7 de junio de 2009

La entrada se renueva con ornamentos y coreografías

Máscaras novedosas, joyas renovadas, trajes originales y nuevos pasos de baile caracterizaron a la Entrada del Gran Poder. La fiesta se renueva con la inagotable creatividad de sus bailarines.

Dos bailarines de los wacas Juventud Estrellas, con trajes negros, botas y toros con adornos de plata, impactaban al público. Contribuía la larga cabellera de los fraternos y su considerable estatura. “Esos toros tienen un diseño nuevo que junta la tradición con referentes como los Jinetes del Apocalipsis”, opinó el sociólogo David Mendoza.

La morenada Verdaderos Rebeldes lució en sus filas a las llamadas “ñaupacholas”, cholas que ataviadas con pelucas de color blanco aparentaban tener más de 100 años. En este grupo, las cholas achachis (viejas) adicionaron a su vestimenta bolsos pequeños junto a sus mantas.

Las cholas antiguas de la morenada Eloy Salmón este año también añadieron a sus elegantes trajes sombrillas y abanicos.

“Las morenadas han innovado en el traje de las cholas, usando mantas multicolores que recuperan una iconografía más andina y sustituyen a las telas chinas de seda”, dijo Mendoza.

Aunque el rojo y el verde, en homenaje a La Paz, primaron; huyo con derroche de colores en los trajes de los bailarines: la gama iba desde el negro monocromático hasta mantas tornasoles, con bordados de seda.

Pero, la novedad no fue sólo prerrogativa de las mujeres morenas. Algunos bailarines de los Vacunos sorprendieron al sustituir las tradicionales máscaras de los reyes morenos por una suerte de antifaces plateados.

La prohibición de usar en los trajes plumas naturales inspiró a la morenada Rosas de Viacha a usar adornos de seda, elaborados por artesanos de El Alto.

Las matracas también se lucieron. La mayoría presentaron modelos alusivos al Bicentenario paceño; pero no faltaron paisajes, electrodomésticos e, incluso, mensajes de aliento a la selección de fútbol boliviana.

Las joyas brillaron con diseños impactantes. Las cholas de la morenada implantaron la moda de usar enormes anillos de oro en los diez dedos de la mano. Éstos se suman a los clásicos: topo, adorno en el sombrero y aretes.

“El trabajo de los artesanos es impecable; este año a diferencia de otros no vemos pedrería pegada en los trajes, la gran mayoría son bordados hechos a mano”, recalcó David Mendoza.

Las bandas, siempre uniformadas, también estrenaron trajes; algunas con diseños andinos en bayeta como la Banda Real. El resto lo hizo la coreografía.

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