina “así nomás”:

La divinidad en el mundo andino suele ser factor de unión como disociación, de ayuda como de amenaza, de bendición como de castigo. Dentro de la lógica andina hay que hablar de una variedad de relaciones con la divinidad. Se reconocen sus muchos rostros: puede amenazar y salvar, puede estar arriba y abajo, puede ser masculina y femenina. Por el contrario, en la cultura occidental, si se da una coexistencia entre positivo y negativo, es siempre con la connotación de vencer al mal. En lo andino, lo negativo es complementario, coexistencia y no es necesario vencerlo.

Ahora veamos, ¿Cuáles son las percepciones de la imagen de la Trinidad, tanto desde la iglesia católica como en la cosmovisión del mundo andino? 

Señor Jesús del Gran Poder en el santuario