17 de febrero de 2015

De pierrot a pepino: evolución del ícono paceño del carnaval

La presencia del pepino en el Carnaval paceño fue registrada en las entradas populares de 1908, sin embargo se presume que su participación data de muchos años atrás, y que está directamente relacionada al pierrot, personaje integrante del arte de la comedia italiana, junto a los demás personajes europeos participantes de obras de teatro y carnaval.
La afirmación que se desprende de un estudio realizado por la Secretaría Municipal de Culturas, a través de la Dirección de Patrimonio Natural y Cultural, de la Alcaldía paceña, indica que “hacia 1850 aparecen arlequines y dominós en La Paz, ésta información nos permite deducir que entre ellos se encontraban también los pierrots” (Rossells, 2009: 109). La investigación explica que la reapropiación del Pierrot y el Arlequín en los Carnavales latinoamericanos fue resaltada por muchos investigadores, quienes enfatizaron en los nuevos significados de los personajes en contextos del carnaval.
El pierrot o pedrolino (considerado el precursor del payaso, con la cara blanca y sombrero de pico) y el Arlequín son perdurables y reconocidos personajes. Ambos constituyen arquetipos de la conducta masculina, que se diputan el amor de una mujer. Mientras el primero es visto como un naif, casi tonto, objeto de bromas, distante de la realidad, prisionero de su túnica ancha y blanca, el arlequín es un payaso, acrobático y travieso, que representaba en la comedia a un criado bufón, astuto y avaro, siempre interesado en la comida y las mujeres y a veces con el comportamiento de un niño caprichoso. (Rossells, 2009: 100).
Una de las maneras en que la población paceña adaptó el pierrot europeo fue a través del pepino, quien fuera registrado por primera vez en el Carnaval de La Paz, a inicios del siglo XX, en una fotografía de 1908 demostrada en la obra de Beatriz Rossells.
En el contexto paceño, el origen del nombre pepino podría estar en correspondencia al significado del pierrot, quien en su época fuera visto como un ingenuo, casi tonto. Ligado a esta definición está la del Diccionario de la Academia de la Lengua Española: “cosa insignificante, de poco o ningún valor”. La designación del pepino también podría provenir de un personaje uruguayo del siglo XIX, Juan José ‘Pepe’ Podestá, quien habría creado en la década de 1870 un payaso con el nombre de Pepino el 88, utilizando para ello un disfraz hecho con sábanas con cuatro lunares que simulaban ochos. Al parecer este personaje vino a La Paz para presentar un espectáculo de circo. Los paceños habrían quedado impresionados con la actuación del payaso con habilidades de músico y para perpetuar su obra designarían al personaje carnavalero con el seudónimo de pepino, como conmemorando los malabares de Pepino el 88, resignificando de esta manera al personaje local.
En relación con la máscara en el vestuario del pepino los ‘cuernos’, que son generalmente tres, serían una adaptación a partir del k’usillo (Rossells, 2009: 115), por lo que la influencia andina estaría presente.
Dado que los pierrots nunca habrían usado caretas, más bien éstos maquillaban su rostro de blanco, con tonos negros en el contorno de los ojos y atravesadas con líneas verticales, incorporaban además a su vestuario una gorguera (adorno hecho de lienzo plegado y alechugado) en el cuello, que en el traje de los pepinos es una cenefa.
Algunas caretas actuales incorporan cuernos que se asemejan a las del arlequín. El mascarero Antonio Viscarra Morales habría creado en 1956 las caretas de yeso con tres cuernos elaborados con cuero, especialmente para la comparsa de carniceros denominada Romperragas, quienes habrían relanzado la figura del pepino en los carnavales de la época. La sonrisa en la máscara del pepino, así como la nariz respingada, sería una apropiación del gesto radiante pintado en el rostro del pierrot.
El pepino no sólo habría heredado la máscara del k’usillo, sino también su carácter y simbolismo: solitario pero alegre, cómico y afecto a las travesuras (Rossells, 2009: p. 115), de ahí que se resalte el doble origen del pepino: uno europeo, a partir del pierrot, y otro andino con el k’usillo.




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