7 de noviembre de 2012

Durante la fiesta de Ch’utillos de agosto, la cámara captó el sentido de esta festividad: el juego, el sentirse joven.

De origen prehispánico, reinventada cada vez, como en la Colonia, la fiesta de Ch’utillos, en Potosí, es sinónimo de juego, de espíritu juvenil. El 24 de agosto, los danzarines toman las calles de la Villa Imperial en devoción a San Bartolomé que, dicen, asumiendo lo enseñado por los jesuitas, venció nada menos que al diablo. Con tal motivo, y también por el simple hecho de alegrarse, Ch’utillos se vive durante tres días: el 24 y el fin de semana siguiente.

Explica Cristóbal Corso Cruz, en Fiestas tradicionales de Potosí, que la primera jornada es la de Ch’utillo, palabra asociada con burla, con buen humor. La segunda es del Majtillo, que en quechua quiere decir joven, adolescente, mientras que la tercera es de Thapuquillo o del curioso. En todo caso, todos se sienten en libertad de “ch’utillarse”, como mostraron los “jóvenes” de toda edad ante la cámara. Con estos rostros vale la pena festejar el mes de la efeméride potosina.





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