15 de febrero de 2013

Fotos El sol iluminó el Jisk’a Anata



El rol radiante despejó, pasado el mediodía, una jornada que amenazaba con ser lluviosa, como las anteriores. El Jisk’a Anata, la fiesta andina que había comenzado a las 11.30, puntualmente, se animó entonces y los grupos fluyeron más ágilmente que hasta ese momento.

Los colores de los trajes de bailarines venidos de distintos lugares de La Paz y del país, así como los invitados de Perú, lucieron sus contrastes. No sólo fueron parte de la fiesta del tiempo de jallupacha (tiempo de lluvia) los bailes rurales, también los urbanos —caporales, chacareras— se confundieron a lo largo de la avenida Montes y Simón Bolívar, con empalme a la altura del Obelisco.

Diversidad bien podría ser la palabra para resumir el desfile encabezado por autoridades municipales, entre las que faltó el alcalde Luis Revilla, ocupado en seguir las consecuencias de las lluvias en los barrios paceños.

Invidentes y personas de la tercera edad inauguraron la entrada con baile y luego siguieron los grupos hasta completar un total de 48: 11 autóctonos —iban a ser 18, pero por los desastres del clima, siete cancelaron su presencia, a decir de Wálter Gómez, oficial mayor de Culturas— y 36 urbanos.Múltiple. Los Chamas o Esse Ejja, pueblo que habita un área entre La Paz, Beni y Pando, estuvieron representados en el Anata. Sus adornos hechos con plumas de aves y semillas destacaron tanto como las múltiples polleras de los waka waka andinos. Y el ritmo contagioso de la saya Afroboliviana compitió con los aires alegres de la chacarera del sur.

Hubo morenada, sicuris, tink’us, cueca, khachuiris, tarkeadas, kantus, quena quenas y ch’utas. Los personajes del Carnaval paceño, elegidos por la Sociedad Andina de Conjuntos Folklóricos, brillaron asimismo encabezados por la Tawaqo, Carla Díaz, de los Wakas 8 de Diciembre.

Lunes fue de ch’alla para los negocios

Los juegos con agua menudearon y faltó control en la entrada Los dueños de negocios adelantaron la ch’alla. Ayer, en sitios públicos, mercados sobre todo y sedes de radiotaxis, hubo mesas rituales ofrecidas a la Pachamama y fiestas que obligaron a cerrar algunas vías.

Hoy, Martes de Ch’alla, se prevé que los ritos con que se da gracias por la generosidad de la naturaleza y se le pide abundancia se cumplan en los hogares.Por otro lado, una costumbre que persiste, pese a las campañas en contra, es el juego con agua. Durante la entrada del Jisk’a Anata, por ejemplo, globos inflados con agua fueron vendidos aun contra la Ordenanza Municipal 60/2011.

En un recorrido que hizo este medio por el carril de bajada de las avenidas Montes y Mariscal Santa Cruz, se detectaron al menos diez puntos de venta de globos: seis unidades por Bs 2, rellenado de chisguetes y botellas con agua a cambio de Bs 2 y Bs 3. El buen clima alentó los juegos húmedos que, en algunos casos, perjudicaron a los bailarines de la entrada andina.

Los que no estuvieron presentes, a lo largo de ese tramo al menos, fueron los efectivos de la Guardia Municipal, responsables de hacer el control.









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