16 de julio de 2016

Fiesta y fe unieron a “discordes ” en la entrada alteña 16 de Julio

La devoción a la "Mamita del Carmen”, la emoción de las fiestas julias y el masivo movimiento económico unieron ayer a los vecinos de El Alto en torno a la Entrada 16 de Julio. La Sole, dirigentes de las dos Fejuve rivales y el Vicepresidente compartieron el palco.

Una camioneta bien adornada lleva a la figura de la Virgen. Detrás, los prestes -Óscar Parra y su esposa Nora Nacho- caminan con la imagen del Niño Jesús. "La inversión es alta, pero lo hacemos con cariño”, dice el pasante.

"Festejemos la gesta libertaria practicando nuestra libertad. Trabajemos unidos y dando pasos agigantados por El Alto. ¡Qué viva La Paz!”, dice la alcaldesa Soledad Chapetón, que desfila en la caravana de devoción. En las filas están dos dirigentes que se autodenominan presidentes de la Fejuve de El Alto: Rolando Huanca y Franklin Machaca.

"Esta entrada folklórica es la más grande de la ciudad, es parte de nuestra cultura”, comenta Huanca. Mientras que Machaca explica: "La invitación es abierta, es una fiesta por devoción”.

En las graderías venden refrescos y golosinas, pero sobre todo cerveza. Sobre las casas de la zona 16 Julio se instalaron enormes inflables en forma de botellas. Hay 700 comerciantes acreditados.

"Para que podamos manifestar y vivir esta alegría en profundidad, evitemos excesos en bebidas alcohólicas y todo lo que pueda dañarnos porque se altera la conciencia, la paz del corazón. Así evitaremos peleas”, recomienda el obispo de El Alto, monseñor Eugenio Scarpellini.

Las calles asfaltadas que rodean al palco, instalado en la plaza Libertad, lucen cuadros folklóricos que fueron pintados por artistas de la UPEA. A las 10:30, la banda edil Orlando Rojas interpreta una cueca paceña y La Sole baila con los prestes.

Graderías repletas reciben al primer grupo. Flameando la whipala, una integrante de la Asociación de Amautas marca el inicio de danzas autóctonas. Cholitas elevan sus polleras de colores brillantes y animan a los espectadores, mientras comunarios de Machulli y Llave tocan bombos y zampoñas.

Hay 55 fraternidades inscritas y cinco invitadas. "Son 17 pesadas, 18 autóctonas y 25 livianas” señala el presidente de la Asociación de Conjuntos Folklóricos, Jaime Nina, que recibió el galardón Illimani de Oro de la Cámara de Diputados por su aporte a la Entrada 16 de Julio.

Este año, en la versión 32 de la Entrada, Nina deja la presidencia de la asociación. "Me voy con la frente en alto por mi aporte a El Alto. Aquí se mueve al menos 50 millones de dólares”, comenta.

Luego de una alegre kullawada, entra el baile de Sicuri y después una danza pesada. La gente intenta agruparse sobre las pasarelas y las aceras para observarlas, pero los oficiales les piden transitar "por seguridad”.

Las fraternidades de morenada impactan por su paso imponente y grandes trajes con accesorios dorados. El presidente de conjuntos folklóricos explica que son fundadoras de la Entrada 16 de Julio y "cada año mejoran su presentación”.

Además de los bailarines, la gente aplaude a los músicos con trajes de colores vivos, que interpretan sus instrumentos mientras realizan complejas coreografías. Niños y niñas tocan los platillos, bailan caporal e incluso morenada. Muestran habilidad en imitar los pasos de sus padres, conservando sus trajes intactos.

En medio de la algarabía, un grupo de Cebras saludan a los espectadores y exhiben mensajes contra la violencia de género. "Vive en igualdad”, se lee en una de las pancartas.

A las 15:00 llega el vicepresidente Álvaro García . "El Alto es la segunda ciudad más poblada de Bolivia. Estamos alegres de participar”, dice antes de aceptar un traje de moreno y bailar con una china morena.


No hay comentarios:

Publicar un comentario