8 de agosto de 2020

El arte de las matracas

La matraca es un instrumento musical de la familia de los ideófonos,4 repiquetean de acuerdo al movimiento del danzante o músico que la coge por un mango. El sonido de la matraca se produce al hacer girar el engranaje que raspa una lengüeta. Los orígenes del instrumento son occidentales porque llegó con los españoles quienes introdujeron la matraca a las colonias andinas y amazónicas.

A los artesanos productores de la matraca se los denomina “matraqueros”. Este instrumento se usa como acompañamiento de la música de Sikuris y misti sikuris así como en la danza de la morenada en la que es utilizada para marcar el paso de los morenos danzantes.

En este sentido la matraca fue apropiada en la danza de la morenada. Las primeras fueron fabricadas de madera, eran grandes sumamente pesadas, para hacerles sonar y darles vuelta se debía agarrar con ambas manos. Las formas eran de pescado y turrilitos, hechas de cuero de quirquincho5.
En la actualidad, se las encuentra de diferentes formas que generalmente caracterizan o forman parte del distintivo de cada fraternidad, de acuerdo a la actividad productiva o económica. Por ejemplo, las matracas en forma de toros corresponden a los matarifes y carniceros, de pilas y computadoras que caracterizan a la fraternidad “Morenada Eloy Salmón”, la “Morenada Transporte Pesado” tiene matracas en forma de camiones. Por lo que es muy importante para los fraternos que las matracas estén relacionadas con el oficio o actividad que desarrollan,
es un elemento de identidad de cada grupo.

Asimismo, en la cuestión de género en la danza de la morenada existen matracas para mujeres y varones que son del bloque de morenos. Actualmente, encontramos matracas exclusivamente para mujeres, son más pequeñas, más livianas, y con formas particulares, a diferencia de las matracas de varones.

Hoy, los matraqueros elaboran gran diversidad de matracas en las que se diferencia el material, que puede ser de madera, hojalata y una mezcla de materiales. Luis Garnica, maestro experto en la elaboración de matracas, indica a las siguientes:

Frutas, balsas, pescados, aves, chanchos, caretas de moreno en miniatura, carros clásicos y modernos, edificios, aviones, máquinas de coser y cortadoras de carne, maletines, carteras, morenitos, kantutas, caballos, tanques, balanzas, dólares, sobreros, arpas, zampoñas. ¡Todo hay! De la habilidad nomás depende.
El especialista tiene cabeza, el que tiene cabeza sabe que le va a dar al cliente. Yo siempre le digo al cliente lo que tiene que llevarse (Revista Municipal de Culturas Jiwaki Nº 49, 2012:20).

Los productores de las diversas matracas pueden encontrarse en talleres de la calle Los Andes, Kollasuyo y El Alto, centros que abastecen la demanda de danzantes de morenos y cholas que participan en las diversas entradas folclóricas.



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