19 de agosto de 2011

Puneños intentan adueñarse nuevamente de “La Diablada”

A un mes y cuatro días que el presidente del Estado, Evo Morales, promulgó la Ley No. 149, en la que declara Patrimonio Cultural e Inmaterial de Bolivia a “La Diablada”, un grupo de ciudadanos en Puno realizó un conversatorio con la finalidad de que la provincia de Chucuito - Juli sea declarado como la cuna de la Diablada Altiplánica.

Según señala el periódico peruano Los Andes, todos los ponentes que participaron del I conversatorio denominado “Juli, cuna de la diablada altiplánica”, coincidieron en que se debe nombrar como tal a la “Pequeña Roma de América”, en los días venideros.

Tras la actividad, que fue organizada por la Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL) de Chucuito-Juli, las autoridades, asimismo, anunciaron que la norma que oficializará la declaratoria exigida se dará en los próximos días mediante documentos emitidos por la Municipalidad local.

“En la provincia de Chucuito-Juli hay evidencia suficiente para que se declare a ésta como patrimonio de la diablada, esto se debe dar merced a la historia ocurrida en esta parte de la región. Los aymaras utilizaron el Supaya (imagen del diablo) para atemorizar a los españoles como una forma de protección”, sostuvieron los expositores, según el matutino.

Otra prueba, refirieron, se da en la danza del K’usillo, que es una especie que deriva del diablo por tener su mascarilla en forma demoníaca, la cual se baila en el mes de septiembre y con la que se apertura la siembra.

Finalmente, el director de la UGEL de Chucuito-Juli, Juan Palomino Sanizo, como se cita en el periódico Los Andes, se comprometió a exigir al Instituto Nacional de Cultura (INC) la declaración definitiva de la “Pequeña Roma de América” como cuna de la diablada; asimismo, los historiadores locales pidieron un presupuesto a la municipalidad local para la investigación respectiva.

IMAGEN MUNDIAL

La danza de la Diablada entre otras, sus vestimentas y sus máscaras, fueron reconocidas dentro del Carnaval de Oruro, como “Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad” el 2001, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

En el formulario de postulación a dicha nominación patrimonial, al momento de realizar la descripción de la manifestación cultural del Carnaval de Oruro, se hizo énfasis en la danza de la Diablada, como el epicentro ritual y ceremonial de la festividad, considerada como proceso histórico y místico, manifestándose en la danza, la música y la vestimenta.

Ancestralmente, la danza de la Diablada se originó en las comunidades de los Urus, Muratos - Capillus y Chipayas. Una de sus expresiones culturales con características propias de su cosmovisión, manifestando la adoración al dios del bien y del mal: El Tiw, protector de los Urus en minas, lagos, ríos, grutas, cavernas y abrigos rocosos. Los Urus lo recuerdan y adoran con la danza de los diablos cuyo principal personaje es el propio Tiw, dicha concepción que se españolizó en la expresión de “tío”, derivó en el mito del diablo perfectible, que arrepentido de sus pecados se hizo devoto de la Virgen del Socavón.

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