28 de septiembre de 2015

Inca Llajta y el flete de trajes, un negocio de perseverantes




La herencia de un comercio de alquiler de trajes folclóricos hace de esta familia una de las más tradicionales en el rubro. Gualberto Delgadillo recuerda los inicios de su abnegada madre sacando adelante, sola, a cinco hijos, con apenas una docena de atuendos para fletar.

“Inca Llajta: Fletes y Artesanías” es un negocio que hace 14 años comenzó con una docena de trajes folclóricos para fletar. Ahora, gracias al sacrificio y la dedicación de sus propietarios, se ha convertido en una gran tienda con miles de atuendos y una sucursal exclusiva con vestuario de morenada.

La señora Nicolasa Cañari, precursora en el alquiler de trajes folclóricos en Sucre, crió y educó sola a sus cinco hijos, entre ellos a Gualberto Delgadillo quien, al fallecer recientemente su madre, heredó la pasión por este negocio familiar y lo saca adelante junto a su esposa, Carol Alejandra Cuenca.

Los orígenes
Los profesores de colegios y escuelas de la ciudad pedían constantemente prestado a doña Nicolasa el vestuario que ella tenía a la venta; así fue que decidió alquilarlo, según relata su hijo a CAPITALES.

Esta esforzada mujer tenía una tienda donde funcionaban dos negocios a la vez: uno de venta de artesanías y el otro de flete de trajes, que también sirvió de albergue a sus hijos para que, de pequeños, hicieran sus tareas escolares.

Gualberto, siendo el menor de los cinco hermanos, desde niño creció en ese medio y así, casi naturalmente, aprendió del negocio. “En realidad, cada hermano teníamos nuestros pequeños negocios”, revela él.

Ni bien Delgadillo salió bachiller, se casó y tuvo que enfrentar las responsabilidades de un hogar y cumplir el rol de padre. Entonces, su madre le regaló una docena de trajes folclóricos. Ahora cuenta que no fue nada fácil mantener el negocio debido a las obligaciones adquiridas tempranamente, pero pudo más la responsabilidad familiar y la perseverancia.

El diario vivir y la experiencia en el trabajo agudizaron los sentidos de Delgadillo para administrar su tienda, que de a poco fue creciendo.

“Solo trabajaba con mi esposa, no había quién nos dé recursos para arrancar. No podíamos solicitar ningún préstamo al banco porque no teníamos garantías que nos respalden, pero, gracias a Dios fuimos adelante. Empecé con Promujer: me prestó 1.000 bolivianos y así fui creciendo. Ahora es diferente, el banco no me pide garantías porque nunca he fallado en mis pagos”.

Delgadillo, pese a su juventud, es un hombre inquieto y trabajador que no se conforma con quedarse solo en su tienda: se “busca la vida” saliendo a las provincias para ofrecer sus productos en fechas especiales.

El progreso
Los primeros años compraba las prendas de la sede del Gobierno, pero ahora las más sencillas son confeccionadas en su propia tienda y las más sofisticadas las consigue de 25 artesanos de La Paz, donde la mano de obra le resulta más económica, además de ser especializada y de primera calidad.

Como la moda también es ágil y diversa en los trajes folclóricos, permanentemente cambia los modelos, las telas, los detalles y colores, para estar siempre a la vanguardia.

Uno de sus grandes orgullos es que hasta hace unos años sus trajes solo se fletaban para actividades de colegios y fiestas patronales pequeñas. Ahora, se utilizan para la Entrada de la Virgen de Guadalupe.

La oferta incluye trajes de diablada, kullawada, tinku, huayño, morenada, pujllay, tobas, llamerada, cambitas, huaca huaca, wititis, caporales, cueca tarijeña, cochala y chuquisaqueña; llamerada, macheteros, taquirari, chacarera y otros. “Tenemos casi de todo, pero siempre falta algo…”, no se conforma.

Familia de trabajadores
La tienda se ha constituido en un negocio familiar, donde trabajan desde el más grande hasta el más pequeño, junto con tres empleadas permanentes y cuatro lavanderas. En temporada alta —mayo, septiembre, octubre y noviembre— el personal se duplica.

Como decidieron incursionar en el alquiler de trajes de morenada, abrieron una sucursal que ahora es regentada por la hija mayor de Delgadillo, de 13 años, que al igual que su padre siempre tuvo la iniciativa y las ganas de vender.

LAS CLAVES DE LA EMPRESA
- Inca Llajta, Fletes y Artesanías está ubicada en la plazuela San Francisco N° 108 y, pasando una casa, tiene la sucursal.
- Atienden de 8:00 a 20:00, en horario continuo. En temporada alta desde las 7:00, incluso domingos.
- Unos de los principios de esta tienda es mantener la limpieza en los trajes.
- Otra de sus claves: Siempre tienen trajes disponibles, con variedad y cantidad.

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