11 de agosto de 2014

Moda en los trajes folclóricos

Caporales y morenada. Los distintos diseños utilizados en los trajes típicos folclóricos acompañados de coloridas texturas y brillos por años han variado presentando vistosas características.

Puntada a puntada se enlazan las pequeñas mostacillas. Cuidadosamente uno a uno de los diseños va tomando forma, para finalmente quedar pintorescos en un traje folclórico, que es símbolo de la fe y devoción de los danzarines.

Entre lentejuelas, texturas y colores la variedad de estos trajes ha ido evolucionando con el paso del tiempo.

Muchas de las fraternidades aún conservan los esquemas tradicionales de los trajes típicos. Sin embargo, la moda ha impuesto nuevas tendencias, haciéndolos más vistosos en los recorridos.

La diversidad de trajes típicos y bailes que se hacen presentes en las diferentes entradas folclóricas, representan la amplia gama de culturas del país, que son fruto del proceso de transculturación y mestizaje.

Muchos de estos trajes son elaborados con detalles cautivadores que saltan a la vista, además de características simbólicas propias de la cultura boliviana, que representan matices artísticos fusionados con la moda.

Los trajes se destacan por los llamativos detalles y diseños característicos, así como su evolución y adaptación a las tendencias modernas.

Muchos de estos grupos o fraternidades conservan el traje típico de origen, pero van innovando en sus diseños, desarrollando nuevas tendencias, sin tergiversar el sentido propio y las características del mismo baile.

Entre ellos destacan, los populares trajes de caporales y de chinas morenas.

De los primeros se sabe que esta danza es poshispánica, procedente de las raíces ligadas a la saya, donde afrobolivianos de la región de los Yungas de La Paz la practicaban.

Esta danza, expresada como una trasformación social, a lo largo del tiempo ha ido cambiando a gran escala. Contagiando de ritmo y alegría a todos los danzarines y espectadores.

El caporal demuestra la fuerza y poder del capataz o caporal frente a la tropa, con su propia coreografía que impone diferencia frente a los otros bailarines.

En algunas épocas, los trajes tradicionales se han transformado abismalmente; sin embargo, en los últimos años las características tradicionales de cada danza se ha acentuado en cada fraternidad folclórica que ha introducido rasgos modernos que llaman la atención y proporcionan majestuosidad a su baile.

Los Caporales Universitarios de San Simón fueron creados hace 35 años por un grupo de jóvenes que fueron movidos e influenciados por el baile alegre y contagioso del caporal.

Durante estos años el traje del caporal de San Simón tuvo varios matices, que han impuesto tendencia en las diferentes entradas folclóricas dentro y fuera del país.

Este se ha convertido en un referente a nivel internacional y de cierta manera influencia a las nuevas fraternidades que siguen esta danza tradicional.

Los distintos diseños de los trajes, que los “Simones” han presentado a lo largo de toda su trayectoria han variado y evolucionando, a corde a las tendencias y necesidades del bailarín.

Sin embargo, una característica que tiene esta fraternidad es el Concurso Nacional anual que se lleva a cabo durante el mes de octubre, donde intervienen miembros de toda la fraternidad para seleccionar el diseño que será estrenado durante el sábado de carnaval en la ciudad de Oruro.

En este concurso, cada bloque que conforma la fraternidad de San Simón, entre ellos: Cochabamba, La Paz, Santa Cruz, Oruro y Sucre presentan dos novedosos diseños, los cuales se evalúan entre presidentes o guías de cada bloque, para luego seleccionar el diseño representativo para toda la estructura nacional.

Estos diseños están regidos por parámetros específicos los que caracterizan a la fraternidad, dando importancia a lo simbólico y representativo.

Julio Zelada, presidente del bloque ‘Mi Viejo San Simón’ mencionó que “los Simones tenemos muy claro el tema de los apliqués, los que van de acuerdo a la historia del Carnaval Orureño. Es decir las figuras de dragones, quirquinchos y otros. No hacemos figuras abstractas¨.

Y se han mantenido así para no salir de los esquemas tradicionales. De esa forma, todas las figuras tienen un significado que los caracteriza.

Una vez que el diseño se concreta, el ganador del Concurso Nacional debe presentar los moldes y sugerir las telas y colores.

La diferencia que tendrá cada bloque en toda Bolivia será el color, pues el diseño será exclusivo para toda la fraternidad.

Según Zelada por muchos años la fraternidad de Cochabamba fue la ganadora del concurso, gracias a los diseños presentados por William Camacho y Marcelo Cegredo.



Bordado y Confección

Una vez que se selecciona el diseño, inmediatamente se empieza con la confección y el bordado.

Para ello esta fraternidad cuenta con convenios con sastres y bordadores de trayectoria y esperiencia dedicados a este tipo de atuendo.

Según el presidente de la fraternidad “Mi viejo San Simón”, Julio Zelada, Eduardo Gutiérrez es uno de los sastres más representativos e importantes en la confección de trajes de esta ciudad, quien junto con su esposa y su personal de confianza se encargan de elaborar la vestimenta de los caporales.

“Desde 1984 que confeccionamos

los trajes para San Simón de Cochabamba, aunque también costuramos para los fraternos de otras ciudades, con mucha anticipación”, afirma Gutiérrez.

Una vez que la confección ha sido terminada, los trajes se entregan a los fraternos quienes analizan la posibilidad de bordar sus trajes personalmente o llevarlos a un bordador profesional. Uno de los artesanos más reconocidos en este gremio es Gemio Flores, reconocido nivel nacional.

Cabe resaltar que los maestros que confeccionan o bordan los trajes están obligados a mantener el secreto del diseño, ya que su contrato estipula una cláusula especial para no revelar el diseño a ninguna otra fraternidad, según comenta Zelada.

cambios a lo largo del tiempo

Cada año se pueden observar las diferentes variedades de trajes y características del caporal. Con en trascurso del tiempo se ha visto que los bailarines utilizaron diversos modelos, colores y texturas, pero la esencia del caporal continúa siendo la misma.

Uno de los cambios principales es que los vistosos trajes ya no son confeccionados en tela de terciopelo, actualmente se utilizan telas brillosas que además de ser fáciles de conseguir, brindan comodidad a los danzarines a la hora de bailar.

Por otro lado, las tendencias en los peinados han cambiado. El cerquillo bombé, de moda en algunos tiempos, era la sensación del momento. Actualmente ya no se utiliza este por estética y por moda.

Lo mismo ocurre con la joyería. Antiguamente esta no era indispensable, pero en estos años se popularizó la estandarización de los mismos para cada bloque.

“Otro de los cambios importantes es que los caporales ya no llevan el chicotillo ni la máscara por el tema de comodidad en las filas¨ mencionó Julio Zelada.

La vestimenta de la morena

En el baile de la morenada las chinas morenas destacan por sus característicos trajes relucientes, llenos de colorido y con delicados diseños.

Joana Tapia, fraterna de la morenada “Transpeco” mencionó que anualmente se trabaja en equipo. En general los diseños son seleccionados por bloques. En esta etapa las diseñadoras y bordadoras juegan un rol fundamental en la fase creativa.

Para ello seleccionan modelos característicos y coloridos. En general se eligen flores, las que están bordadas con lentejuelas y mostacillas. Diseños que a veces forman círculos o figuras artísticas que son muy atractivas a la vista.

Otras partes de la vestimenta como el corsé, pollera, botas, guantes y sombrero son cuidadosamente seleccionados para no tergiversar el traje típico de china morena.

“Nos regimos a las normas y escogemos diseños que no salgan de los esquemas típicos de los trajes. Sin embargo, se ha innovado y puesto de moda las polleras en forma de repollito, ya no es la clásica falda encaje por encaje”, asegura Tapia.

La moda y los diseños han cambiado a lo largo del tiempo, sin embargo las características culturales presentes en los trajes típicos bolivianos se mantienen y convierten a estos atuendos en extraordinarias piezas de arte, que se lucen durante las festividades religiosas de todos los departamentos del país.


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