Mucha gente pidió que se pinten los tres rostros del Señor Jesús del Gran Poder; contrataron a unos pintores y éstos, al realizar la última pincelada notaron que la pintura en el ojo de la imagen se había convertido en una lágrima. Uno de los pintores salió con mucha fe por la imagen y después no se llegó a saber nunca más de él. Posteriormente, hay muchas pruebas que nos dio el Señor de Gran Poder, hemos tenido por ejemplo un año en el que tuvimos que suspender la fiesta de Jesús de Gran Poder por la muerte de un mandatario de la República, otro año hemos tenido que suspender la fiesta por el asesinato de un párroco y así ocurre cada año, como si dijera ‘yo estoy presente’, es increíble. Desde que el Señor ya tuvo presencia en el barrio, la gran fe católica fue mayor. Desde todos los barrios de la ciudad se realiza una romería muy importante. (Entrevista a Ricardo Carranza Quintanilla, 2009: 119-120).
En la década de 1930, los rostros de la Santísima Trinidad y el Triángulo Trinitario del lienzo fueron cubiertos por encargo del Monseñor Augusto Schieffer para contrarrestar interpretaciones falsas que daba la gente al icono de la Trinidad. Podríamos decir que esta acción fue como si una especie de inquisición hubiera enjuiciado la propia imagen, en una nueva forma de extirpación de idolatría y censura sobre el lienzo.
Esta forma de censura tuvo como argumento las creencias, percibidas como supersticiones “paganas”, que expresaban los migrantes aymaras respecto al lienzo de tres rostros. Esto molestó sobremanera al cuerpo eclesiástico que decidió repasar con pintura al óleo los dos rostros laterales24 y el ideograma del triángulo. Esta tarea fue encomendada a pintores extranjeros los que después de cumplirla, según afirman, habrían sufrido trastornos y desaparecieron:
En cierta oportunidad estos pintores se presentaron embriagados para hacer el último retoque en el rostro de la imagen. Uno de ellos pasó el pincel por los ojos y la figura portentosa, según testigos,la imagen movió la cabeza, y entornó los ojos en son de reproche. Los pintores atemorizados desaparecieron desde entonces.”
El repinte del lienzo de la Trinidad fue consumado y desde entonces el Señor Jesús del Gran Poder adquirió una nueva identidad que, incluso, dio nombre a la zona. El cambio de faz generó leyendas sobre la imagen, como la que señala que lloró y movió los ojos, provocando muertes y confrontando feligreses por su custodia. Es el único Señor que tiene dos templos dedicados a su culto. Según los devotos, el Señor Jesús del Gran Poder aparece siempre en los acontecimientos como diciendo “¡Aquí estoy Yo!”, lo que demuestra una concepción humanizante.
Este culto popular es propio de migrantes aymaras y habitantes cholos, que le atribuyen al Tata del Gran Poder un sentido de prosperidad, abundancia y fertilidad humana. Por ejemplo, en una ocasión vi que una mujer colocaba una muñequita detrás de la imagen, quien me manifestó que era para pedirle una wawa (bebé) y en otra, una preste del Señor del Gran Poder, me contó que como le faltaba dinero para la fiesta, decidió “reñirle y reclamarle” al Tata del Gran Poder con estas palabras: “¿por qué no me has bendecido?, ¿hasta cuándo me harás sufrir, si yo estoy bailando para ti? Entonces, a la semana siguiente, logró un negocio que le dio mucho dinero. Esto demuestra que sus creyentes no sólo le rezan y le llevan flores, sino que entablan una relación de intimidad y confianza con el Tata del Gran Poder.
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