1 de abril de 2012

Urus siempre fuego… 52 años

A veces, mejor dicho, muchas veces no se encuentran palabras para describir lo que acontece en el Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, cuando los conjuntos folklóricos recorren casi cuatro kilómetros para llegar a los pies de la Santísima Virgen del Socavón, cuando muestran su belleza y majestuosidad en la ejecución de la danza.

Uno de esos conjuntos folklóricos es la Diablada Artística Urus, que el 30 de marzo celebró 52 años de existencia y cada año aporta con su estilo propio, a la grandeza de la Obra Maestra.

Recordemos a través de un relato, lo que aconteció en un Carnaval pasado cuando los diablos del buzo celeste iban rumbo a su Madre, para pedir su bendición:

Las estrellas de la noche resplandecen con todo su fulgor en el cielo orureño, las bandas de música hacen escuchar el bom, bom, bom de los bombos que a lo lejos se percibe, el ritmo característico de la diablada. Mientras que a pocos pasos se vislumbra humos de colores celeste y blanco, petardos, cohetillos, juegos pirotécnicos y una sensación extraña invade los corazones del público que se prepara con serpentina y mixtura para recibir a la Diablada Artística Urus que realiza su paso en el Carnaval de Oruro, para llegar hasta los pies de la Virgen del Socavón. Con el paso dinámico, salto a salto, se combinan los trajes multicolores de china supays, luciferes, ñaupa diablos y diablesas, con la luz de la luna y las luces de neón de las calles iluminadas, causando un brillo majestuoso. Las llamas de fuego que salen de las caretas de los satanaces hacen resplandecer aún más la noche y los diablos que representan la ira, descargan toda su furia con gritos infernales. Mientras que los osos con sus movimientos alocados abren paso, en la multitud que los rodea para alegrar y hacer bailar a las incautas señoritas.

La gente en las calles baila y canta sus canciones, los aplausos se escuchan y se mezclan con el sonido de las espuelas de los diablos, convirtiéndose al unísono como música para el alma. Es complicado que los danzarines escuchen con nitidez la música que emiten las bandas, porque el público con gritos ensordecedores pedían: ¡fuego!, ¡fuego!, ¡fuego! Y ni bien salía ese elemento de las caretas, los gritos explotaban en júbilo haciendo estremecer las fibras más íntimas del ser.

El corazón está a punto de explotar cuando en la ruta, retumba la exclamación de los danzantes: "¡Urus siempre Urus!", cuyo frase es más que tres palabras, encierra todo un simbolismo de uno de los íconos más importantes de la Obra Maestra.

Así es la Diablada Artística Urus, que con el paso de los años desde su creación le costó con sacrificio construir una identidad y un prestigio que se lo tiene bien ganado, inclusive a nivel mundial. Son muchos los reconocimientos de admiración hacia esta institución diablesca, cuyo único fin es la devoción a la Virgen del Socavón y a engrandecer al mejor Carnaval del mundo, con su aporte folklórico.

ALGO DE HISTORIA

Sus orígenes se remontan al 30 de marzo de 1960, lo curioso es que la historia comienza con una pelea, como la fundación de casi la mayoría de las diabladas que participan en el Carnaval de Oruro.

El problema que ocasionó el origen de esta institución fue la discusión que surgió por la imagen de la Virgen del Socavón en la Diablada de Artes y Letras Quintanilla, criterio rescatado de una tertulia que se efectuó en la entidad folklórica hace algunos años, para escribir la historia de la institución con tinta celeste y blanco.

De aquel problema surgió una división donde algunos socios se fueron a la casa de Julio Céspedes, lugar que dio origen a la diablada que aún no tenía nombre, los fundadores fueron Antonio Avendaño (†), Julio Céspedes (†), Juan Herbas (†), René Avendaño, Damián San Martín, Max Coca, Elvira de Torrico y otros danzarines que se encontraban en aquella casa.

El socio Julio Carvajal le dio el nombre de "Diablada Artística Urus" que desde su nacimiento se caracterizó con los colores celeste y blanco, pues en ese entonces se decía que eran los colores de la bandera de Oruro.

Los cánones de su fundación fueron la disciplina, puntualidad y respeto hacia la Virgen del Socavón.

UNIFORME

La Diablada Artística "Urus", siempre se caracterizó por tener el uniforme de ensayo, casaca celeste y blanco, pantalón negro, gorra celeste, pañoletas celeste y blanco; el uniforme de gala que hacían uso en los convites, sólo variaba en el color del pantalón que era blanco.

En la donación del estandarte existen tres versiones, la primera que fueron los padrinos Marco Sarmiento y Justy de Sarmiento; la segunda que fue el socio pasivo Isaías Burgos y la tercera que sería un obsequio de Ciprián Miranda y Rosa de Miranda.

La Diablada también contó con una insignia que perdura hasta nuestros días, se llamó a un concurso entre los socios, para que el mejor diseño presentado sea el ganador del concurso y se adopte como insignia del conjunto. El ganador fue un socio esporádico de la institución y cuyo nombre se perdió en el tiempo.

El mismo año 1960, logró su personería jurídica, tras gestiones de Fausto Morales, que más tarde fue prefecto del departamento de Oruro. El 2 de julio de 1960, se creó la congregación "Virgen del Socavón" de la Diablada Artística Urus, dirigida por el directorio integrado por Esperanza Azuga, Julia Morales, Georgina Herbas, Nieves Humérez, María Escalante, Victoria de Avendaño, Máxima de Pol, Adela de Martínez, Julia de Mendoza y otras socias y esposas de los danzarines. Nieves Humérez Yucra, donó la imagen de la Virgen del Socavón, esculpida por el artista Humberto Frías de la ciudad de La Paz, réplica de la imagen que se encuentra en el Santuario del Socavón, antes de su refacción. Diez ensayos se realizaron antes de debutar en 1961 en el Carnaval de Oruro, luego vino el Último Convite y su primera presentación fue impresionante, destacada por la mezcla de colores celeste y blanco en las capas de los luciferes, y mayor lujo en los trajes. La Virgen fue llevada en andas, con olor y humo de incienso por los miembros de la Congregación. La Banda Pagador de Gumercindo Licidio, tocó las inspiraciones de Luis Morales, Jorge Rocha y otros autores que se contagiaron con el entusiasmo de la diablada, creando con el transcurso de los años melodías inolvidables como "Recuerdos de Lima", "Diablada Urus" y otros. La coreografía que se presentó ese año fueron el ovillo, la espuela, el cruce, la estrella, con el tiempo todas ellas desaparecieron y fueron reemplazadas por nuevas, creadas por danzarines de la institución. La coreografía del conjunto en los últimos años ha sido muy cuestionada por la sociedad orureña, señalando que son copias de otras demostraciones folklóricas que existen en Puno (Perú) y la Tirana (Chile). Sin embargo, el conjunto tiene el orgullo de contar con gente nacida en la alta tierra de los Urus, que realiza la creación de sus pasos y coreografía. La Diablada Artística Urus a través de la famosa "patadita", quiere expresar uno de los siete pecados capitales como es la "ira" y que a través de ese paso se dieron una serie de innovaciones, que le dan mayor alegría a la danza de la diablada.

También cabe resaltar los 50 años ininterrumpidos de danza que cumplió en el Carnaval 2012 el danzarín Casto Navía, quien ingresó a la institución un año después de su fundación.

Por otro lado, los artistas locales y nacionales aportaron con sus inspiraciones al engrandecimiento de la entidad a través de una diversidad de composiciones que año a año enriquecen la colección musical de la entidad.

Con el 30 de marzo pasado, culminaron 52 años de trayectoria y terminó un proceso de consolidación de la entidad folklórica en el Carnaval de Oruro, ahora lo que queda es encaminar a la Diablada Artística Urus rumbo a su centenario, trabajo que debe ser realizado por las nuevas generaciones y que deben contagiarse del mismo espíritu e ímpetu de los fundadores, como ocurrió el 30 de marzo de 1960.

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