os músicos entregan, cada domingo desde Todos Santos, pequeños anticipos de lo que se vivirá el día de Carnaval
La gran cita carnavalera está a la vuelta de la semana. Por eso, los afanes, los preparativos se intensifican en Oruro, no por nada la capital del folklore boliviano. Los ensayos de domingo se han sucedido puntualmente desde noviembre del año pasado. Si bien las comparsas piden un número específico de músicos —no acude el conjunto completo como sucederá el próximo sábado de Carnaval— cada sesión, sobre todo las más recientes, permite hacerse una idea de lo que será el festejo declarado Patrimonio Oral de la Humanidad por la Unesco.
Una decena o cincuentena de músicos, dependiendo de las necesidades de los grupos de bailarines, acompaña los ensayos. Tubas, trompetas, platillos y bombos se ponen de acuerdo y rompen el silencio. Hay que imaginar lo que será cuando bandas como Proyección Oruro, con su centenar de músicos, o los 180 de Pagador tomen las calles dentro de seis días.
Al ritmo de morenada, caporal, diablada, tinku... los músicos pasan desde la mañana hasta la noche por las calles del centro orureño. Desde el día de Todos los Santos, pedazos de fiesta acostumbran oídos y ojos de los vecinos.
Tanto ensayo deja exhausto a cualquiera . Por ello, hay tiempo para que los músicos participen de los almuerzos que celebran las fraternidades y para que descansen, sentándose a la sombra y refrescándose con unas cervezas mientras bromean y repasan algunas piezas
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