16 de agosto de 2016

La Virgen “mojada” es la más venerada en Arlington, EEUU

La llamada Virgen “mojada” es una de las más visitadas en el condado de Arlington, Virginia, cuando se celebra la Festividad de la Virgen de Urcupiña, a mediados de agosto.

Esta imagen, propiedad de Julia Tamayo, llegó a Estados Unidos en circunstancias particulares, por medio del desierto, cuenta Julia García, una residente boliviana en ese país desde hace 27 años.

Tamayo organiza una de las dos fiestas más grandes en honor a la Virgen de Urcupiña en Arlington, desde hace 20 años, y la historia de la imagen que tiene en su casa la hace más singular.

Para llegar a Estados Unidos, esta boliviana atravesó el desierto de Arizona, llevando consigo una imagen de un metro de altura.

Tamayo caminaba por el desierto en una larga peregrinación, y como el peso de la imagen hacía insostenible su marcha se vio obligada a dejarla al cuidado de una familia.

Una vez que llegó a Virginia, se estableció en este Estado, pero para su mala fortuna había perdido el rastro de la imagen.

Años más tarde (no se sabe cuántos), otro inmigrante ilegal que cruzaba por el desierto de Arizona encontró la imagen. Tenía el brazo roto. Se la llevó hasta Arlington.

Julia Tamayo hizo arreglar la imagen y empezó la celebración en honor a la Virgen en su casa. “Esta fiesta es bien concurrida, por la Virgen, a quien denominan ‘mojada’, porque ingresó sin documentos”, apunta Julia García.

LA MÁS ANTIGUA

El cliceño Ezequiel Rojas ya organizaba la fiesta de Urcupiña en 1973, en su vivienda de Arlington, señala García.

En esa época se celebraba una misa, se realizaba la Entrada con tres fraternidades (morenada, caporal y waca tocoris) y como cierre el calvario.

García recuerda que participaban unas 60 personas, sean invitadas o no.

Rojas era uno de los pocos cochabambinos, afincados en Arlington, que preparaba comida boliviana. “Para poder almorzar en su casa teníamos que hacer colas”.

Cuando García regresó a Estados Unidos, en 1982, por su propia cuenta, se percató que la fiesta había crecido y la Entrada se realizaba en la calle, a la cabeza de Ezequiel Rojas.

La primera iglesia en la que se empezó a oficiar la misa en honor a la Virgen de Urcupiña fue en la de San José. Un sacerdote puertorriqueño celebraba la eucaristía en español.

Esta iglesia tenía un patio bastante amplio, donde se realizaba la fiesta después de la celebración religiosa, con Entrada folclórica incluida.

Después de la fiesta, el patio de la casa de Ezequiel Rojas se llenaba de feligreses, quienes celebraban el Calvario.

La gente invitada llevaba casas y otros objetos en miniatura y compraba terrenos, todo de la misma forma como se hace en Quillacollo, Cochabamba.

En esta segunda jornada de la fiesta, la gente se anotaba para colaborar el próximo año.

A principios de los 90 otras dos familias empezaron a organizar la Festividad de Urcupiña, la de Elizabeth Gutiérrez y la de Julia Tamayo.

La celebración de la Festividad de Urcupiña en Arlington coincide con las fechas en las que se realiza en Quillacollo, a mediados de agosto.

Apuntes



Dos celebraciones

Desde hace un poco más de dos décadas, las fiestas en homenaje a la Virgen de Urcupiña están a cargo de las familias Gutiérrez y Tamayo.

Bodas de plata

La familia de Elizabeth Gutiérrez organiza la fiesta de Urcupiña desde hace 25 años en su vivienda de Arlington, Virginia. Este año, la festividad se realizará el 20 de agosto en el patio de una escuela.

Veinte años

En el caso de Julia Tamayo, su familia realiza la fiesta desde hace 20 años y es también una de las más grandes en Arlington. En este caso, la celebración se realiza hoy.

Fraternidades

En cada una de estas fiestas participan este año al menos 40 grupos folclóricos, muchos de los cuales llegan desde New Jersey, Nueva York y de otros Estados.

Integrantes

Cada una de las fraternidades tiene entre 40 y 100 parejas de bailarines. Las más grandes son las de San Simones, con 300 integrantes, y de San Simones Virginia USA, con al menos 280 personas.

Herencia

Los bailarines son bolivianos o hijos de éstos, muchos de los cuales no conocen siquiera Bolivia, pero participan por devoción a la Virgen y porque siguen la tradición de sus padres.

En el condado viven 5.000 bolivianos

Aproximadamente 5.000 bolivianos viven en Arlinton, Virginia (Estados Unidos), según el último censo realizado en esa ciudad, según la profesora de idiomas, Julia García.

De este total, al menos 2.000 de ellos hablan quechua todo el tiempo, por teléfono, en los mercados y en las tiendas. La mayor parte es del Valle Alto.

La Policía Montada resguarda la fiesta

Para evitar problemas durante la Festividad de Urcupiña, un pelotón de la Policía del condado de Arlington acude al lugar.

Julia García confirma que el control está a cargo de la Policía Montada, agentes que van a pie y otros que están mimetizados entre los asistentes. El temor es que se produzca algún atentado.

Meses ensayan los bailarines

La residente boliviana en Virginia, Estados Unidos, Julia García afirma que es tal la emoción de los jóvenes (bolivianos o sus hijos) por bailar en la Fiesta de Urcupiña que ensayan prácticamente todo el año.
Lleva piedras y tierra desde Quillacollo

Residentes bolivianos en EEUU llegan cada año a Cochabamba para llevar piedra y tierra desde el Calvario de Quillacollo.

De cada piedra que llevan a Virginia, consiguen muchos pedazos pequeños que los colocan en bolsas pequeñas y los reparten a los que asisten a la fiesta de Julia Tamayo. Asimismo entregan tierra.




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