"Vamos a regular y vamos a tratar de darle seguridad al que baila, al vecino, también con el control de alcohol y de comida”, dijo la concejala Gabriela Niño de Guzmán, a propósito del proyecto de Ley de Manifestaciones Culturales.
Esta norma regirá la organización de las manifestaciones culturales que se desarrollan en espacios públicos, como calles, parques y plazas, dijo la concejala. Explicó que la ley responde a la demanda de la ciudadanía por la ocupación de espacios públicos y privados.
Según la comuna, en el año se desarrollan más de 150 manifestaciones culturales en barrios y similar número en expresiones eventuales como kermeses o festivales de colegios. A ellas se suman las grandes entradas.
Tres tipos de fiestas
La normativa propone una tipología de las manifestaciones folklóricas en tres grupos. El primero comprende a las entradas que son patrimonio cultural, como la del Gran Poder, la Entrada Universitaria y el Jiska Anata.
En un segundo grupo están las manifestaciones folklóricas barriales. "También las vamos a reconocer, pero las vamos a regular -dijo la concejala- en términos de ocupación, de día, de manejo de mingitorios, de consumo de alcohol y de horarios”.
Advirtió que en algunos casos se restringirá la duración de las entradas barriales de dos a un día. En otros casos se "rebajarán los horarios”, acortando su duración, que a veces sobrepasa las 12 horas, a lapsos entre tres y ocho horas. Niño de Guzmán puso como ejemplo que hay fiestas culturales que ocupan la calle desde las 6:00 y otras se desarrollan en la noche, como la de La Cruz.
Un tercer grupo a ser normado será el de las entradas eventuales. A éstas se les pedirán requisitos "bastante exigentes”: tendrán, por ejemplo, que ocupar vías en horarios que establezca la Alcaldía y hacerse cargo de los gastos por destrozos del ornato público y generación de basura.
En un taller final se consensuará el proyecto con los folkloristas -con quienes ya se mantienen reuniones-, con los auspiciadores de las fiestas y con los comerciantes, como las personas que negocian las graderías y las asociaciones de comida y bebida.
"Hay una serie de elementos que se mueven alrededor de estas entradas y que tienen que ingresar a la regulación”, reiteró Niño de Guzmán.
Añadió que la ley también hará partícipes a los vecinos para consensuar con ellos los espacios barriales que se destinarán a las entradas "En tres o cinco cuadras podrán ingresar todos los elementos que hacen a la fiesta: desde bailes hasta comidas”.
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