16 de agosto de 2016

Salta en Argentina es el centro de la devoción por Urcupiña

La festividad de la Virgen de Urcupiña se realiza en varias ciudades de Argentina, sin embargo, el epicentro de la fe está en Salta, en el norte argentino, donde se celebra de tal manera que la fiesta es mencionada por los medios de comunicación, afirma Lilia Camacho, una boliviana que reside en ese país.

El diario La Razón de Chivilcoy (Buenos Aires), por ejemplo, dio una amplia cobertura a esta festividad el año pasado.

“Con un colorido despliegue de danza y música, la comunidad boliviana de Chivilcoy celebró el día de la Virgen de Urcupiña, con la participación de agrupaciones folclóricas tradicionales”, señala la parte central de un reportaje publicado el 16 de agosto de 2015.

Otro medio escrito, La Voz, destacó que las agrupaciones bolivianas danzan en honor a la Virgen de Urcupiña desde hace 30 años, en el mes de agosto.

Los medios argentinos que se hacen eco de la festividad le dan un lugar central a la leyenda de la aparición de la Virgen a la niña pastorcita en el cerro de Cota de Quillacollo.

OTRAS PROVINCIAS

La Entrada folclórica en honor a la Virgen de Urcupiña se realiza, además de Buenos Aires, en Mendoza, Bariloche y Rosario.

En todas estas fiestas se destaca la presencia de autoridades argentinas, apunta Camacho.

En Capital Federal (Buenos Aires) no se desarrolla una entrada folclórica numerosa, pero sí hay varias recepciones dispersas. La principal es la que impulsa la Fraternidad Artística y Cultural Morenada Real Virgen de Urcupiña, que realiza su fiesta en la zona de La Salada.

Paralelamente a esa fiesta se hacen entradas folclóricas en la zona de la Costa y Chivilcoy de la provincia de Buenos Aires.

En todos los lugares en los que se rinde homenaje a la Virgen de Urcupiña se realiza la misa principal y la entrada folclórica, pero no el Calvario, porque no hay un lugar para ello. Las actividades se inician el 15 de agosto y se extienden incluso hasta el 30 de ese mes, señala.

HIJOS DE BOLIVIANOS

Camacho asegura que la fe traspasa fronteras y también se hereda.

Muchos de los participantes que bailan en las fraternidades son hijos de bolivianos que tienen la nacionalidad argentina.

En los caporales sí participan ciudadanos argentinos, que forman parte de la fraternidad, porque les gusta el ritmo y la danza.

DESDE LOS 90

Camacho señala que si bien no hay datos exactos desde cuándo se celebra la festividad de la Virgen de Urcupiña, afirma que la fiesta tuvo mayor visibilidad a principios de los años 90 y eso se mantiene hasta la fecha.

MANTENER LA TRADICIÓN

La migrante boliviana destaca que, a diferencia de otras colectividades que radican en Argentina, los compatriotas mantienen sus tradiciones en ese país, por ejemplo, la devoción por sus santos.

En el caso de otras colectividades -menciona- las procesiones por sus santos y vírgenes se fueron perdiendo con el paso del tiempo. En cambio, las festividades de los bolivianos se hacen más grandes con el transcurso de los años.

Camacho apunta que para el ciudadano argentino, la festividad no tiene todavía mucha importancia y, en algún punto, hasta es visto como algo exótico. “Se convierte en un mero espectador, al cual todavía no se le ha contado que los bolivianos mostramos nuestra fe a través de la danza”.

Pero los que sí le dan importancia a la festividad de la Virgen de Urcupiña es el mundo académico argentino, de la Sociología y la Antropología.

Por ejemplo, una investigación de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de Jujuy aborda esta festividad desde los aspectos sociológico e histórico.

Otra investigación, de la Universidad Nacional de Río Negro, destaca que en los años noventa una familia de Bolivia trasladó la imagen de la Virgen de Urcupiña a Bariloche (sur de Argentina) y dio inicio a los festejos en su honor.

La fiesta empezó en Córdoba

En 1982 un grupo de bolivianos residentes en un barrio de la periferia urbana de la ciudad de Córdoba, en la República Argentina, comenzó a celebrar la fiesta de la Virgen de Urcupiña.

Desde entonces se lleva a cabo cada 15 de agosto, o en una fecha próxima, según una investigación realizada por la antropóloga Marta Giorgis.

La fecha para celebrar es movible

La fiesta que se celebra en Argentina se asemeja, en muchos de sus rasgos, a la de Cochabamba, pero en el contexto de la migración adquiere características particulares. Por ejemplo, en razón de sus actividades laborales, los residentes bolivianos, según la antropóloga Marta Giorgis, la trasladan al fin de semana más próximo al 15 de agosto.

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