19 de marzo de 2017

Chuquisaca Carnaval concluye con entrada intercultural



Toda la riqueza cultural de los migrantes campesinos asentados en las zonas altas de la ciudad de Sucre se visualizó ayer, durante la quinta versión de la Entrada Intercultural “Jatun Raymi”, en la que participaron casi medio centenar de grupos de bailarines y pandillas.

Así lo destacó el director Municipal de Cultura de Sucre, Gustavo Orihuela, presente en la actividad organizada por la Subalcaldía del Distrito 2 de Sucre, en la zona de Molle Molle.

La entrada se caracterizó por la presencia de una variedad de culturas como la jalq’a, yampara, tinku, ch’uta, entre otras, cuyos representantes ofrecieron al público color, música y danzas autóctonas. Incluso hubo grupos que pertenecen a Potosí y Cochabamba.

El elemento central de esta actividad fue la enorme pucara instalada en forma de escalera, recubierta con verduras, frutas, panes, rosquetes, carne de una res completa y otros productos introducidos en los últimos años como gaseosas, cerveza y otras bebidas alcohólicas.

Como sucede en otras fiestas y hoy mismo en Tarabuco, el altar se levanta en honor a la Pachamama, como una muestra de agradecimiento por todos los productos agrícolas recibidos.

Muchos danzarines, especialmente mujeres, participaron cargando algunos frutos agrícolas recién cosechados como choclos, papas, manzanas, duraznos y flores silvestres, que reflejan el periodo de la cosecha en el calendario agrícola, que también coincide con la fiesta del Carnaval, que ayer fue dada por concluida en los barrios altos de Sucre.

Alrededor de las 9:30 la gente llegó a Molle Molle para apreciar la Entrada Intercultural “Jatun Raymi”, que comenzó aproximadamente a las 12:15.

Los grupos de danzarines y pandillas, identificados por la vestimenta y una especie de pancartas, se acomodaron de acuerdo con el orden de llegada, para recorrer de a poco las cuadras señaladas, esperando su turno para brindar un espectáculo frente al palco oficial, donde se instalaron autoridades municipales e invitados especiales.

Los integrantes de las pandillas y los comunarios danzaron y cantaron al ritmo de melodías interpretadas por charangos, bombos, pututus, quenas, pinquillos y sicuris, mientras bebían chicha.

El lugar fue resguardado por un contingente policial que se desplegó por todo el trayecto de la entrada, donde también se apostaron vendedores de una variedad de comidas y refrigerios y algunos objetos de hogar.

Así, culminó el Carnaval en las zonas altas de Sucre, una actividad de los habitantes del área rural de Chuquisaca y los departamentos de Potosí y Cochabamba, que llegan en busca de mejores oportunidades de vida.

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