3 de junio de 2012

La mujer pasó de asistente a comandante de morenadas

Además de mostrar elegancia, ellas son las que generan y administran la riqueza que cada año lucen con orgullo a través de su vestimenta y accesorios.

“Son administradoras, dueñas de negocios importantes y eso va a repercutir en la fiesta. El Gran Poder tiene que ver efectivamente con los negocios, en su mayoría encabezadas por ellas. Son las proveedoras de recursos”, indicó el investigador del Museo Nacional de Etnografía y Folklore, Clevert Cárdenas.

Los tiempos han cambiado. Milton Eyzaguirre, antropólogo, señaló al respecto que en la década de los años 70, cuando la fiesta no era tan exuberante, como ahora, la participación de la mujer en la morenada era prohibida. Su labor se limitaba a organizar los eventos de su fraternidad, a contratar a los bordadores para vestir a su pareja a quien le acompañaba en el recorrido de entradas y eventos religiosos.

“Eran señores del Gran Poder, donde el sexo masculino estaba impuesto sobre el femenino, incluso en varias de las danzas tenían la presencia minimizada de la mujer, y en la tradición andina era prohibitivo que dancen morenada, ellas”, dijo.

Pero el panorama fue modificándose cuando homosexuales, vestidos de chinas morenas, ingresaron a la fiesta, luego las negociantes se impusieron con sus polleras y accesorios.

Este es el caso de Petrona Ordóñez, quien es una de las fundadoras de la fraternidad Los Intocables y dueña de la panadería El Buen Gusto, con sucursales en las zonas de San Pedro, Cota Cota y en la calle 21 de San Miguel. Como negociante que es y siempre fiel al patrono, mañana bailará morenada mostrando diseños exclusivos en su vestimenta.

BELLEZA. Marianela Coritza, secretaria de Cultura de la Asociación de Conjuntos Folklóricos del Gran Poder, señaló que el papel de la mujer no sólo en las morenadas, sino en las demás danzas, representa el pilar fundamental de las fraternidades. “No hay poder sin ellas”.

“Es el espejo y la imagen de cada fraternidad, ella se destaca, la mujer paceña es la más costosa en el país”, manifestó Palmira Arellano, que comanda hace nueve años las tropas de mujeres de los Siempre Vacunos.

Gisel Morales, Palla 2012, indicó que su papel expresa la representación de 30 mil folkloristas que participan en esta expresión cultural paceña. “Ella es belleza y muestra su colorido”, dijo por su parte Ninoska Mostajo, Señorita Folklore 2012, que fue elegida junto a la Palla.

La influencia de las misses

Clevert Cárdenas, investigador del Museo Nacional de Etnografía y Folklore, señaló que la elección de la Palla del Gran Poder no surgió con la fiesta misma, sino por la influencia de las elecciones de las misses que se impuso en el país.

“Es bastante reciente la elección de ella y tiene que ver con la moda de las misses, sólo le pusieron un toque más autóctono al llamarla Palla”, dijo.

El antropólogo Milton Eyzaguirre, considera que esta elección presenta conceptos occidentales, “en vez de llamarle Reina, la llamamos Palla (la elegida). El tema está relacionado con cánones occidentales, se busca a una persona con ciertas características (belleza y porte), ya sea de danzas como la morenada o caporales, y muy poco ahora de otras danzas”, indicó.

Para este año, Gisel Morales, de Verdaderos Rosas de Viacha, fue elegida como la Palla. La señorita Gran Poder es Luzviminda Barnett, de Tobas Villarroelistas; y Señorita Folklore 2012, Ninoska Mostajo, de Caporales Juvenil.

Figuras perdidas de la fiesta

El poder de las morenadas de Gran Poder ha borrado de escena a Los Ch’utas, que si bien se los observa en otras entradas, ya no están en la festividad del Tata.

“Los Ch’utas inauguraron el Gran Poder, pero como danza desaparecieron de esta fiesta”, explicó Clevert Cárdenas, mientras que el antropólogo Milton Eyzaguirre sostiene que en la diablada y morenada existían personajes que representaban, con sus máscaras y vestimenta, a la muerte. “La morenada se está globalizando (...)

También bailaban aquellos con máscaras de jirafas, leones y más”, explica el profesional.



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