6 de marzo de 2011

La solidaridad fue la característica en Oruro, donde bailarines y músicos donaron dinero.

Cuenta una de las tradiciones que el Carnaval de Oruro se inicia con el estallido de platillos de la primera banda que acompaña a la fraternidad que inicia el trayecto. Ayer se confirmó esta tradición.

Antes de las 8:00, cinco pares de platillos de la banda Libertad Impecable retumbaron en el área de partida de las fraternidades.

Después del platillazo siempre existe como un microsegundo de silencio antes de que trompetas, bombos, trombones, tambores y demás arranquen con el ritmo clásico de la Gran Tradicional Auténtica Diablada de Oruro.

Platillos desde siempre

“Los platillos se usan desde que la banda es banda y el carnaval es lo que es”, dice el director de la Banda Libertad, Leonardo Fabio Wilcarani.

Así comienza una fiesta que cada año sabe innovar en pasos, pero principalmente en temas musicales para las fraternidades, compuestos exclusivamente para cada conjunto.

Los platillos resplandecientes reflejan la belleza de las mujeres que bailan la morenada, saya y caporales durante toda su vida útil. A su ritmo se han dado los saltos más espectaculares que diablos y tobas han ejecutado movidos por la fe y representando personajes que, por algunos días al año, los transforma en algo más que simples seres humanos.

Los cascabeles y coros de las chinas supay, el ángel y el cóndor son acompañados por las coreografías de los platilleros que cada año parecen lucirse más con piruetas y bailes que a simple vista estos músicos saben disfrutar; es un oficio del que se sienten orgullosos. Fue así que se inició la ruta que no tuvo una gran cantidad de público en el primer tramo, pero que después fue incrementándose.

Ante la mamita del Socavón

Así, los diablos ataviados con sus mejores máscaras y los osos saltando de un lado a otro inauguraron la ruta del 2011 para que al final ingresen al templo de la mamita del Socavón de rodillas, poco después de que finalizara la misa que celebró el obispo de Oruro, Cristóbal Bialasik, en presencia de autoridades que luego se dirigieron al palco de la avenida Cívica.



Ahí, frente a su imagen, el diablo se quita la máscara y lo mismo hacen los demás. La persona deja de lado al personajes y da paso al agradecimiento y al pedido.

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