30 de septiembre de 2013

Demostraron que es posible una entrada folklórica sin alcohol

Fueron 15 grupos los que demostraron, al bailar por las calles del centro de La Paz, que ante todo pronóstico en contra es posible participar en una entrada folklórica autóctona sin consumir alcohol.
Con motivo de conmemorar el Día Mundial de Turismo se realizó ayer la denominada Entrada Blanca, en la que grupos originarios, artesanos y turistas bailaron por la calle Linares, Viluyo, Illampu y Sagárnaga hasta la esquina de la avenida Mariscal Santa Cruz.
La presidenta de la Asociación Mixta de Artesanos Productores y Expositores afines al Turismo, Edith de Rojas, explicó que el objetivo es atraer más turistas no sólo a La Paz, sino a Bolivia.
"Es un agasajo al turista y no queremos mostrar ese aspecto negativo del consumo de alcohol, que caracteriza a otras entradas folklóricas, sino mostrar la esencia de las danzas”, explicó la dirigente de los artesanos.
Fueron los miembros de la Galería de Las Brujas con la llamerada, alrededor de las 11:15, quienes iniciaron la entrada.
La festividad se realiza desde hace cuatro años, pero se llevó a cabo la segunda versión sin bebidas alcohólicas.
Una de las vendedoras de la Galería de Las Brujas, pionera en la zona, Soledad Castro, destacó la importancia de atraer al turismo, ya que el flujo de extranjeros en la zona no es igual que en años pasados.
"No sólo se trata de comercio y artesanos, sino de restaurantes, hoteles y agencias turísticas que están ubicadas en la zona”, dijo.

El tinku, la llamerada, waca wacas y kullawada se habían impuesto, pero fueron los kantus de Charazani, artesanos de Oruro y Norte Potosí, con el tinku y al ritmo de jula julas, además del pujllay de Tarabuco que demostraron la esencia autóctona de la fiesta.
"Unos diez hemos venido de Oruro y Norte Potosí. Nosotros vendemos en la calle Murillo desde hace años”, dijo Modesto Ticollano.
Con la alegría como única motivación, varias de las mujeres que bailaban invitaron a los turistas a participar en las danzas. Con algo de sorpresa, algunos extranjeros aceptaron, mientras muchos otros tomaban fotografías desde las aceras.
Ni la lluvia que cayó alrededor de mediodía pudo detener la entrada autóctona, que se prolongó hasta las 16:00.
A la altura del palco, ubicado en la calle Sagárnaga, originarios de la cultura Yamparáez, de Chuquisaca, que danzaron el pujllay, instalaron una "pukara”, una estructura en forma de columna con alimentos y arbustos que representa a la buena producción y la fertilidad.
Fueron 15 grupos los que participaron en la singular Entrada Blanca, que contó con el apoyo de la Alcaldía. Los participantes esperan que crezca, para dejar establecido que una fiesta folklórica es posible sin alcohol.

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