10 de mayo de 2015

Tarija Fraternidad Poopó rinde homenaje a la Virgen de Fátima



En la ciudad de Camargo, aproximadamente a cinco horas de Cercado, la Fraternidad de Residentes Orureños “Poopó”, realizó un recorrido por las calles, actividad organizada por la Pasante 2015, doña Mónica Prado Flores de Peñaranda, quien nos relató la historia de la Virgencita de Fátima, cuya época inicia en mayo y culmina en septiembre.

Doña Mónica manifestó que hace cinco años que vienen realizando estos recorridos, generalmente entre la primera y segunda semana de mayo, que es cuando inicia el tiempo de la mamita de Fátima, a quien rinden tributo pues es la que “los curó y dio regocijo espiritual”, a ella y a su familia.
El Convite se trasladó hasta Camargo para captar cómo se vive la fe en la virgencita, tras haber recibido una invitación de los fundadores de esta agrupación, don Víctor Hugo Mejía y don Rogelio Nina, quienes nos comentaron que por motivos familiares migraron desde Oruro allá por el año 1990, estableciéndose posteriormente en esa ciudad.
Historia de la Virgen de Fátima
“En el año 1916, cuando la guerra se había extendido sobre Europa y Portugal, en una de las colinas que rodean Fátima, tres pequeños campesinos portugueses: Lucía de 9 años, Francisco de 8 y Jacinta de 6, se encontraron con una resplandeciente figura que les dijo: Soy el Ángel de la Paz. Durante aquel año vieron dos veces la misma aparición. El 13 de mayo de 1917, se les apareció una Señora toda de blanco, más brillante que el sol, a quien Lucía preguntó de dónde venía; ella respondió: Vengo del cielo. Les pidió que regresaran al mismo lugar durante seis meses seguidos, los días trece”, relata doña Mónica leyendo un libro cuya tapa está algo gastada.
“Nuestra Señora se apareció nuevamente a los tres niños. Alrededor de 50 personas se encontraban con ellos. La Señora dijo que Jacinta y Francisco irían pronto al cielo, que Lucía permanecería para ayudar a establecer el culto al Sagrado Corazón de María. El 13 de julio de 1917, se trató de impedir que Lucía asistiera a este encuentro que fue uno de los más extensos y en el cual los niños tuvieron una visión del infierno. El 13 de octubre de 1917 alrededor de 70,000 personas habían llegado al lugar para presenciar el milagro de Fátima. Ese día, el sol se podía mirar sin cerrar los ojos y como un prisma gigantesco, cubría el cielo con franjas de colores. Luego giró 3 veces y se precipitó en “zig zag” hacia la multitud”, prosiguió la Pasante, quien nos pidió dejar las cámaras para participar de una velada que se extendió hasta la media noche.

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