10 de febrero de 2014

La copla como expresión carnavalera


Javier Daniel Villa Valdez, coplerooriundo de la comunidad de Paicho, nos expresó que la copla es un sentimiento que nace del corazón del chapaco y data de siglos atrás, con rimas pasadas de generación en generación por los abuelos, siendo imprescindible el cantarla acorde a la época, para expresar la felicidad, el amor, la fe y distintas emociones humanas.

En la comunidad de Paicho por ejemplo, se festeja el Carnaval acorde las costumbres y tradiciones de los antepasados, con las diabladas, la challa, la yerra, siempre cantando la copla en la tonada de la época, y bailando en ruedas chapacas al son de la caja y el erque con un yambuy lleno de chicha de maíz para dar rienda suelta al donaire.
La copla en la tonada de carnaval es octosilábica (ocho sílabas) y presenta cuatro versos cada uno con un ritmo delimitado con pausas, existiendo una rima del segundo verso con el cuarto, asimismo hay una forma de la copla denominada “contrapunto” que se canta en dúo, generalmente entre un hombre y una mujer, donde las frases mantienen la melodía y son una suerte de conversación picaresca cantada, que va aumentando en su efervescencia a medida que con tinúa llegando incluso al uso de algunas “malas palabras”.
Existe un calendario para coplear, ya que se empieza en febrero con una tonada de Carnaval que se usa hasta el Miércoles de Ceniza, posteriormente se cambia al tono de La Pascua hasta el mes de mayo donde se tiene una transición a la tonada de La Cruz que a su vez cambia a la tonada de Corpus Cristi hasta fines de junio, cuando se pasa a la tonada de San Pedro. A fines de julio se canta en la tonada de Santiago, los primeros días de septiembre en la de San Roque, los primeros días de noviembre la tonada correspondiente a Todos Santos que da paso a la tonada de San Andrés; luego vienen las tonadas de fin de año, finalizando el ciclo en un breve receso para reiniciarse la copleada con el anuncio del nuevo Carnaval.
“La inspiración para la copla nace de la belleza de la moza tarijeña, de costumbres vivencias, y cómo se ve desde el valle el mundo”, explica Valdez que desde niño fue introducido a la copla, como legado de su padre y su madre, grandes copleros de Paicho.

*El coplero Valdez dice que como chapaco quiere aportar a la cultura inmortalizando la copla en libros, por lo que le tomó cuatro años escribir su primera edición el 2013 que trae 300 coplas, éste año lanzó la segunda edición con 400 coplas que se cantan en la tonada de Carnaval.

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