25 de agosto de 2021

EVOLUCIÓN DE LA FIESTA DEL GRAN PODER Parte 2

 Pero poco a poco, si no en forma radical, debería irse a la abolición completa de esta clase de fiestas que por su frecuencia no hacen sino constituir rémoras dentro de las diarias actividades de la población. (El Diario 30-VI-1926).

El tono de esas y otras notas periodísticas es típico de una época en que las oligarquías se apoderaban impunemente de tierras comunales y reprimían después sangrienta y fríamente los levantamientos de sus legítimos dueños diciendo que se trataba de “indios salvajes y primitivos”. Esa era la época de sublevaciones más represiones como la de Jesús de Machaca (1921) y Chayanta (1927). Recuérdese también que, cuando en 1925 se celebró el centenario de la Independencia, una ordenanza municipal prohibió que los “indios” entraran a la plaza Murillo para que la capital no desmereciera ante los ilustres visitantes llegados en dicha ocasión.

Es dentro de este contexto que en 1922 o 1923 nace en Chi’ijini la fiesta del Gran Poder, como expresión simbólica de la identidad del nuevo barrio. Vimos ya algunos primeros festejos desde antes de la construcción de la capilla en la calle Gallardo (1.3). Otra fecha citada como inicio formal e ininterrumpido de la celebración es el año 1927. El 19 de mayo de dicho año se fundó la Fraternidad Diablada de Bordadores, que sigue participando como la más antigua hasta el día de hoy:

“Fue fundada en acto solemne y con asistencia de todos los socios, en el local de nuestro socio Sr. Santos Laime, ubicado en las calles Illampu y Max Paredes (sic)... Estaba constituida por los siguientes bordadores: Lucio Chuquimia Illanes, Juan Chuquimia Illanes, Crisóstomo Chávez, Inocencio Quisbert, Gregorio Mendoza, Antonio Viscarra”. (Documento recordatorio de las Bodas de Oro, 1976).



 

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