4 de febrero de 2012

Rumbo al Carnaval Con manos fuertes y laboriosas se amoldan las caretas de metal

Los abuelos de Laura Blacutt del taller de Bordados y Máscaras Folklóricas "Monarca", son provenientes de la cuidad de La Paz, trajeron consigo un innovador diseño y material para la elaboración de caretas, pero éstas no eran tradicionales como las caretas de yeso, puesto que se construían con láminas metálicas, las cuales eran acuñadas con manos fuertes y laboriosas siendo amoldadas en una base de madera semicircular denominada moqu (nudo).

Primero sacaron moldes en papel, para luego cortarlas en hojalata, este proceso de elaboración de caretas metálicas fue heredado a su mamá Felipa Leonor Cruz y ésta a su vez a su esposo Orlando Blacutt y luego por sus hijos.

Para realizar este trabajo se requiere de mucha fuerza y paciencia, ya que las caretas se elaboran por decenas, por el manejo de la lata. Primero se realiza el corte, luego son acuñadas para darle forma y que se asemeje al rostro humano con algunas exageraciones en los pómulos, la nariz y los labios, porque se elabora a mano y con martillo.

Luego se realiza el ensamble siendo soldadas las piezas en aproximadamente una semana y unos dos días el pintado, con soplete en una base blanca. Para las caretas de achachis se combinan los colores tratando de llegar al tono de la piel blanca, en cambio de los morenos son pintadas de color negro y se les añade algo de purpurina para darle brillo, el manejo de este polvo debe ser en forma delicada, porque este material si se aspira puede dañar la salud, es por eso que utilizan barbijos durante su manipulación.

La familia es especialista en el trabajo de hojalata, puesto que realizan caretas de moreno, luego de achachis, el cual nunca fue fabricado en base a yeso, además que les toma el doble de tiempo que una careta normal porque tiene más ornamentas, también elaboran caretas de chinas y diablezas.

Algunos danzarines prefieren utilizar caretas de lata porque es más barato, ya que cuesta alrededor de 180 bolivianos, son resistentes, livianas, se puede hacer mantenimiento. En cambio las de yeso cuestan aproximadamente 200 bolivianos, pero con la humedad se deforman, también son propensas a romperse en una caída y son más pesadas.

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