11 de enero de 2015

Uyuni vivió primero una minientrada folklórica



A los integrantes de la comparsa Carnaval de Vitichi, de Potosí, no les importó viajar durante nueve horas seguidas para llegar a Uyuni y así participar de la pequeña entrada que calentó la fiesta con la que esta población recibió ayer el Dakar.

“Somos 32 bailarines que hemos llegado desde Vitichi y mostramos el Carnaval de nuestro pueblo”, sostuvo Segundino Mollo, corregidor de esa población potosina.

Tinkus, diablos, caporales, bailes de Vallegrande, chovenas orientales, pero además danzas desconocidas como la de los Viejos Roderos, llegados desde Chuquí, de la provincia Cornelio Saavedra, animaron ayer por la mañana la fiesta de recepción a la carrera en Uyuni. Cada uno de los grupos subió a la rampa de llegada y ahí hizo una demostración mientras los carros todavía competían. Otros incluso cantaron: “Yo soy de aquel pueblo heroico/ medio poeta cuyo nombre/ es don Tomás Katari”, entonaba el macheño Primo Corrales, un hombre nacido en Macha, la cuna de los tinkus.

Y de esa representación del norte de Potosí, el festival llevó a los carnavalitos de Vallegrande con jóvenes que llegaron desde ese rincón cruceño; mientras que unos minutos después, otros muchachos bailaron la danza de la chovena, característica también del territorio oriental.

En tanto, los caporales de la Universidad Mayor de San Simón, con sus bloques de La Paz, Oruro, Sucre y Cochabamba deleitaron y regalaron belleza con cada uno de sus pasos, en los que las damas se llevaron más de un aplauso por su sensualidad y donaire. Los de San Simón entregaron una plaqueta de reconocimiento al ministro de Culturas, Pablo Groux.

Y si eso pasó con los caporales, la población se levantó de sus asientos cuando entraron los diablos de la Fraternidad Artística y Cultural La Diablada de Oruro, en la que ángeles y diablesas saltaban al compás de la banda Intercontinental Poopó.

La Policía regaló banderas a todo el público, que ondeó la tricolor y la wiphala, para animar la fiesta matinal que organizó el Ministerio de Culturas.

La previa se completó con un desfile de las modelos de Promociones Gloria, que representaron danzas sobre todo del oriente boliviano. Entre las divas desfiló la Miss Beni, Romina Rocamonje, que fue elegida Miss Bolivia en 2014.

El público en Uyuni bailó, cantó y se emocionó más cuando fue interpretada la cueca Viva mi patria Bolivia, que en las trompetas de la Intercontinental Poopó sonó como un verdadero himno de toda la nacionalidad boliviana, que ayer se reunió en Uyuni a unos metros de la rampa.

Morales quiso ayudar en el camino

El presidente Evo Morales reveló ayer que al ver detenido a un vehículo de competición cerca de la población de San Martín intentó ayudarlo.

“Hemos visto que un coche estaba parado… pensé que tenía problemas y cuando estaba aterrizando (con su helicóptero) para ayudarlo, se levantó y voló”, dijo el Mandatario ayer durante una conferencia de prensa junto a los organizadores del Dakar y el motociclista Juan Carlos Salvatierra

Morales pensó que el coche, aunque no pudo precisar de qué corredor se trataba, “tuvo algún desperfecto mecánico”.

En la afamada competición, en más de una ocasión se vio cómo los pobladores ayudaban a empujar las máquinas de los corredores, pero ayer hubiese sido la primera vez que un Presidente lo haga.

Morales agradeció a los organizadores por traer nuevamente el Dakar a Bolivia y saludó a todos los bolivianos que acompañan la prueba.

“Muchos se fueron incluso con sus ollas (para compartir) con sus familias y ver la prueba”, matizó Morales.

Los datos

Banda

La Intercontinental Poopó puso la música a la fiesta en Uyuni.

De potosí

El ritmo autóctono llegó desde poblaciones potosinas como Vitichi y Chuquí.

Otros lugares

También hubo demostraciones folklóricas en Pisiga y Opoquerí, por donde pasaron los competidores por la mañana.


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