20 de febrero de 2011

Mamani Mamani pinta mantas de Gran Poder por $us 2.000

Roberto Mamani Mamani está orgulloso de que sus lienzos adornen paredes de casas lujosas y que también se aprecien en la vestimenta de las cholas en la entrada del Gran Poder. Pero lucir una obra original del artista es un verdadero lujo. “Una manta pintada cuesta igual que un cuadro, unos 2.000 dólares”, dice.

Desde hace tres años plasma su arte en la ropa de la fraternidad de la morenada Catedráticos del Gran Poder. Cada gestión lanza diseños exclusivos, que son bordados en las mantas y polleras de las danzarinas.

“Es un orgullo que una cholita luzca una de mis obras en su manta”, dice el artista, para quien la fiesta del Gran Poder es la ocasión perfecta para mostrar su estilo basado en la cosmovisión andina y los colores vivos.

Mamani Mamani piensa que el hecho de participar en fiestas populares desmitifica aquella idea de que para apreciar una obra de arte la gente tiene que visitar un museo.

“Unas señoras me pidieron mantas con diseños especiales y no les importó que cuesten igual que un cuadro”, cuenta. Luego sonríe y dice: “Y lo hice. Se trata de pedidos muy especiales”.

Las bailarinas que no pueden darse el lujo de vestir una obra original de Mamani Mamani se conforman con la copia del lienzo bordada en su manta. “Una vez han pedido que pinte una manta para Puerto Acosta y que esté inspirada en la historia de la danza del auki auki”, relata, dejando en claro que a través de su arte busca plasmar la historia del mundo andino.

Con esa filosofía, Mamani Mamani causó sensación en la entrada del Gran Poder de 2009, cuando imágenes del Illimani, los niños coca, las awichas, el sol y otras plasmadas en la indumentaria de Los Catedráticos sorprendieron a los espectadores.

“La primera vez que sacamos los diseños en las mantas ganamos el primer premio. Ésa fue una innovación única, que el arte se incorpore en una expresión cultural”. Pero esta innovación supuso además imponer una moda en la ropa de chola, que causó sensación en La Paz. Incluso antes de su estreno, en el mercado local ya se vendían prendas con réplicas de sus dibujos.

“Muchos dicen: ‘Mamani Mamani, no es un artista, es un comerciante’, pero lo cierto es que detrás de todo hay una propuesta cultural, de colores y de ritualidades”, finaliza.

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