12 de agosto de 2016

Urkupiña La peregrinación folklórica, expresión de devoción y gratitud

Las grandes manifestaciones folklóricas en el país están ligadas y son un complemento, en la mayoría de los casos de las festividades religiosas y expresiones de fe y devoción, la fiesta de la Virgen de Urkupiña no es la excepción.

Junto a la devoción a la Virgen María de Urkupiña, que según la tradición se remonta a los años de 1700, se desarrollaron manifestaciones culturales que con el transcurrir del tiempo fueron cambiando, hasta lo que hoy se ve en Quillacollo durante la celebración.

Antes de la década de los 50 del siglo pasado, la fiesta en honor a la Virgen era eminentemente rural por las características de la sociedad quillacolleña y cochabambina de ese entonces. Para la celebración, que duraba tres días, llegaban indígenas de las comunidades rurales de Sipe Sipe, Tapacarí, Ayopaya y otras regiones, hasta la plaza de Quillacollo. Traían consigo sus productos agrícolas y ganado para agradecerle a la Virgen y luego intercambiarlos –trueque–con las personas llegadas de otros lugares, “se desarrollaba una fiesta, en la que los comunarios expresaban su agradecimiento a la Virgen con sus danzas y música”, relata el presidente de la Asociación de Fraternidades Folklóricas Virgen de Urkupiña, René Valdez.

Los orígenes de la peregrinación Folklórica –con las características actuales– se remontan al siglo pasado, señala Valdez, al año 1952 cuando se formó por el impulso de los trabajadores de la empresa Manaco –alrededor de 80–, el Centro Cultural Diablada “Tomas Bata”, una de las fraternidades pioneras de la entrada y que hoy sigue participando.

La influencia de la Diablada –que en el pasado fusionaba la diablada y morenada– contagia rápidamente en el ánimo de otros grupos sociales, dando lugar al surgimiento de otras fraternidades como los Waka Tok’oris Virgen de Urkupiña, la Morenada Real Urkupiña, Kullawada Buenos Amigos y los Reyes Incas de Tapacarí, cinco de las 12 fraternidades que aún existen y que dieron origen en 1973 al Comité de Conjuntos Folklóricos, que después se constituyó (1977) en la actual Asociación de Fraternidades Folklóricas Virgen de Urkupiña.

Valdez, que lleva 25 años bailando en la festividad por devoción a la Virgen de Urkupiña, recuerda como la entrada fue creciendo y ampliándose, con los años se fue incluyendo a las bandas y fueron cambiando las vestimentas de los bailarines. Destaca que en el pasado, como las agrupaciones no eran tan numerosas como hoy, nombraban “pasantes”, quienes apoyaban con los gastos logísticos: banda, comida y trajes de los bailarines.

Asimismo, resaltó la diversificación de los bailes que participan de la entrada (aunque muchos se perdieron y hoy están tratando de recuperarlos como la kallawaya) con la incorporación de otros, el caso de un baile parecido al tinku propio de una provincia de Chuquisaca que se presentará por primera vez en la entrada folklórica de este domingo 14.

Además de las 57 fraternidades afiliadas a la Asociación, que expresaran su devoción este año a la Virgen en la entrada, participarán 11 agrupaciones que son parte de otras asociaciones.

Valdez manifestó que la entrada folklórica es una peregrinación que hacen los integrantes de las fraternidades en agradecimiento a las bendiciones recibidas de la Virgen y para pedirle un “favor” especial.



CASI 40 AÑOS ORGANIZANDO LA ENTRADA

En abril del próximo año, la Asociación de Fraternidades Folklóricas Virgen de Urkupiña cumplirá 40 años, cuatro décadas organizando la fastuosa entrada folklórica en honor a la patrona de Quillacollo, que se celebra cada año el 14 de agosto y da inicio a la festividad religiosa.

Fundada el 29 de abril de 1977 y reconocida por Ley Nº 2536 de 24 de octubre de 2003, esta organización nació con 12 fraternidades y hoy es una de las más grandes del país, representa a 57 agrupaciones folklóricas de Quillacollo y otras provincias del departamento, a aproximadamente 50.000 danzarines y músicos. Además, es la asociación con mayor variedad de rutinas de baile del país, cuenta con 22 en la actualidad y este año incorporará una nueva.

La Asociación, que tiene su sede en la ciudad de Quillacollo y actualmente está presidida por René Valdez, además de encargarse de la organización de la tradicional entrada folklórica, tiene la difícil tarea reglamentar la participación de las agrupaciones y el desarrollo de la entrada, así como las dos promesas previas a la Virgen, para garantizar la preservación de la esencia de la manifestación religiosa y tradicional-cultural, que la diferencia de otras entradas que se realizan en el país, entre ellas la de Oruro y La Paz.

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