El Club Sogalbe, como lo hace desde 1974, reflejó la distorsión con la que se practica la diablada en países vecinos, concretamente en Perú y Chile.
Su paso por la misma ruta de los demás comparsas del Carnaval de Oruro despertó aplausos, risas y muchos elogios, además de interactuar con el público presente gritando lemas como “viva Bolivia”, “viva el Carnaval de Oruro” o “viva el patrimonio de Bolivia”. Entre sus atuendos se podían distinguir cascos de motociclistas, faldas de chinas morenas, medias de diferentes colores e incluso zapatos de payaso, entre hombres y mujeres.
Su baile-reclamo se resume con el siguiente lema que lo pasearon por las calles orureñas: “Denunciamos ante el mundo que malos chilenos y peruanos están plagiando el folklore boliviano”.
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