Siete años antes de la Revolución Nacional, esto como una antecedente fundamental, la Alcaldía se percató que
la escena cultural urbana estaba siendo ocupada por ritmos extranjeros, por ejemplo: la música mexicana y el
tango argentino. Con esa verificación y ante el temor de que se enajene la identidad nacional se optó por asumir
algunas de las primeras medidas de construcción y defensa de una cultura nacional afincada en lo tradicional. Así,
la Alcaldía de La Paz dispuso y publicó una de las primeras Ordenanzas que incentivaban el folklore en Bolivia.
Un poco conservadora, pero así se empezó:
Considerando:
Que es deber de la Alcaldía propender a la difusión de la música nacional, estimulando la vocación
y el virtuosísimo de los compositores. Que la música internacional se está imponiendo en
el ambiente social boliviano con grave peligro para la riqueza del arte vernacular y folklórico.
Que en el inc. 5º del artículo 152 de la Constitución Política del Estado faculta a las Alcaldías
Municipales a fomentar la cultura popular.
Resuelve:
Artículo 1º.- A partir de la fecha de la presente ordenanza, se obliga a los propietarios, administradores
de bailes, confiterías, clubes, restaurantes, cabarets, cantinas y todo establecimiento o
negocio que sostenga orquestas, a los conjuntos musicales, propietarios y directores de radioemisoras
a difundir la música vernacular y folklórica en determinadas horas de sus actuaciones
y audiciones, en una proporción de partes iguales en la totalidad de los programas de música.
Artículo 2º.- Se impondrá multas sucesivas y progresivas por incumplimiento o trasgresión de
la presente disposición, así como se concederá estímulos especiales a todo negocio, club, radio,
conjunto o establecimiento que se distingan en la difusión de la música boliviana.
Artículo 3º.- La Alcaldía mandará seleccionar una discoteca folklórica y de composiciones
bolivianas, con el fin de recomendar su difusión en los establecimientos mencionados en el
artículo primero.
Artículo 4º.- El intendente de la Policía Urbana y el Director de la Radio Municipal, quedan
encargados del cumplimiento de la presente ordenanza (HCM, 1945), 241-242).
Por supuesto, la misma no estaba dirigida a motivar o incentivar las danzas y música de los protagonistas de la
fiesta popular, pero de muchas maneras los beneficiaba porque lo más seguro es que la decisión estaba dirigida
a incentivar el folklore “culto”, aquel propuesto por Rigoberto Paredes (M. R. Paredes, 1913; R. Paredes, 1949).
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