10 de febrero de 2013

Ritmo, colorido y devoción en el carnaval orureño


La diablada fue la danza más aplaudida en la fastuosa entrada del Carnaval de Oruro en devoción por la virgen del Socavón.

El carnaval de Oruro, convertido hoy en la máxima expresión del sincretismo de América, representó ayer uno de los espectáculos más grandes del mundo a lo largo de, al menos, cinco kilómetros de recorrido por las calles céntricas de esa ciudad, de 400 mil habitantes, enclavada en la región central del altiplano boliviano, y que se prolongó por más de veinte horas.

La columna de danzantes, unas 60.000 personas distribuidas en 48 comparsas que representan a 18 expresiones folklóricas creadas a través del tiempo, a manera de satirizar a las clases sociales que se estructuraron en el tiempo de la colonia española, inicio su marcha al promediar las 7:00 horas, en medio de graderías colmadas de centenares de miles de espectadores.

Estas expresiones folklóricas que desde siglos, constituyen el sentimiento de fe en la Virgen del Socavón, danzaron al ritmo de sus bandas que retumbaron con su música, en la cadencia marcada por el golpe del bombo, con “el sentimiento más profundo de homenaje a la mamita del Socavón”, de acuerdo con algunos danzarines que testimoniaron sus sentimientos personales.

El Carnaval de Oruro, declarado Obra Maestra de Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), (Mayo de 2001) reúne anualmente a por lo menos, 400.000 visitantes que llegan desde el extranjero y del interior del país, para participar de la fastuosa entrada que se extiende por dos días, la primera, llamada la peregrinación y, el domingo, la entrada del carnaval que se desarrolla con la bendición de la Virgen.

Las principales expresiones son las diabladas, morenadas, llameradas, caporales, kullawadas, doctorcitos, tobas y muchas otras danzas que no precisamente pertenecen al acervo orureño, pero que le dan color y ritmo a la fiesta. Recorren por la avenida 6 de agosto, para tomar la céntrica calle Bolívar, la plaza 10 de febrero y ascender hasta la plaza Cívica y llegar al atrio del templo situado en la parte más alta del cerro Conchupata, de la ciudad del Pagador.

La entrada carnavalera de este año, se ha convertido también en un centro importante que reunió a “políticos” del oficialismo y la, oposición, destacándose la presencia del Presidente Evo Morales Aima, Álvaro García Linera, Rubén Costas y muchos otros.

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