19 de agosto de 2020

Los Señores de El Gran Poder - ANTECEDENTES

Las relaciones más antiguas que se conocen sobre un culto bajo la advocación del “Señor del Gran Poder” se remontan a finales de la Edad Media de España. Ya en 1431 se conocía una “cofradía del Señor del Gran Poder” en el Monasterio de San Benito de la Calzada. Se escribieron reglas para dicha cofradía por lo menos desde 1477 y se conocen otras de 1570. Desde esos lejanos tiempos existe en Sevilla la cofradía del mismo nombre, como una de las más antiguas y prestigiosas de las cincuenta y más que dan esplendor a su célebre Semana Santa. La cofradía el Gran Poder es una de las seis que desfila en la procesión del día central de la Semana, el Viernes Santo, junto con otras igualmente famosas, como la de la Virgen de la Macarena y la del Señor de Triana. En el pasado tuvo pleitos con alguna otra cofradía precisamente por motivos “de preferencia”.

El beato Fray Diego de Cádiz, en la novena al Señor del Gran Poder, dedicó alabanzas a esta advocación por su antigüedad y por los prodigios que se atribuyen a “la venerable efigie del Señor del Gran Poder”, cuyo nombre se oye “en regiones y pueblos muy distantes”. La imagen sevillana es de Juan de Mesa, discípulo del célebre Martínez Montañés, (Montoto 1976; 137-141).

Dentro de Bolivia tiene también raíces coloniales la imagen del Gran Poder que actualmente se venera en el templo de Santo Domingo de la ciudad de Sucre. Efectivamente, cuando dicha ciudad era todavía La Plata y era la sede de la Audiencia de Charcas, existía allí la llamada “Casona del Gran Poder”. Era en realidad el palacio de la Inquisición, que recibió este nombre porque, según una leyenda, allí apareció de manera milagrosa (ver 5.3) una estatua de Cristo crucificado que recibió dicha advocación. (Costas Arguedas 1967: II 259).



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