24 de agosto de 2015

Más de 300 chunchos bailaron en cierre de fiesta de San Lorenzo

La fiesta grande de San Lorenzo concluyó ayer en la provincia Méndez, donde la imagen del santo fue llevada y acompañada por los promesantes chunchos, cañeros, quenilleros, tamboreros, sacerdotes y pobladores en emotivo acto.
La jornada festiva inició temprano a las 5:00 con el saludo al alba, mediante el repique de campanas, más las camaretas, despertando a los pobladores de forma que participen de todas las actividades.
El horario de las eucaristías fue normal, inició a las 9:00 de la mañana y la segunda fue realizada a las 11:00, posteriormente, salió de la iglesia la procesión con los promesantes chunchos.
El párroco de la iglesia de San Lorenzo, Vladimir Mamani Bedoya, dijo que la organización consiguió el éxito del evento, al observar la masificación de los “hermanos en Cristo”, quienes con fe y devoción participaron, tanto en misas como en procesiones.
“Resalto el buen comportamientos de los promesantes chunchos, que son más de 300” dijo el sacerdote, quien está a cargo hace dos años de esta iglesia, la cual se encuentra ubicada frente a la plaza principal del municipio de San Lorenzo, capital de la provincia Méndez.
Los promesantes, esperaban ansiosos la salida del “santo”, para rendirle homenaje a través del baile, junto a su inconfundible sonido de la flecha, el que genera una sensación extraña en el cuerpo de los asistentes, ya sea de emoción o melancolía.
JPS (por sus iniciales), es chuncho hace 25 años, quien afirma que bailará hasta el “último año de su vida”, porque tiene “mucho que agradecer” a San Lorenzo, que a su criterio fue quien lo rescató del alcoholismo.
“Mi vida no tenía rumbo, mi familia oró y hoy estoy aquí parado frente a él” dijo el noble chuncho, haciendo referencia a San Lorenzo.
JPS vestía una pollera de color guindo, más su ponchillo crema, adornada de flecos dorados que hacían juego con su velo.
Por otro lado, una decena de padres de familia decidieron bautizar a sus pequeños hijos en este día festivo, mismos que reciben el primer sacramento según la Iglesia católica y por el cual, seguirán el camino “de Dios”, obrando bien para consigo mismos en un futuro.
La actividad generó un importante movimiento económico en San Lorenzo, vendedores de la zona elaboraron platos típicos, sin dejar de lado la variedad de masitas y refrescos tradicionales que son degustados y brindados a precios accesibles, como ser la aloja o los rosquetes.
A su vez, los juegos tradicionales fueron instalados en inmediaciones de las calles por donde pasaba la procesión como carrusel, trampolín, futbolín, la suerte sin blanca, entre otros.
La mayoría de los comerciantes informales se ubicaron en la cancha que se encuentra detrás de la iglesia de San Lorenzo.

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