9 de febrero de 2010

CArnaval de Oruro Tentaciones: Cordero, llama y api

El Carnaval no es el único atractivo de Oruro, la comida también tiene lo suyo. Los platos de la región están elaborados con carnes de llama y cordero y productos propios del altiplano.

Entre los alimentos más elogiados en la región destacan el charquekán, la colita, el brazuelo, el sándwich de chorizo o el rostro asado, propuesta culinaria que merecería un reportaje aparte. La degustación es incompleta si usted no bebe un api con pastel o con buñuelo.

Por ello, si estos días visita la capital del folklore, no olvide probar la gastronomía del lugar. Así comprobará que las manos orureñas no sólo son excelentes para el bordado, también hacen maravillas en la cocina andina.

Uno de los platos que más atrae a los visitantes es el charquekán, carne de llama deshidratada acompañada de mote de maíz, huevo y queso.

“En el restaurante El Puente estamos preparados para dar fin a unas 15 mil piernas de carne de llama este 2010. Todo el arsenal ya está en proceso de deshidratación desde hace tiempo”, revela Estela Lozano, propietaria del local desde hace más de 40 años.

Esta misma carne sirve para elaborar chorizos que se venden en sándwiches y, por ello, son un nutritivo tentempié. El cordero también tiene adeptos; aunque el rostro asado es para valientes, pero es un compromiso casi ineludible para los visitantes.

Algunos de los restaurantes más conocidos en la capital del folklore

Los gastrónomos orureños alistan sus mejores ofertas culinarias para atender a los miles de visitantes que disfrutarán de la peregrinación.

Nayjama
(c. Pagador y c. Aldana)

“El cordero de Oruro es muy especial por el salitre natural y el pasto de la altura (que consumen los animales). Los platos del Nayjama son exquisitos porque se los elabora con amor, con limpieza y cuidando todos los detalles”, afirma Basilia La Fuente, dueña de un local que lleva 50 años de trabajo continuo.

“Es una satisfacción, nunca hemos hecho publicidad, pero estamos en las guías más importantes de toda Europa y Estados Unidos. El único secreto ha sido servir bien a la gente”.

El libro de visitas del restaurante es una reliquia, decoran sus páginas las firmas de personalidades del ámbito político, artístico, empresarial, diplomático y de casi todo el mundo.

El restaurante comenzó a trabajar en un ambiente reducido, que apenas tenía espacio para 20 comensales, hasta convertirse en uno de los establecimientos culinarios más prestigiosos. En el Nayjama hay seis variedades de platos; entre éstos, la colita y brazuelo de cordero y el intendente, capaz de satisfacer el apetito de cinco personas: La oferta se completa con un jugo de tumbo.

Chorizos de la Ranchería
(plaza del mismo nombre)

Otra de las especialidades orureñas es el sándwich de chorizo de carne de llama, elaborado por Ana Andrade, quien los vende desde hace 40 años en la plaza Centenario o La Ranchería.

La propietaria del puesto de venta recuerda que su mamá inició el negocio. Con el tiempo, ella y sus hermanas se independizaron e instalaron puestos similares en la misma plaza.

Andrade añade que ocho años atrás hizo realidad su sueño de instalar un restaurante propio frente a la misma plaza.

La culinaria comenta que en el Carnaval, e incluso un mes antes, “la demanda es muy grande y faltan manos para atender a los clientes. Los orureños que ya no viven aquí llegan con sus amigos y siempre les dicen que no pueden irse de la ciudad sin comer un sándwich de chorizo”.

Los comensales tienen dos opciones: chorizo en plato o servido con pan; ambas propuestas van acompañadas de un vaso de mocochinchi (refresco de durazno seco).

Charquekán de El Puente
(c. Tte. Villa y Av. 6 de Octubre)

Uno de los restaurantes más famosos de Oruro comenzó como una chichería. Cuatro décadas después, sus dueños, Eduardo y Estela Lozano, destacan que comenzaron a preparar el charquekán con mote y carne seca de llama con la intención de invitar alguna comida a los trasnochados.

La oferta gustó mucho. Los parroquianos pedían siempre nuevas porciones y, además, sugerían nuevos ingredientes; papa, queso, huevo y llajwa. “El plato se armó al gusto de los clientes”, recuerda la esposa.

Con los años, el ingrediente principal de la comida —finos hilos de carne seca y frita— ganó prestigio y hoy es uno de los locales más visitados en época carnavalera y en otras ocasiones.

“Estamos preparando unas 15 mil piernas de llama, que estamos seguros se terminarán durante los días de Carnaval”, dijo la vendedora, quien no escatima esfuerzos para mantener este restaurante que, desde hace muchos años, dejó de trabajar como una chichería.

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