27 de febrero de 2011

El Carnaval prevalece en recuerdos de centenarias

El Carnaval es la fiesta que los llajtamasis centenarios recuerdan con más precisión, pues a pesar de que también recuerdan las fiestas patronales de la virgen de Urkupiña (Quillacollo) y del tata San Severino (Tarata), aseguran que la fiesta de los excesos era la más divertida, la más linda… la más especial de la época en la que fueron jóvenes.

Y es que esta celebración marcó tanto sus vidas que hasta ahora conservan en su ya difusa memoria las letras de las canciones con las que atacaban o se defendían de sus vecinos y amigos en esta época del año.

Cleofé Castro viuda de Crespo, que vive en la zona de Mallco Rancho, en Sipe Sipe, contó que para la fiesta de Carnaval, los jóvenes de su época “aprendían a cantar y bailaban donde querían. Otros varones no saben bailar el pasacalle, yo sé bailar y teníamos que enseñarles”, dijo y señalando la vía de ingreso a su casa asegura que “de aquella esquina a esta esquina al trote se cantaba, se preparaban, se reunían y cantaban. Había cánticos de contrapunto, había que defenderse, era toda la cuadra, todos se han muerto, ya no existen. Ahora no hay un solo charango, tantas guitarras, de mi esposo también tenía mandolina, guitarra”.

Ella vivió toda su vida en la zona en la que hasta hoy permanece y recuerda que la chicha jugaba un rol primordial en la celebración del Carnaval. “Cantando de un extremo al otro se preparaban luego de reunirse. Con estas canciones… eran para defenderse, pero ahora todos ya se han muerto”, se lamenta.

En Sacaba, Pilar Soliz, que nació y vivió casi toda su vida en Chapare, recuerda que el Carnaval también fue muy especial para ella. “Como toda joven nos gustaba salir en comparsa, con guitarras y charangos. Ojalá hubieran visto esos tiempos, cantábamos muy bonito”, dijo y aseguró que “antes caminábamos con guitarras, charangos, arpas. Yo cantaba y bailaba mucho, ahora ya soy vieja, me he olvidado todo. Ahora sólo las radios hacen tocar y cantar. El cantar y bailar es sólo un tiempo, cuando uno envejece todo se acaba”.

Una versión similar del Carnaval tiene Isidora Chávez, que vive en Tarata pero nació en un centro minero de Oruro. Ella recuerda que en su época la mayoría de las coplas que se interpretaban servía para divertirse entre amigos y vecinos y asegura que muy pocas veces alguien se animaba a interpretar una “pukacopla” (copla roja) en la que se hicieran alusiones de tipo sexual. Esta versión fue ratificada por los antropólogos Melby Mujica y Wilfredo Camacho, quienes explicaron que el contrapunteo en la interpretación de las coplas de carnaval era una costumbre española que por el sincretismo cultural fue adoptada por los indígenas.

En el caso de los quechuas, éstos las emplearon en su idioma pero haciendo referencia a la producción agrícola, pues antiguamente los incas tenían un festejo en la misma época en el que se agradecía a la Pachamama por los frutos que se recogerían en la época de cosecha.

El padre Enrique Jiménez y Elcira Artega coincidieron en señalar que en Cercado el Carnaval también era una fiesta muy linda en la que los cochabambinos bailaban y comían para prepararse para el ingreso de la cuaresma, que finaliza con la Semana Santa.

En Morochata, Valeriana Avilés también recuerda que la fiesta del Carnaval era muy divertida, pero confiesa que “no sé bailar, hasta hoy no he aprendido a bailar, ni siquiera en los matrimonios. Me avergüenzo, tengo miedo, no sé beber chicha, cerveza, tampoco alcohol”. A pesar de eso, asegura que “las fiestas eran admirables, había toda clase de bailes, la plaza era intransitable… ahora todo es silencio, ya no sabemos de qué fiesta se trata, si hay o no hay”.

En el pasado

“La Nueva Crónica y Buen Gobierno Compuesto” por don Felipe Guamán Poma de Ayala era una carta de más de mil páginas en la que el más importante cronista indígena de la colonia le cuenta al rey de España cómo era la cultura y el pueblo que estaba colonizando en América del Sur. En este documento, el autor dice que durante febrero se celebraba la fiesta del Paucar Uaray, que consistía en la entrega de sacrificios de oro que los incas hacían a la Pachamama como retribución por los frutos de la tierra que cosechaban.

Algunas coplitas

Tu palomita es mi palomita, tu palomita es mi palomita, ahora de eso hay resentimiento, ahora de eso hay resentimiento, ajayllas vidita, fierro argollita, sin llorar para nadie, chunkitu vidita.

No has de querer a un ocioso y vago, no has de querer a un vano ocioso, es mejor si quieres a un carpintero, ése te hará caminar con puro de seda, el walaycho de a pie pobre y andrajosa, ajayllas vidita, fierro argollita, sin llorar para nadie, la más chunkitu vidita, así dice.

Esta callecita no puedo pasar, esta callecita no puedo pasar, hay tigres, qué feo animal, hay tigres, qué feo animal, ajayllas vidita, fierro argollita, sin llorar para nadie, chunkitu vidita.

Todos cantaremos, todos bailaremos, todos cantaremos, todos bailaremos, el año entero nos alegraremos, el año que llega alegrarikusun, ajayllas vidita, fierro argollita, nipipaq waqaspa, chunkitu vidita.

Carnaval carajo
Noqa jina kawaq
Chola marq’arisqa
Wasamay urmawaq.

Pitaq kay jovenqa
Chhika decenteqa,
K’ulluchuwa uya
Cristal cogoteqa

Hay carnavalcito
Lindo saborcito
Clavelpa chawpimpi
Mi corazoncito

No hay comentarios:

Publicar un comentario