28 de mayo de 2013

Fotos El Gran Poder abraza a todos



Los brazos abiertos del Señor del Gran Poder acogieron a todos quienes quisieron participar de la Fiesta Mayor de los Andes. Mestizos, blancos, negros, heteros, bisexuales, transformistas, gays, jóvenes, adultos, niños, bolivianos, extranjeros. Mares de diversidad.

El desfile folklórico de las 63 fraternidades partió de la calle Gallardo, donde está el templo y el público nuevamente se desvivió por aplaudir a los más de 30.000 danzarines a lo largo de los 12 kilómetros de recorrido, cubiertos en 12 horas de danza.

A las 07.15 los vecinos de la zona recibieron con rezos al Tata que fue sacado en andas de la iglesia y colocado en un palco especial para se parte de la entrada que este año adoptó la consigna de la tolerancia.

“Esta fiesta nunca ha discriminado y me parece hermoso que se mande ese mensaje. La comunidad LGBT —Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transformistas— acá siempre es recibida con cariño”, aseguró Maya de la Roca, una transformista que bailó de chola antigua en el bloque ASG de las Rosas de Viacha Los Legítimos.

En la celebración, el asunto de género no es un problema, al contrario, genera equilibrio. “Las mujeres tenemos mucha fuerza, yo llevo 22 polleras y me eso enorgullece”, dijo Lucía Véliz, de los Wacas Aymaras, quien lleva 18 años bailando.

La exhibición muestra los rostros que habitan Bolivia. Los tinkus Arco Iris se robaron aplausos con un bloque de alemanes que llevan diez meses trabajando en el país, y aunque a ratos se quedaban sin aire, trataban de seguir la coreografía.

El evento, en algún momento reservado para adultos, no lo es más. Los jóvenes también demostraron entusiasmo y devoción. “Éste es mi primer año, me faltan dos, pido armonía, respeto y amor para mi familia y para todos. Esta entrada es linda y hay que vivirla así, sin excesos”, pidió Sandra Alcázar, figura de Los Verdaderos Rebeldes. Gente mayor, como Miriam Saavedra, quien guiaba uno de los bloques de la Morenada LP Unión de Bordadores, recordó: “Antes el público no veía que esto era cultura, ahora todos participan”.

La nota discordante fue el desorden en el paso de las fraternidades en la zona norte. Hubo agrupaciones que pasaron al trote, bailarines atrasados que querían dar alcance a su fraternidad, caporales corriendo en medio de incas, chinas mezcladas con tinkus, vendedores y gente que aumentaron el caos. Al comprobar esto, el alcalde de La Paz, Luis Revilla, y el gobernador, César Cocarico, se comprometieron a colocar vallas en todo el trayecto el próximo año.








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