18 de marzo de 2022

‘LA INDUSTRIA SIN CHIMENEAS’: EL GRAN PODER Y EL MOVIMIENTO ENCANTADO Parte 2

Todo eso es un proceso de gasto económico. Luego vienen las recepciones, las fiestas tengo que comprarme mi terno, contratar la orquestra y también tengo que ver en la calle lo que debo comprar. Llega el día de la fiesta. Y en la fiesta como se hacen los gastos: los ensayos, visitas por aquí, por allá, gastos, por lo que quiero inflarme como el globo. El día de la entrada tú haces una encuesta con los muchachos que limpian zapatos y te das cuenta de que en un día terminan diez cajitas de betún, mientras que en los días regulares una semana le alcanza una cajita. Ese día son como diez semanas de trabajo. Ese día se empeñan joyas, anillos, hay un movimiento fuerte en estas casas de préstamo y en los bancos ni que decir. Vas a ver la señora sandwichera que se ha ido a empeñar su anillo por 200 bolivianos y eso tiene que invertirlo en la Fiesta del Gran Poder y tiene que darle ganancia. ¿Y para cuánto sirve esta ganancia? De cuatro a seis meses para poder cuidar a sus hijos. En los talleres, las pollereras están trabajando como nunca; esta gente que no tenía trabajo hoy en día tiene trabajo. O sea, la fiesta de Gran Poder genera una situación económica muy fuerte de inversión, lo que el Estado no da, lo que el Estado no ofrece. Entonces, los políticos lo han visto y quieren meterse porque quieren sacar rédito de allí. Excluyendo el pago del público, considerando solo los folkloristas esto llega a sumar más o menos 20 millones de dólares. Por eso nosotros decimos ‘la industria sin chimenea’ en un aspecto ecológico del término (Alejandro Chipana, en entrevista con el autor, 13/03/04).

El Gran Poder es descrito como una reunión de gente, productos y fuerzas en la cual todos quieren invertir y obtener una ganancia. El pasante en particular, debe gastar tanto como para endeudarse a fin de que su ‘nombre’5 gane el respecto de los demás y logre un cierto reconocimiento. La deuda del pasante, así como el gasto, puede ser altamente valiosa, ya que implica un expendio y sacrificio para el bienestar comunal y presupone un ‘movimiento’, un retorno del dinero que ha sido invertido en la reproducción económica/social de la comunidad.

Algunos detractores del Gran Poder han tratado a menudo de resaltar cuan perjudicial puede resultar el derroche exagerado e irracional de recursos para otros sectores como la educación y la salud. Alejandro Chipana, sin embargo, habla de la Entrada del Gran Poder como un instrumento para revivir la economía y generar bienestar. Como podemos interpretar de las palabras de Alejandro, la dinámica de reciprocidad forzosa implícita en las acciones del pasante y el deseo de participar en el Gran Poder para invertir recursos en él, aportan una fluidez nueva y saludable a las redes sociales y económicas.

Sin embargo, Alejandro también menciona la existencia de un ‘movimiento con excedentes’ capaz de afectar la producción material y el bienestar de la comunidad urbana. En realidad, la ‘industria sin chimeneas’ ecológicamente sostenible, se habilita por el hecho de que este movimiento no es simplemente un acto mecánico de mover recursos de A a B a C, sino también un proceso que implica la producción de un excedente de sustancia mientras se mueven las cosas. Esto vuelve a la idea sugerida por Harris (2000) de que el movimiento y la producción pueden ser parte del mismo proceso que involucra tanto fuerzas económicas como cosmológicas. En otras palabras, dicho movimiento tiene la capacidad de influir en el proceso de producción.

Si en la tradición económica europea la producción material había sido identificada con la producción de valor (Le Goff 1980; Marx 1990), en el caso Andino el movimiento y la circulación juegan un papel fundamental en este proceso. Por el mismo Marx, la economía capitalista ponía mucho énfasis y hasta fetichizaba el proceso de circulación del dinero y las mercancías, contribuyendo así a hacer invisible lo que Marx identificaba como la etapa más importante e injusta del proceso capitalista: la producción. La especificidad del caso Andino es que la circulación y/o el movimiento de mercancías no son elementos exquisitamente económicos capitalistas sino se entrecruzan con elementos de reproducción cultural, cosmológica y religiosa.

Para comprender plenamente el concepto de ‘movimiento’ y el derroche impresionante de recursos sugerido por Alejandro Chipana, necesitamos tomar en cuenta otro elemento crucial en la Fiesta del Gran Poder y en su economía. La dimensión colectiva de las prácticas económicas y festivas del Gran Poder permanece crucial para darle sentido a la muestra de abundancia inferida tanto por el mercado como por la fiesta. El derroche, a menudo, se explica a través de la repetitiva contribución de miles de individuos, que, lentamente, ‘gotita a gotita’, suman ese monto impresionante mencionado por Alejandro. Juntar esfuerzos y recursos con los fraternos es entendido como la maximización del poder de adquisición para tener acceso a bienes que de otra manera serían inalcanzables para cada individuo. También incrementa la posibilidad de obtener ganancia en un negocio (ver siguiente sección para una discusión más detallada sobre este tema).

La idea de movimiento como producción y particularmente como generador de abundancia en el mercado determina una dinámica interesante de competencia y cooperación. Ciertamente la competencia es un factor natural en un sector comercial intensivo como el barrio del Gran Poder y la competencia entre los miembros del mismo sindicato o fraternidad tiene generalmente una connotación positiva ya que magnifica la innovación, la invención y la entrega de productos y servicios de alta calidad. Dicha competencia está inevitablemente unida a las prácticas de cooperación, de colaboración y de unión de esfuerzos y recursos para amplificar el movimiento y la abundancia. Como hemos visto, la Fiesta del Gran Poder es el ejemplo emblemático de esta tensión entre la competencia y la cooperación.

Dicha tensión puede observarse gráficamente en el mercado y específicamente en el intercambio de bienes entre los comerciantes a precio de costo. Por ejemplo, una televisión comprada por un comerciante en 75 dólares y generalmente vendida en el mercado en 85 se vende por 76-77 dólares a otro comerciante ubicado en otro lugar que busca incrementar la variedad de sus productos. La concentración excesiva de mercancías parecidas está asociada y complementada por un intenso intercambio de mercaderías entre los mismos vendedores. De hecho, el continuo y elevado nivel de innovación tecnológica de las mercaderías importadas permite que cada comerciante importador de una nueva marca o producto empiece a vender su producto a comerciantes vecinos a precio de costo (o casi) a cambio de dinero o de otras mercaderías. Esto genera un ‘movimiento’ tal de mercancías que reduce la tendencia de estancamiento producido por la excesiva oferta.

La prioridad asignada a la generación de movimiento por sobre la competencia también es ejemplificada a través del sistema de microcréditos con papelitos o pasanaku existente entre algunos comerciantes del Gran Poder. Es un sistema de pequeños préstamos de 500-1000 bolivianos (70-140 dólares) que son devueltos al prestamista en pagos diarios de 10-20 bolivianos (1,4-2 dólares) por un período de hasta dos meses. Al final, el prestamista percibe un interés de 100-200 bolivianos. Este préstamo es totalmente informal, no existe contrato, sin embargo, se guarda un minucioso registro de estas transacciones en diminutos papelitos en los cuales el prestamista registra los pagos diarios del prestatario.

Más allá de la dimensión lúdica de este sistema de préstamos con papelitos, está la indiscriminada participación de todos los miembros de la familia. Por ejemplo, es una práctica común en la misma familia que algunos miembros presten a través del pasanako y otros tomen prestado. De esta manera la familia no funciona como un elemento que bloquea el flujo de dinero, ni toma ventaja egoístamente de este movimiento, sino que participa directamente en esta multiplicación del flujo, por el cual cada individuo es responsable. Mi ‘mamá’ Marta, por ejemplo, estaba simultáneamente prestando y tomando prestado dinero a siete diferentes personas. Si en la visión convencional la familia es considerada como un nicho protegido de la comercialización producida por el mercado y sus prácticas económicas, el préstamo con interés se practica hasta entre miembros de las mismas familias locales sin ningún énfasis moral. Por el contrario, los pequeños pagos repetidos de préstamos no solo activan un movimiento de efectivo en pequeños billetes sino también un movimiento de gente de una tienda a la otra pagando y recibiendo los pagos diarios.

En algunas circunstancias el dinero también puede ser visto como un síntoma de corrupción, vicio o una fetichización del mal (Taussig 1980). Sin embargo, es generalmente en su forma estática, cuando es acumulado en pocas manos, cuando no es reinvertido u obligado a circular, cuando es alejado de la comunidad, que el dinero tiende a adquirir tales connotaciones negativas.

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