7 de marzo de 2014

Carnaval Cochalo, un derroche de alegría, diversión y juego

El Carnaval se vive de diferentes maneras en Cochabamba. En los valles se destacan las pandillas y las coplas, en el trópico las comparsas y el folklore, en la zona andina los bailes autóctonos y el tributo a la Pachamama. En la ciudad, priman la picardía y las expresiones culturales del Corso de Corsos, que es una síntesis de la celebración en Bolivia.

El oficial superior de Cultura, Uvaldo Romero, afirmó que el Carnaval de Cochabamba por situarse al centro de Bolivia, concentra los eventos más importantes del país, como las entradas zonales, “eventos de mucha pluralidad en los que se concentran expresiones culturales del altiplano, oriente y chaco”.

“En Cochabamba conviven todas las costumbres que constituyen una riqueza plural de mucho significado. A esto se suman los procesos de modernización que tienen una influencia global; el Carnaval está formado por estas expresiones urbanas”, afirmó.

Asimismo, un ingrediente que no puede faltar es la gastronomía y el plato tradicional: el puchero, que se elabora con una mezcla de carne, arroz blanco, repollo, papa, garbanzo y ají. Hay quienes agregan pera y durazno, frutas de la temporada.

El Martes de Ch’alla es otro elemento propio del Carnaval. El ritual sirve para agradecer a la Pachamama y pedir su bendición, abundancia, protección y felicidad para la familia. “Sin descuidar lo que se da a la naturaleza que nos cobija. Es un permanente estar en equilibrio”, explicó el director de Turismo de la Gobernación, José Cerruto.

Explicó que es un tiempo en el que se debe aprovechar la diversidad de alimentos que se pueden comer desde hortalizas, verduras hasta frutas propias de la época, como parte de la cosecha después de un tiempo de lluvia.

“El tiempo del Carnaval es un momento para buscar la armonía y el equilibrio”, aseveró Cerruto, al tiempo de aclarar que es una celebración en la que prima la alegría y la voluntad de que no hay nada sin la complementariedad entre el hombre y la mujer.

El responsable del Centro de Encuentros Interculturales Andino Amazónicos, Wilfredo Camacho, dijo que en el Carnaval andino se festeja el equinoccio de verano, “un tiempo del paraypacha, dedicado a la mujer”.

“El Carnaval de Cochabamba además de ser el más largo del país, tiene que ver con la capacidad de integración en comunidad, convivencia, que engloba a todas las culturas de Bolivia”, concluyó Romero, a tiempo de invitar a las personas a disfrutar de las fiestas sin descuidar el apoyo a los damnificados por las inundaciones en todo el país.



La región metropolitana

Según el director de Turismo de la Gobernación, José Cerruto, la región metropolitana se caracteriza por dos elementos que destacan en la zona. El Corso de Corsos, que se replica en las entradas zonales y el Corso Infantil, en el que personas disfrazadas presentan bailes de todo el país para deleitar al público.

A ello se suman las unidades militares que durante mucho tiempo y con creatividad preparan sus bailes, trajes y carros alegóricos con los que logran cautivar la atención y aplausos de los espectadores durante las primeras horas de la mañana.

El otro elemento importante es la integración entre bolivianos de todos los departamentos, ya que al ser el último en cerrar su Carnaval congrega a la diversidad en un solo espacio.

Actualmente, la dirección trabaja en posicionar el taquipayanaku o copla como una característica propia de Cochabamba en el Carnaval, donde las rimas y versos picarescos son los que endulzan los oídos de la población.

Sin embargo, en el libro, “Coplas y sabores, ensayos y análisis del Carnaval”, Ramón Rocha Monroy, hace mención a dos elementos que se están perdiendo en la cultura urbana cochabambina durante las fiestas del Carnaval en el último tiempo: “La buena chicha y la música valluna”.

“La pregunta es por qué se han perdido (las coplas) de nuestro Carnaval y por qué han sido sustituidos por la morenada y las bandas de música”, preguntó Rocha.

Cliza y Morochata suspenden el Carnaval

Los municipios de Cliza y Morochata, anunciaron que por los desastres naturales sucedidos en su jurisdicción, no realizarán los festejos propios del Carnaval valluno, ya que el dinero que tenían presupuestado para ello lo utilizarán en apoyar a las familias afectadas por los deslizamientos.

Entretanto, el director de turismo de la Gobernación y el oficial superior de Cultura de la Alcaldía, pidieron a la población celebrar el Carnaval, pero sumándose a los eventos solidarios para apoyar a las familias damnificadas del departamento y el país.

CELEBRACIÓN EN REGIONES

ZONA ANDINA: DESAFÍO Y JUEGO

Los municipios de Arque, Tacopaya, Independencia, Cocapata, Morochata, Sicaya, Bolívar y Tapacarí festejan el Carnaval con una relación fuerte con la Pachamama, expresada en sus canciones y bailes interpretados con charangos, qonqotas, tarqueadas y el canto de las mujeres.

Dos elementos destacan el festejo: la anata andina, que significa fiesta o juego, en el que uno comparte la alegría y la naturaleza florece; y el k’ajchaku o enfrentamiento ritual entre grupos, en el que se llama la atención al otro para ajustar la relación, botándose fruta o cada uno va con chicote, para golpear en la pantorrilla del otro que escapa.



CONO SUR: UNA REGIÓN POR DESCUBRIR

Las coplas de esta zona son el atractivo principal. Tienen la costumbre de los “qupuyus” o “tatalas”, que constituyen una mesa ritual donde se ponen los mejores frutos, panes, verduras, confites, globos y otros, que es armada en devoción al Cristo Crucificado. La fe es el alma para celebrar la fiesta, ya que ella invita a todos los grupos, comparsas y pobladores a bailar alrededor de la mesa como una muestra de agradecimiento. En Vacas existe un desfile en caballos en el que las mujeres y varones entran cabalgando, bailando y cantando.

Los municipios que son parte del cono sur son Arani, Vacas, Aiquile, Pasorapa, Omereque, Totora, Pojo Pocona, Mizque, Vila Vila, Alalay y Tiraque.



VALLES Y LAS PANDILLAS CARNAVALERAS

El elemento principal que le da sabor a los festejos del Carnaval en la región del valle son las entradas carnavaleras con “pandillas” de hombres y mujeres quienes enlazan los brazos para cantar y bailar al ritmo de la música tradicional. La q’oa, como una ofrenda de agradecimiento a la Pachamama, es el ritual tradicional practicado en la región antes del comienzo de la celebración.

Pobladores de los municipios de Capinota, Santiváñez, Tarata, Arbieto, Anzaldo, Sacabamba, Cliza, Toco, Tolata, Punata, Villa Rivero, San Benito, Tacachi y Gualberto Villarroel acostumbran a usar flores, plantas, frutas y serpentina para el concurso de coplas, caracterizadas por tener una rima impecable.



TRÓPICO, COPLAS Y ENTRADAS ZONALES

Caracterizado por la confluencia cultural en medio de la diversidad que tiene su vegetación y clima, ofrece a los turistas los taquipayanakus y las entradas carnavaleras, en las que se podrá encontrar la diversidad de participantes de todo el país y el mundo. Algo interesante en la región es que los pueblos indígenas originarios suelen mandar una canoa adornada con producción de su cosecha y como sinónimo de la diversidad río abajo.

Los municipios de Villa Tunari, Chimoré, Puerto Villarroel, Entre Ríos y Shinahota esperan la visita de los bolivianos para compartir momentos de alegría y diversión al son de la música del Carnaval en medio de un clima exuberante.

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