1 de marzo de 2010

Cochabamba Corso del Sur despide al Carnaval

Música, danzas, colorido y mucha agua fueron las principales características del Corso de la zona sur. La lluvia y el clima nublado no fue impedimento para los danzarines y espectadores. Como cada año, la organización fue criticada.
El ingreso de las agrupaciones, fraternidades y comparsas debía iniciar a las 14:00, sin embargo, la primera entró con más de una hora de retraso, los baches fueron prolongados, los niños y adolescentes lanzaban los globos con el afán de lastimar antes que divertirse.
El palco reservado para las autoridades estaba vacío, ni siquiera los dirigentes de la zona conocían si representantes de la Alcaldía y la Subalcaldía participarían en el Corso.
No existió control policial ni municipal en el recorrido. Los espectadores y comerciantes ingresaron al area destinada para los danzarines.
El recorrido se convirtió en un escenario para lanzar globos llenos de agua, jugaron con espuma y chisguetes.
Los comerciantes ambulantes ofrecieron variedad de artículos para entretener a los niños. Los propietarios de domicilios aprovecharon para vender sillas a los espectadores.
Muchos jóvenes y adultos se encontraban ebrios. No hubo ninguna restricción en la venta de bebidas alcohólicas.
Pese a los puntos negativos en la organización, los “globazos” con violencia y la borrachera de algunas personas, resaltó la creatividad y el entusiasmo en las comparsas y las fraternidades que participaron.
35 agrupaciones se inscribieron. Fue notoria la creatividad de la empresa de radio taxi Troya, los conductores se vistieron de diferentes personajes mitológicos y de películas como ser el hombre lobo, Troya, el grupo musical Kiss, brujas y otros.
La agrupación “Las Kolas de la Kencha Calle” llamó la atención del público porque la mayoría de sus integrantes era hombres vestidos de mujeres con polleras, con pañales y mini faldas.
También se puedo observar las participaciones individuales como El Cantiflas y La Pastorcita, una señora de la tercera edad que ingresó junto a una ovejita y le daba leche de un biberón.
Ya casi al final del Corso, la lluvia calmó un poco los ánimos de los participantes y espectadores.

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