30 de junio de 2016

Yarituses brillaron en fiesta patronal



Como cuando en el pasado los piñocas vestían de gala para realizar el ritual de agradecimiento al nupayares o piyo sagrado, la población de San Javier revivió esa ancestral tradición en la que se engalanaron con vestimentas representando la riqueza de la flora y fauna de la región.
Desde mediados del siglo XVIII se entremezcla con la festividad religiosa de San Pedro y San Pablo.

La Piedra de los Apóstoles fue el escenario del tradicional encuentro del alba con música y cantos en lengua chiquitana. Los yarituses se ataviaron con la máscara y plumas del piyo, los paichochises, las abarcas y la vara con cintas de colores, y los abuelos con un saco, abarcas y la máscara hecha de peta, urina, peji o tatú.

Cientos de danzantes inundaron las calles de San Javier y desde muy temprano se concentraron en diferentes puntos, para luego llegar a la iglesia misional a fin de participar en la celebración religiosa de los santos Pedro y Pablo, a los cuales acompañaron en procesión junto a miles de pobladores. Se pudo apreciar una mayor participación de niños y de mujeres en los actos


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