12 de febrero de 2013

Pepino, chorizo, sin calzón. . . Estos carnavales quien inventaría


El carnaval es una celebración pública de origen milenario y no se conoce su verdadero origen ni tampoco se ha aclarado satisfactoriamente la etimología de esta palabra. Según el diccionario la palabra carnaval procede el italiano carnevale, que a su vez se deriva del latín carne levare, es decir, abstenerse de la carne, posteriormente surgió otra etimología que es la que actualmente se maneja en el ámbito popular: la palabra italiana carnevale, que significaba la época durante la que se podía comer. Esta fiesta es sinónimo de derroche, bailes, disfraces, bebidas, comi-das, mixtura, espuma, agua y sexo.

El origen de esta celebración parece probable de las fiestas paganas, como las que se realizaban en honor a Baco, el dios del vino, las saturnalias y las lupercales romanas. Las saturnales al principio se celebraban un solo día, el 17 de diciembre. Augusto las amplió a tres días; Calígula añadió el cuarto y finalmente Domiciano las decretó para una semana, en estos días la gente se disfrazaba y cometía las más grandes extravagancias y excesos. Precisamente por estos abusos, en la Edad Media, el Papa Inocencio III llegó a prohibir los festejos carnavalescos, pero ya el pueblo se había acostumbrado a ellos y logró que se permitieran otra vez. En Francia el rey Enrique III acostumbraba disfrazarse y recorría en una carroza por las calles y echaba agua a los que en-contraba a su paso. También en Francia, el pueblo, durante los festejos carnavalescos, satirizaba a sus reyes y autoridades bajo disfraces ridículos, costumbres que aún se practican en nuestros días.

Las máscaras carnavalescas tienen origen en Italia y se ponen de moda en toda Europa durante los siglos XV y XVI. Sin embargo, las primeras máscaras de carácter religioso nacen en Egipto, donde los sacerdotes llevaban máscaras imitando las cabezas de animales sagrados como del Ibis, león, halcón, toro, etc.

Cierto es que el carnaval no se celebra en algunos países, sin embargo esta diversión llevando un disfraz, enmascarase, bailar cambiando de personalidad externa, cambiando la voz estará siempre a la disposición de los participan de esta festividad. Entre los carnavales más famosos y celebrados con mayor ostentación y derroche de alegría están los carnavales de Sao Paulo y Rio de Janeiro con las escuelas de samba y los blocos. En México el carnaval mas antiguo con 428 años de existencia es el de Campeche, ubicado en el sureste de México (península de Yucatán)). En nuestro país, Bolivia, el carnaval de Oruro es la más celebrada por decenas de comparsas y fraternidades y se caracteriza por una mezcla de paganismo, religiosidad y folklore; es famosa la danza de los diablos encabezados por Lucifer, que lleva una corona y una capa de terciopelo bordado con figuras de serpientes, va acompañado éste por la china Supay, que es la mujer del diablo. La danza culmina con un relato en que el ángel Miguel vence a Lucifer y pone en fuga a los pecados capitales. El carnaval paceño en los últimos años ha ido perdiendo notoriedad, destacando algunas comparsas de chutas y pepinos. En cambio, en el departamento de Santa Cruz el carnaval ha ido adquiriendo fama y mucha participación de los danzantes y la elección de la reina del carnaval, se ha podido observar en el corso del sába-do de carnaval pintorescos disfraces, colorido, carros alegóricos y en la cima una hermosa reina que repre-senta a una fraternidad o comparsa.

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