22 de febrero de 2010

“Mundo mágico de la naturaleza” puso un toque de fantasía en el Corso Infantil


El “Mundo mágico de la naturaleza” un adecuado tema escogido para escenificar la presentación del Corso Infantil 2010, ayer puso un toque de fantasía a lo largo de su recorrido por las calles de la ciudad, mientras crecía la expectativa en la población para apreciar el paso de la soberana Daniela Fernanda Miralles Zenteno, coronada este año como la reinita de esta fiesta que forma parte del Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

Daniela fue recibida por los niños con entusiasmo y alegría por su donaire y caracterizada en ésta ocasión dentro la magia del cuento, como la protectora de los cuatro elementos de la naturaleza: aire, fuego, tierra y agua.

Centenares de personas, en su mayoría niños, seguía la carroza de la soberana para tomarse una fotografía que quedará como recuerdo de la magnífica presentación.

La carroza de la reinita lucía el elemento mágico de un unicornio, portador de deseos, que fue la atracción de la población, el personaje fantasioso se encontraba semi inclinado ante la reinita, mostrándole su respeto, en lo alto las gaviotas simulaban volar alrededor de la soberana acompañándola en su travesía, mientras Daniela Miralles respondía con un alegre saludo a quienes aplaudían su paso.

La reina reflejaba en sus ojos la ternura de cientos de niños que la acompañaban, recibiendo con cortesía a quien lo solicitaba para posar junto a sus súbditos, extendiendo sus alas del color del arco iris, realzando así su presencia con el espíritu de la madre naturaleza, protectora de la fauna y la flora.

DESFILE

El desfile de carrozas comenzó con el elemento del agua, cuyas alegorías simulaban las profundas aguas del océano, donde sirenas pasaban saludando y sonriendo a los niños que los señalaban asombrados por el brillo de su vestimenta.

Cangrejos, estrellas de mar, colas de sirenas, tritones, conchas de mar, ballenas y pulpos fueron la atracción de éste elemento que fascinó a los presentes, recibiéndolos con aplausos y fotografías.

Las hadas de hielo reflejaron la blancura de su origen, algunos de los espectadores las confundieron con ángeles, por el esplendor de sus trajes, ya que no portaban alas como otras hadas, solo coronas de hielo, el oso polar por su parte fue amigable con el público, saludando a todos los niños desde el carro totalmente cubierto de tonos blancos.

El elemento de tierra se presentó con hadas, centauros, gnomos, duendes, rodeados de árboles, hongos, flores, los niños y niñas lucieron sus trajes adornados con alas puntiagudas en colores tornasol, que brillaban al reflejo del sol.

Otro de los carros alegóricos que resaltó fue de las hadas de fuego, estos seres míticos de igual forma lucieron alas puntiagudas que dieron la impresión de llamas ardiendo por su forma y color dorado y cobrizo, todos ellos se trasladaron en un dragón que miraba celosamente al público. Detrás se encontraba una salamandra gigante que portaba en su lomo a tres salamandras curiosas.

Las hadas de aire estaban acompañadas de un águila de dimensiones enormes y por detrás le seguía de cerca un pegazo acompañado de hadas diminutas.

La ternura y picardía infantil caracterizaron el desfile alegórico que motivó comentarios favorables entre el público que se dio cita a lo largo del recorrido para apreciar esta fiesta infantil muy enraizada en las tradiciones orueñas.

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