16 de febrero de 2017

El Carnaval empieza en el siglo XIV en Cochabamba



Dos formas de celebrar el carnaval y un origen común, España. Según el investigador Gustavo Rodríguez Ostria, la fiesta de la carne pudo iniciarse en Cochabamba a partir del siglo XIV.

“Los españoles introdujeron dos manifestaciones del carnaval, la de las clases llamadas altas, celebradas en salones a la manera española, y el popular en las calles. Ambos se distinguían por el tipo de música, bailes y comidas”, asegura Rodríguez Ostria en su libro “El Carnaval de Cochabamba”.

Otro dato que visibiliza Rodríguez Ostria en la mencionada obra es que a fines del siglo XVIII el carnaval o “carnestolendas” estaba instituido y duraba desde el domingo de tentación hasta el miércoles de ceniza.

Es decir, la fiesta de la carne se vinculaba a la fertilidad, al tiempo de la siembra en el mundo andino y terminaba, a regañadientes, con las celebraciones de la Pascua católica.

Entre fines del siglo XIX y hasta la medianía del siglo XX, el carnaval no sufrió modificaciones, salvo una constante decadencia, aunque matizada, por ejemplo, con el uso de los globos de latex que sustituyeron a los tradicionales huevos. “El público tenía la oportunidad de observar varias decenas de carros alegóricos y numerosas comparsas de disfrazados. Todo aquello, a la fecha, aparentemente ha desaparecido y la tradicional fiesta se ha reducido a un Corso de Flores con la participación de contados carros alegóricos y dos o tres comparsas, apuntaba un agudo observador de esa época, según rescata la obra de Rodríguez Ostria.

La llamada Revolución Nacional del 52 asesta un golpe mortal a la festividad del Carnaval tradicional cochabambino, debido, en parte, a la decadencia de la élite que ve y siente perder sus privilegios, apunta Rodríguez Ostria. En 1965, se produce la primera elección de la “princesa” del Carnaval, que supone un giro de 180 grados, porque antaño se elegía a un “príncipe”.



EL CARNAVAL EN PROVINCIAS

El recordado profesor Willy Camacho explicaba que los sectores rurales y agrario-urbano de Cochabamba unían —en su imaginario social y religiosidad natural— el carnaval y las celebraciones agrícolas a la Pachamama, o Madre Tierra. Por eso es que el Carnaval en las provincias está ligado al calendario agrícola dividido en dos periodos: lluvia y seco. El primero inicia en

Todos Santos y concluye en Domingo de Tentación durante el Carnaval y el segundo desde el fin del Carnaval hasta agosto. De ahí que los elementos vinculantes entre esta explosión de vida y alegría en las provincias eran las coplas cantadas, la interpretación del acordeón y charango y la visita entre provincias. La ch’alla y las q’oas son infaltables en agradecimiento a los favores recibidos de la tierra. La idea es que se cierra un ciclo agrícola que se abrió en Todos Santos y se empezará el periodo de cosecha en las comunidades.


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