20 de julio de 2014

La Paz se llenó ayer de misticismo con inéditas expresiones autóctonas

El público que se dio cita a la entrada no pudo más que asombrarse ante estas extraordinarias manifestaciones de la cultura ancestral que llenó de alegría el centro de la urbe.

Desde las 09.00 horas de la mañana decenas de músicos y centenares de danzarines de diferentes poblaciones del altiplano y de los valles interandinos del departamento, se dieron cita en la Sede de Gobierno para mostrar su cultura con coreografías y vestimenta preparada durante meses especialmente para este evento que pretende revalorizar la identidad del departamento.

OFRENDA

Antes de iniciar el paso de los representantes de las diferentes provincias por el palco central, se realizó una ofrenda a la Pachamama de la que participaron autoridades, artistas plásticos y músicos que formaron parte del jurado. La ceremonia invocó a las montañas Achachilas para llevar a cabo el festival en consonancia con la música ritual andina.

"Es una gran alegría compartir esta energía ancestral con todos los presentes, ver este tipo de festivales en pleno centro paceño es un sueño para nosotros quienes siempre hemos luchado por mantener viva nuestra identidad y poder transmitirla a nuestros jóvenes y a las futuras generaciones para que conozcan su verdadera esencia", manifestó el miembro del grupo Awatiñas, Miguel Conde.

DANZAS RECUPERADAS

Si bien en la urbe se conocen danzas tradicionales, en versión, se deslumbraron danzas desconocidas que fueron rescatadas por los mismos pobladores para mostrarlas en la urbe y que sean parte del registro que realiza la Secretaría Departamental de Turismo y Cultura de La Paz.

La más llamativa expresión fue “Sikuri Imilla”, en la que los hombres con una bayetilla blanca en la espalda, entonan los sikus, alternando notas entre dos personas, mientras que las mujeres, en su mayoría adolescentes, bailan dando constantes vueltas, con saltarines brincos donde las polleras se desplazan con donaire y belleza. Flores y espejos en sus trenzas se agregan a su atuendo.

RELIGIOSIDAD

“Es una danza que se baila exclusivamente para Corpus Cristi, está relacionada con el florecimiento de la papa “Imilla”, las flores representan ese momento y los espejos el brillo de los pétalos cuando revienta el capullo. Las polleras y centros son una muestra como las hojitas que se acumulan cuando ya está lista la cosechar”, describió una de las acompañantes del grupo que corresponde a la comunidad Rincón Ch´ejepamapa de la provincia Omasuyos.

De la misma provincia, también se presentó la danza “Llanos”, que se asemeja a las Lakitas que son interpretadas en la época del “Juipi Pacha” o época de helada. Otra danza poco conocida es la de “Mimula", que tiene en su música la peculiaridad de contar con una escala pentatónica y una afinación en la que la primera nota varía por microtonos no reconocidos en el actual sistema musical.

Al igual que en otros años, la presencia mayoritaria de grupos correspondió a la provincia Pacajes, con la "Llamerada” que muestra su producción de camélidos en una nueva expresión de la “Sikureada”, proveniente de una de las regiones más importantes para esta provincia como lo es la ciudad de piedra existente en dicha provincia. Su vestimenta está hecha de fina fibra de camélidos que abundan en varias regiones altiplánicas.

COSMOVISIÓN

Para las culturas ancestrales del altiplano paceño, la música y la danza tienen un sentido plenamente funcional y ritual, por lo que su interpretación va más allá de la estética o la ornamentación, expresando en sí misma la conciencia, cosmovisión y la religiosidad de su cultura, de sus usos y procedimientos que con el paso de los años y la llegada de la modernidad a las poblaciones, van cambiando y adaptándose para no desaparecer, dice el investigador de música étnica, Aurelio Santos.

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