27 de agosto de 2012

Urkupiña concluye con fiesta infantil y Alasitas

La festividad religiosa de la Virgen María de Urkupiña finalizó ayer con la celebración de Urkupiñita y Alasitas, dejando a los organizadores muchas conclusiones positivas y aspectos para ser mejorados, según dijo el director de Turismo del municipio de Quillacollo, Édgar Vargas.

Desde el 1 de junio, el municipio de Quillacollo sufrió una gran transformación con el inicio de actividades previas a los festejos centrales de la festividad de Urkupiña. La difusión nacional e internacional de la fiesta, el operativo de seguridad, la celebración de misas y entradas folklóricas fueron la principal característica de este año.

Según Vargas, a diferencia del pasado año, la organización de Urkupiña fue bastante positiva, considerando que ascendió de manera considerable la cantidad de visitantes y se evidenció una reducción de casos delictivos. En Quillacollo, se estima que estuvieron presentes entre el 14 y 16 de agosto más de un millón de personas, mientras que los índices delictivos cayeron en 25 por ciento.

No obstante, Vargas dijo que el factor negativo estuvo presente en cuanto a la violación de las normativas vigentes.

El informe final sobre la fiesta será dado a conocer en el transcurso de la semana.

Urkupiñita

A las 9:00 de ayer, las calles del centro histórico de Quillacollo se llenaron una vez más de color y alegría, la cual fue brindada por aproximadamente 1.800 niños y niñas de los ciclos inicial y primario provenientes de diferentes unidades educativas de Quillacollo, Sipe Sipe y Cercado. Al ritmo de la morenada, saya afro, caporales, tinku, diablada y llamerada dieron el cierre perfecto para la festividad de Urkupiña.

Las 17 fraternidades inscritas mostraron coreografías bien ensayadas y, por sobre todo, mucho fervor, haciendo su paso desde el sector del barrio Manaco rumbo al atrio del templo de San Ildefonso, lugar donde rindieron su homenaje a la Virgen María de Urkupiña. A su paso, los bailarines arrancaron aplausos por parte de los asistentes, quienes de esta manera destacaron el esfuerzo de los menores.

A diferencia de anteriores versiones, Urkupiñita comenzó en hora y finalizó a su tiempo.

Alasitas, donde los sueños tienen un lugar especial

La tradicional feria de Alasitas cerró ayer sus actividades con la presencia de alrededor de 1.000 comerciantes provenientes de Cochabamba, el interior y exterior del país, los cuales expusieron sus productos expresados en miniatura.

Cientos de personas se volcaron hacia la avenida Martín Cárdenas, en el sur de Quillacollo, para visitar la feria de Alasitas.

Según Constantino Uría, dirigente de un sector de comerciantes y artesanos que participaron en la feria de Alasitas, éste es lugar en el cual las personas pueden adquirir, de manera simbólica, todo aquello que anhelan para su vida. “La virgencita nos da paz y tranquilidad. Hay que tener fe”, dijo el vendedor.

Los vendedores ofertaron abarrotes, comida, víveres, billetes, materiales de construcción y documentos de uso personal, los cuales fueron ofertados en precios completamente accesibles: desde uno hasta 20 bolivianos.



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