16 de noviembre de 2014

Danzas, bandas, y bordadores deben llevar la insignia de Bolivia

Las danzas, las bandas, los trajes y los bordados que se lleven a otros países tienen que estar identificados con la insignia de Bolivia. La propuesta busca que el patrimonio boliviano sea protegido y se lo reconozca en todo el mundo.

La sugerencia corresponde a la exministra de Cultura de Bolivia, Zulma Yugar. Considera necesario que los fraternos que salen del país a eventos folclóricos internacionales lleven volantes y afiches donde se especifique que danzas como la diablada, morenada y caporales, entre otras, son patrimonio boliviano.

REGULACIÓN Además, desde el punto de vista de Yugar, la salida de las bandas bolivianas a festividades organizadas por otros países tiene que ser regulada.

“Tendrían que poner en sus instrumentos una insignia boliviana”, aconseja.

Hay músicos que tocan en acontecimientos peruanos o chilenos y son presentados como propios de esos países.

Lo mismo sucede con los trajes que confeccionan los artesanos orureños, que son exhibidos en festividades extranjeras, donde no reconocen su procedencia.

Yugar también propone que se obligue a bordar la bandera nacional u otro símbolo en los atuendos de los danzarines. “Si no se respeta, entonces no sale”, es lo que se debería decir a los bolivianos involucrados con las danzas, asegura la exautoridad artífice de la declaratoria de Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad al Carnaval de Oruro en 2001.

Otra recomendación importante de la exministra de Cultura es que las autoridades respalden las entradas folclóricas que los compatriotas bolivianos migrantes organizan en otros países, pues a través de ellas se difunden las expresiones nacionales por el mundo.

Por su parte, el presidente de la Fundación Cultural Alfredo Soliz Béjar y director de la producción televisiva Pentagrama del Recuerdo, Alfredo Soliz, indica que una de las acciones urgentes que debe asumir el Ministerio de Culturas es crear un cárdex de las danzas nacionales.

"Ha habido un descuido enorme, por parte de las autoridades, de no hacer un registro adecuado de cada una de las danzas", expresa, con tono molesto, Soliz.

HISTORIAL Agrega que se debería crear un historial de cada danza, en el que se incluyan fotografías, videos, testimonios y demás pruebas sobre el origen y la evolución de estas expresiones.

Bolivia, al no contar con documentos de este tipo, desde el punto de vista de Soliz, no puede hacer una buena representanción ante la Unesco para defender lo que es suyo.

"Todavía estamos a tiempo", afirma Soliz, al indicar que hay algunos registros de este tipo en el país, por ejemplo en los archivos de la Fundación Simón I. Patiño o publicadas en libros de autores nacionales, pero todos son resultado de iniciativas personales o privadas y sin participación gubernamental.

DESCUIDO GRAVE Yugar informa que el nombramiento que la Unesco dio el año 2001 a la capital del folclore engloba automáticamente a las danzas que se presentan en la festividad.

La morenada, los caporales, la kullawada, la diablada y otros bailes más ya están reconocidos como bolivianos mundialmente. Por tanto, la petición del Perú para registrar danzas bolivianas como si fueran propias "es injusta".

Yugar dice que el Estado boliviano debió reforzar la mención que se realizó 13 años atrás, por ejemplo, creando, leyes nacionales que resguarden las expresiones folclóricas del país.

Advierte que si la Unesco da curso a la solicutud peruana significaría un perjuicio grave para Oruro, considerando las políticas de promoción turística del país vecino.

Es decir, las autoridades peruanas no dudarían en invertir en una campaña publicitaria internacional y constante, con la finalidad de conseguir espectadores para la festividad de Candelaria en Puno. Se respaldarían en el nombramiento de su festividad como Patrimonio Mundial, si es que la Unesco se lo da.

Desde el punto de vista de Soliz, el tema publicitario es una de las mayores debilidades de Bolivia, pues hay poca inversión en spots y otro tipo de materiales de difusión masiva que recalquen el significado mundial que tiene el Carnaval de Oruro.

Yugar concluye indicando que están fallando las políticas de promoción internacional.

“Las danzas del Carnaval de Oruro tienen que llegar a ser como el tango, todo el mundo lo baila pero a la vez se sabe de dónde proviene”, finaliza.

Datos.

Originales

Las danzas folclóricas que son oriundas de Bolivia son la morenada, potolos, pujllay, quena quena, rueda chapaca, saya, suri sikuri, tarqueada, tinku, tobas, waca waca, diablada, doctorcitos, huaykole, sarao o la trenza, incas, kallawayas, kullawada, llamerada, macheteros, antawara, caporales, chovena y chutas.

Decenas

De danzas folclóricas que se bailan en Bolivia están siendo investigadas, con el propósito de develar su origen.

Origen

El Carnaval de Oruro es una celebración religiosa que data de hace más de dos mil años. Debido a la creatividad, la continuidad y la ritualidad que manifiesta, esta festividad se constituyó en un modelo de Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, el año 2001.

Fusión

El Carnaval de Oruro es una de las pocas festividades que fusiona danzas que aluden al inframundo, como la diablada, con lo religioso y la fe en la Virgen del Socavón.

Fiesta peruana es en fecha próxima al Carnaval orureño

La festividad de la Virgen de la Candelaria de Puno (Perú) no solo se asemeja al Carnaval de Oruro en las danzas, sino también en la temporada de celebración, pues es el 2 de febrero.

Este tipo de similitudes provocan susceptibilidad en la población boliviana. “¿Cómo van a querer que nombren a esa fiesta un patrimonio, si es una copia del Carnaval de Oruro?”, cuestionó Mauricio Gutiérrez, integrante de una morenada.

“Nos van a quitar el público que viene a vernos desde otros países”, alertó una fraterna de tinkus, María Nela Romero.

Sin embargo, algunas autoridades peruanas, como el presidente regional de Puno, Mauricio Rodríguez y la directora de Patrimonio Inmaterial del Ministerio de Cultura de Perú, Soledad Mujica, justificaron su pedido a la Unesco, indicando que “hay mucho patrimonio en el altiplano que se comparte entre los pueblos. Los aimaras y los quechuas convivían mucho antes de que Bolivia y el Perú separaran sus territorios”, afirmaron al periódico peruano El Comercio.

Asimismo, indicaron que su intención no es usurpar las danzas bolivianas, sino que se declare Patrimonio Cultural de la Humanidad a la fiesta de la Candelaria. No obstante, en el video que enviaron a la Unesco, para realizar la solicitud, aparecen personas bailando diablada, lo que generó gran molestia en la comunidad boliviana. La solicitud de diálogo de una comisión boliviana fue rechazada por la Alcaldía de Puno y el Comité de Salvaguardia de la Festividad Virgen de la Candelaria.

Varios tratados contribuyen a la defensa del patrimonio



La exministra de Cultura, Zulma Yugar sugirió a las autoridades bolivianas que hagan referencia a tratados internacionales para defender el patrimonio nacional.

“Tenemos acuerdos regionales en los que los países se comprometen a respetar las autorías”, explicó Yugar.

La exautoridad citó al Acuerdo de Cartagena, un instrumento jurídico internacional con el que se puso en marcha el proceso de integración y fue suscrito el 26 de mayo de 1969 en Quito (Ecuador).

Uno de los objetivos de dicho documento es “promover el desarrollo equilibrado y armónico de los Países Miembros (Perú, Colombia, Ecuador, Bolivia) en condiciones de equidad, mediante la integración y la cooperación económica y social”.

Además de este tratado, hay otros bilaterales, según Yugar, que aportarán al momento de que Bolivia se pronuncie ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y la Cultura (Unesco) la declaratoria de Patrimonio Cultural de la Humanidad a la festividad de la Candelaria.

La objeción formal de Bolivia ya fue presentada, esto debido a que Perú no respondió al respecto.

Se prevé que en los próximos días la Unesco responda a la solicitud peruana, entre tanto las protestas bolivianas no se dejan esperar.

La Unesco tiene el mandato de fortalecer la defensa del patrimonio, su historia, identidad y memoria.

Los folcloristas tenemos que reunirnos para evitar plagios



Esther Maldonado

Dir. Ballet Folclórico UMSS

El folclore representa la esencia de la gente de un determinado lugar, es decir que es único en el mundo. Entonces, así son todas nuestras danzas.

Por ejemplo, como Ballet Foclórico de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), alguna vez viajamos a Puno y Arequipa, donde la gente bailaba y presentaba las danzas folclóricas de Bolivia, como si fueran danzas peruanas. Hablo del caporal, del tinku, de la morenada e inclusive de la kullawada.

Por esta razón, en varias oportunidades mi persona ha sentado un precedente diciéndoles a los peruanos: “¿Para qué hemos venido de Bolivia a mostrar nuestro folclore si acá nos están plagiando las danzas?”.

Pero ellos, (los peruanos) mostraban las danzas bolivianas con ciertas variaciones. En caporales, por ejemplo, las mujeres bailan de una forma diferente. Ellos cambian ciertas características, para poder apropiarse de lo que no es suyo.

Por todo esto, lo primero que tenemos que hacer los bolivianos es conocer las características claves de nuestras danzas folclóricas. La clasificación de las danzas tiene que ser: autóctonas, tradicionales, estilizadas y de proyección. Si nosotros tenemos claras estas áreas, entonces no habría mayor problema.

Hay algunos ballets folclóricos y fraternidades que cambian las características de las danzas para quedar bien con la gente que participa, pero solo distorsionan la esencia de las danzas.

Es por este tipo de acciones que ser jurado calificador de entradas folclóricas es cada vez más difícil, porque no sabes qué vas a calificar.

Lo que tendríamos que hacer es reunirnos los que hacemos folclore y tener clara la idea de qué tipo de folclore estamos poniendo en escena, porque nosotros sabemos que lo tradicional es irremplazable.


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