13 de agosto de 2011

Ritmo y tradición del oriente chobena

Oí cambinga aguililla, coqueta y traviesa que te has pensao, dice parte de la letra de Paica en Carnaval, composición de José René Moreno que se convirtió en una de las chobenas más conocidas del cancionero popular del oriente boliviano. La pieza refleja en letra y música diversos elementos característicos de la región chiquitana, de donde proviene uno de los ritmos representativos de la región.
La chobena es una forma musical eminentemente originaria de Chiquitos (que comprende el este y noreste del departamento de Santa Cruz), pero en cuanto a línea melódica y armonía, también ha sido influida por el sistema musical europeo. Asimismo, al ser junto al taquirari y el carnaval uno de los tres ritmos orientales por excelencia, pasó de ser una música rural a ser interpretada por artistas de diversos estilos, habiéndose creado infinidad de composiciones, como la canción de René Moreno, basadas en el peculiar compás de ‘va y viene’ a manera de una danza de guerra.
No obstante, gran parte de los temas creados a base de chobena en los últimos tiempos no resaltaban las características de la zona de donde proviene el ritmo. A esa conclusión llegó el cantautor cruceño Aldo Peña antes de inspirarse para componer la Chobena de San Miguel, por encargo del municipio perteneciente a la provincia Velasco, como parte de los festejos de la fiesta patronal.
Chiquitano de origen (pues nació en San Ignacio de Velasco), Peña se ha propuesto rescatar todo lo relacionado con la chobena genuina chiquitana, desde los pasos y coreografías hasta el rescate y el uso de los instrumentos nativos, como el yoresoma y el pífano. “La música y la letra de Chobena de San Miguel me pertenecen y estoy proponiendo una composición que tenga el alma chiquitana mezclada con instrumentos como el mapunotuma y el secu secu, adornados con el sonido universal y bello de una orquesta sinfónica”, explica el autor de La magia del brincao.
Para su proyecto ha convocado a Raúl Landívar Justiniano, más conocido en la zona como el ‘profe’ Famín, profesor de música y estudioso de las danzas indígenas misionales en los diferentes pueblos de Chiquitos. Además de observar la evolución de la danza, Landívar se ha ocupado de impulsar una coreografía en la que no se distorsione en nada los pasos originales y se conserven elementos auténticos chiquitanos.
De esa forma, para hacer más genuina la pieza creada por Peña, se han utilizado vocablos, como cupiquiquias (plural de señorita) y yoresoma, nombre en dialecto chiquitano del secu secu, una especie de onomatopeya al sonido musical que produce una flauta de pan conformada por seis flautas divididas en dos grupos, uno llamado madre (que toca los sonidos Do, Mi, Sol ) y el otro hijo (que tiene las notas Re, Fa y La).
Asimismo, se menciona al mapunotuma, una caja pequeña que tocaban solo los macheteros de San Miguel de Velasco. El nombre es una clase de verbo que significa tocar la caja. “El músico que lo toca al mismo tiempo ejecuta el flautín, una especie de topüx pequeñito. El flautín tiene un orificio para soplar y dos para modulación del sonido. Se puede tocar con una mano, y con la otra, sosteniendo un palitroque, se toca el mapunotuma”, menciona Landívar.
Todos estos instrumentos y sus funciones también se los menciona en el libro Música, danza e instrumentos tradicionales del departamento de Santa Cruz, del músico e investigador Damián Vaca Céspedes, presentado el año pasado con el fondo editorial del municipio de Santa Cruz de la Sierra.
En la obra, además de una descripción detallada de los instrumentos, se puede encontrar datos de los rituales y danzas que se desarrollan en Chiquitos, entre las que se destacan el baile de las banderas, de las lanzas, de los tambores y del cántaro de chicha, además de la danza de los bejucos, que se realiza luego de concluir la ceremonia del sarao. “Se procede a desarrollar figuras en dos filas paralelas a cargo de los niños, los que portando bejucos, realizan distintos pasos y estructuran formas y esquemas coreográficos para luego trenzar sus ramas. Uno de los niños desempeña el rol de angelito y es trasladado formando círculos en toda el área”, indica Vaca.
El sarao es un baile de cintas muy común en ciudades del continente, que surge como una influencia hispana, cuyo origen se acerca a celebraciones de tipo popular. “El sarao era el baile que se realizaba en el palacio del rey, duque o archiduque. Cuando llegaron los jesuitas españoles hicieron una reminiscencia de esa danza designando a un rey y una reina. Se bailaba en honor al patrono del pueblo. Primero se ejecutaba la contradanza con todo el séquito de los monarcas y después venía el baile del palo con cinta, que se quedó con el nombre de sarao, porque así se designaba a todo el conjunto de la danza”, comentó Landívar.
El profesor pretende que en la elaboración de las coreografías se incluya al cacique, que se denominaba iriabó. Al respecto, Landívar hace referencia al famoso naturalista francés Alcides D'orbigny que en su libro Viaje a la América meridional cita a una muchacha que llevaba el yavarí, un bastón largo con el que se daba prácticamente la voz de mando para que bailen. “Al golpear el yavarí en el piso sonaban las maracas que estaban atadas en el extremo superior del palo. Hay una diversidad de danzas ejecutadas netamente por los indígenas en los diferentes pueblos anteriores a las misiones jesuíticas, pero la mayoría se baila al ritmo de la chobena”, afirmó Landívar.
En la actualidad se conservan algunos elementos de esa tradición, pero, sobre todo, lo que se mantiene es la forma de bailar la chobena en la zona de Chiquitos.
Todo lo contrario ocurre en los grandes centros urbanos, como la capital cruceña donde se ha distorsionado la manera de ejecutar el baile. La experta en danza regional, Yolanda Cabrera se anima a mencionar el momento en que la chobena se comenzó a bailar erróneamente, rengueando. “El paso cojeado es propio del huaiño (ritmo andino). El error surgió a partir del Tercer Festival Sombrero 'e Saó (1989) en el que se empezó a bailarlo como lo hacían los elencos del interior”, asegura Cabrera.
¿Qué se debe evitar? “Sobre todo el que se baile cojeado, porque se ve mal”, dice el ‘profe’ Famín, que considera que ese rengueado es más característico de una rueda chapaca, de Tarija. “El chiquitano, sea cual fuere su pueblo, baila de dos maneras. La primera, arrastrando los pies (aquellos que observan el baile dicen que se le está sacando viruta al piso, porque el movimiento del pie se asemeja al que se hace con el cepillo del carpintero, o están levantado polvareda). La segunda es un trote pero con los pies parejos, sin renguear. El trote se da de manera lenta, pausada o de manera rápida, como una carrera”, ejemplifica Landívar.
A su turno, la profesora Cabrera se refirió a la indumentaria característica de la mujer de la región chiquitana, el tipoi, el cual no ha estado exento de distorsión y transformación en su diseño y elementos originales, en ese afán de modernizar y proyectar las danzas del oriente boliviano. “En la elaboración del tipoi, como indumentaria femenina también se cometen muchas deformaciones. Se puede usar falda y blusa con volados, pero nunca se había visto un ‘tipoi top’, ni la falda corta, no sé de donde se han sacado eso”, reclamó Cabrera. Mencionó que hay tipoi para las casadas, para las viudas y uno diferente para las solteras, mientras que Landívar insistió en que el tipoi original es de una sola costura y hasta los tobillos, con adornos complementarios como cintas de colores.

Canción

Chobena de San Miguel
Letra y música / Aldo Peña

Intro orquestal
(Secu secu, chininises y flauta migueleña)

Ya llega la fiesta del
patrono del pueblo
Que alegra nuestra Misión
Ya llega la fiesta del
patrono del pueblo
Que alegra nuestra Misión

Toquen las campanas Pa’ que venga la gente
A pedir la bendición

La flauta y el secu secu
La caja empezó a tocar
Las mamas hacen la chicha
Que con los posacas
Vamos a brindar

La flauta y el secu secu
La caja empezó a tocar
Las mamas hacen la chicha
Que con los posacas
Vamos a brindar

San Miguel, San Miguel
Fiel arcángel del reino de Dios
San Miguel, San Miguel
Paraíso de luz y de amor

San Miguel, San Miguel
Buen custodio de
nuestra verdad
San Miguel, San Miguel
Patrimonio de la humanidad

Intro orquestal
(Violines, Flautas e instrumentos nativos y de orquesta sinfónica)

Ya llega la fiesta del
patrono del pueblo
Que alegra nuestra Misión
Toquen las campanas
Pa’ que venga la gente
A pedir la bendición

Vengan a la rueda grande
Cupiquiquias a bailar
Con los taucas y tabicas
El mapunotuma tiene que sonar

Coros

San Miguel, San Miguel
Fiel arcángel del reino de Dios
San Miguel, San Miguel
Paraíso de luz y de amor

Coros

San Miguel, San Miguel
Buen custodio de
nuestra verdad
San Miguel, San Miguel
Patrimonio de la humanidad



Instrumentos

- Secu secu. Instrumento de viento que consta de seis tacuarillas, separadas en dos partes formando un par de tres tacuarillas cada uno.

- Topüx. Instrumento aerófono, de aproximadamente un metro y diez centímetros de largo. Consta de un orificio que sirve de embocadura y dos orificios distales en el extremo opuesto, que obliga al músico a estirar el brazo durante su ejecución.

- Yoresoma. Consta de seis tacuarillas sujetas entre sí por purubisch (hilo del algodón). El orden de la tacuara es ascendente, desde la más pequeña hasta la más grande. Su origen se remonta a épocas precoloniales, cuando su utilización estaba ligada a ceremoniales nativos que en la colonia fueron censurados.

- Caja. En bésïro taboxhiosï es un instrumento que tiene forma de un redoblante y precisamente su función es esa. Su estructura es circular y elaborada con cáscara de corteza dura.

- Bombo. De forma similar a la caja pero su tamaño es mucho mayor. No tiene la correa de yute en la parte inferior y su sonido es grave y expansivo.

- Flauta de tacuara. Uno de los instrumentos más característicos de las culturas del oriente boliviano. Conocido en las provincias chiquitanas como buxïx y en la provincia Guarayos como yata mïmbi. Se trata de un aerófono de la familia de las flautas traversas.

- Maracas. Perteneciente a la familia de los idiófonos (al igual que el chininís) es de golpe directo o de sacudimiento. Conocido también como caracachá.


1 comentario:

  1. Yessica Azaba de Sta Ana del Yacuma22 de febrero de 2014, 17:32

    Hola buenas noches excelente la página pero por favor agreguen otras canciones del oriente boliviano con los tipos de instrumentos que se utilizan, me encanto los datos respecto a algunos instrumentos que se publicaron en esta edición, muchas gracias por sus aportes pues hoy me sirvió de mucha ayuda para un trabajo que dirijo, suerte y sigan adelante.

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