2 de febrero de 2013

Compadres festejaron al Tío

La k’oa (sahumerio tradicional) fue ofrecida el miércoles por la noche en lo más profundo de las minas que existen en el Cerro de Potosí, Porco, Huari Huari, Colavi y otros.
“Lo importante es que tenga sus pastillas y si quieren también un sullu (feto) de llama”, comentó Doña Sabina, vendedora de el Calvario.
Junto con los primeros rayos del sol, los mineros van hasta al mercado en busca de pétalos de flores, serpentinas, mixtura, banderitas y banderines de papel, y la infaltable bebida para la Ch’alla (ofrenda de bebida a la tierra), “todo esto es para el Tío, hay que agradecerle bien a el y a la Pachamama (Madre Tierra) toda la riqueza que nos ofrece, el nos cuida también para que no pasen accidentes dentro de las minas” comentó Grover Laime.
“Dicen que el Tío (imagen de un Diablo con el falo erecto) es el dueño de todo el mineral que hay dentro del Cerro”, dijo don Piter García.
Completadas las compras, los mineros se dirigen hasta sus parajes para t’ikacharlos (adornarlos), la bocamina, las casillas, sus instrumentos de trabajo, los buzones y las cargas de mineral.
Luego con bastante fe llevan las ofrendas a interior mina.
Casi media hora de caminata –lenta en comparación a la de los mineros- llegamos hasta el Tío de la mina Pailaviri, que ya estaba todo cubierto de serpentina, con cigarrillos en sus labios, mixtura, hojas de coca y a sus pies bebidas de todas las variedades, a su alrededor algunos mineros murmuraban oraciones en tanto otros le cantaban con charango y guitarras. “Así siempre ha sido, porque la fiesta de compadres en la mina, es para festejarle al Tío, y eso no ha de cambiar”, dijo en un brindis Modesto Quintanilla, mientras sus compañeros abundaban en serpenteadas, abrazos y t’inkas (amarro de confites, mixtura y serpentina).



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