22 de marzo de 2017

Carnaval es la fiesta que más ingresos genera a los artesanos

Entre Carnaval, Urcupiña, Santiago y todos los santos, la primera fiesta es la que mayores ingresos genera a los artesanos en Cochabamba. La tradición de muchas fraternidades, de estrenar una nueva vestimenta en el Carnaval de Oruro es la que permite a los confeccionistas tener ingresos seguros cada año.

En Cochabamba existen alrededor de 50 artesanos, concentrados principalmente en Cochabamba, Quillacollo y Sacaba. Muchos de ellos son herederos de un talento familiar que viene de padres y abuelos paceños y orureños.

Ruth Córdova Quino es una de ellas. Junto a su familia ejerce, por más de 20 años, el oficio en Quillacollo. Aunque desde niña siempre participó en el emprendimiento familiar de sus abuelos Francisco Quino y Manuela Quisbert.

DEMANDA

Aunque los artesanos, en mayor número, se encuentran en Oruro y La Paz, Cochabamba también concentra un grueso de los pedidos para las fraternidades de danzas.

El trabajo continúa siendo manual y es muy moroso. La familia de Ruth se encargará este año de la vestimenta de dos fraternidades de caporales, cada una con más de 300 trajes. “No podemos abarcar a más, porque demoramos dos semanas en confeccionar un solo traje”, explicó.

Solo en el Carnaval de la Concordia de Cochabamba se concentran alrededor de 100 fraternidades con más de 10 mil bailarines, de los cuales aproximadamente el 70 por ciento requiere del trabajo especializado de bordadores, entre morenadas, caporales, tinkus y ch’utillos.

Es por esto que los contratos se cierran generalmente entre octubre y noviembre para tener todo listo y con la misma calidad para el Carnaval de Oruro. “Hay otras fraternidades que después de Urcupiña, en agosto, ya nos entregan sus diseños”, citó Freddy Amusquivar, bordador y diseñador. Los trajes de mayor complejidad y también precio son los de la morenada, que según el material y el diseño puede costar entre 3.000 y 5.000 mil bolivianos cada uno; también está el de caporal que oscila entre 2.500 y 3.000 bolivianos.

Cuando llega algún pedido de último momento, no queda otra que contratar a otros artesanos que emplean su talento temporalmente.

TRADICIÓN

Aunque han pasado más de 40 años desde que veía a sus abuelos realizar este trabajo, el arte manual se ha mantenido al 100 por ciento . Lo único que cambió fue la diversidad de materiales en piedras, lentejuelas y perlas. “Ahora hay lentejuelas de color transparentes, piedras plásticas, perlas y otros tornasolados en todos los colores”, explica Ruth.

Ni la tecnología, ni la industria han desplazado los viejos bastidores de listones fabricados por sus padres y abuelos. Los tradicionales hilo y aguja siguen siendo las herramientas principales de todos los días.

Pese a los años, la provisión de estos materiales se realiza desde China, desde allí son importadas, no solo las mostacillas y lentejuelas sino las cintas y las grecas.

Pocos llegan directamente a Cochabamba. Los artesanos en la Llajta deben viajar hasta La Paz o la ciudad fronteriza de Desaguadero para proveerse de la mayor variedad y a un mejor precio.

La mayoría de los emprendimientos son familiares, donde los niños también participan y desde muy pequeños aprenden el oficio y cada detalle del proceso, desde ensartar las mostacillas, combinar colores, realizar un diseño, escoger los mejores materiales, hasta armar el traje completo.

Es por esto que en esta industria ya existen especialistas en cada una de las etapas del proceso, donde los diseñadores son pieza fundamental de la confección de un traje.

El diseñador, además de la estética, debe calcular el peso y la flexibilidad que tendrá el traje, para que la vestimenta no sea un impedimento de que el bailarín presente su mejor gala durante la presentación en la fiesta carnavalera.

Demanda obliga a contratos temporales

La alta demanda de trajes con bordados supera muchas veces la capacidad de los emprendimientos familiares. Por esta razón, muchos optan a realizar contratos temporales por producto para poder cubrir los pedidos.

Estos contratos no gozan de ningún beneficio y el pago se realiza de acuerdo al trabajo realizado.

Los dragones son un clásico en el diseño

Las figuras de dragones, hidras (serpiente de varias cabezas) y cobras son diseños que han estado por décadas en las prendas de los bailarines. Son consideradas las más antiguas de los bordados. En los últimos años fueron incorporadas mariposas y pavos reales, a sugerencia de los bailarines, pero con menor frecuencia.



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